‘Guerrilleros, patriotas y afrancesados. Ciudad Real, 1810-1812’ es el título de la conferencia que ha impartido esta tarde Antonio Pozuelo en el Claustro del Convento de la Merced. El ponente, doctor en historia y bibliotecario jubilado del Hospital General de Universitario de Ciudad Real, ha sido presentado por Ángela García-Minguillán, en una charla organizada por la Asociación Amigos del Museo de Ciudad Real-Convento de La Merced.





La conferencia, comentaba Pozuelo momentos antes de su inicio, es la ampliación de la investigación publicada el año pasado, Captura y ocupación francesa de Ciudad Real: de la batalla de Ciudad Real a las «tonterías del pueblo» (1809-1812), en la colección Ciudad Real Ensayo de la editorial Serendipia. Una obra que, como su propio nombre indica, versa sobre los cuatro años de ocupación francesa tras la Batalla de Ciudad Real de 1809, en la que resultaron victoriosas las tropas napoleónicas.
La continuación a este trabajo es un recorrido por las andanzas de las partidas guerrilleras que, aunque su impacto no tuvo gran relevancia, intentaron liberar Ciudad Real del dominio francés. Ángel Antonio Pozuelo ha constatado movimientos de un total de siete, aunque puede que existiera alguna más, ha matizado, que está pendiente de investigar.
Entre ellas, la de Ventura Jimenez, en febrero de 1810, hasta la de Pablo Morillo, que además fue brigadier. Otras, como las de los guerrilleros Francisco Abad ‘Chaleco’, el Capuchino o Chambergo.
La segunda venida de la partida de Ventura Jiménez, formada por cuatrocientos infantes y cien jinetes, se asentó en las Eras del Cerrillo e instó por dos veces a la guarnición francesa, que estaba acuartelada en la Casa de la Misericordia, a que se rindieran. Las exigencias del guerrillero no fueron aceptadas por las tropas napoleónicas, por lo que Ventura Jiménez emitió un bando animando a los habitantes de Ciudad Real a formar parte de la sublevación y a que atacaran el hospicio donde se refugiaban los franceses. Sin embargo, el pueblo temía al guerrillero y se produjeron varios desencuentros, por lo que el llamamiento no fructificó.
Pozuelo ha querido destacar una “curiosidad” que muchos historiadores “eluden”: la existencia de partidas guerrilleras afrancesadas, de carácter liberal, “que hacían lo mismo que las absolutistas, pero defendiendo, obviamente, su ideología”.
Ninguna de estas partidas afrancesadas actuó en Ciudad Real, pero en dos de ellas participaron personas nacidas aquí, concretamente Antonio de Porras, que fue corregidor y abogado, y Félix Mejía, del barrio del Perchel, un literato y periodista que fundó una de estas partidas guerrilleras liberales.
Los franceses “se fueron poco a poco, y se llevaron muchas cosas”. En el verano de 1813 dejaron todas las poblaciones que habían ocupado en La Mancha.
Por último, Ángel Antonio Pozuelo ha destacado que se perdió una oportunidad de modernizar Ciudad Real y el país, porque se volvió “a lo antiguo, a lo rancio”, al régimen absolutista que representaba Fernando VII.






Invasión no autorizada de territorio soberano?
A que me suena a mí esto?