Eduardo Toledano recopila los testimonios de quienes dieron al Valle de Alcudia sus vidas y quehaceres en vías de extinción

Brazatortas vivió en la tarde del sábado uno de esos momentos donde la memoria se hace presente y la emoción se puede casi tocar, con un Salón de Usos Múltiples que se quedó prácticamente pequeño para acoger al más del centenar de asistentes que acudieron a la presentación del libro ‘La última gente del Valle de Alcudia’, de Eduardo Toledano.

Y no era un público cualquiera, porque allí estaban muchos de los protagonistas de las vivencias e historias personales que recoge esta obra coral sobre un territorio que a todos ellos hermanó, entre hijos, nietos o colaboradores que han hecho posibles testimonios, y un nutrido grupo de entusiastas de una comarca cuyo latido ancestral parece apagarse.

Más que la presentación de un libro, el acto fue un reencuentro, un homenaje y, sobre todo, un acto de justicia poética con quienes forjaron su vida entre encinas y chaparros, ganados y chozos, quintos, ventas y poblaciones que jalonan buena parte del Valle de Alcudia, donde dos personajes forman parte de tan vasta memoria colectiva, el Tío de las Barbas o Eulalio Chirveches.

El autor, Eduardo Toledano, articuló una intervención que fue toda una declaración de intenciones y de gratitud, pues desde el primer momento, dejó claro que su papel en esta obra era el de un mero catalizador, una figura en la sombra para que la luz iluminara a quienes de verdad importaban.

“Yo he dado un paso atrás, entonces he querido ser un introductor, un intermediario”, confesó, explicando su decisión de que absolutamente nada distrajera “la atención sobre las protagonistas”, al objeto de crear, no una mirada externa, sino “un libro dentro de lo que fuese posible del Valle de Alcudia, es decir, una visión desde dentro”.

Con una gratitud que impregnó cada una de sus palabras, reconoció que la obra no existiría sin la generosidad de tantos paisanos, por cuanto “sí que puedo decir que si el libro se ha hecho es porque he necesitado la colaboración de mucha gente”, afirmó, gentes que le abrieron sus casas, sus álbumes de fotos y, lo más importante, sus recuerdos.

Toledano, quien estuvo acompañado por el alcalde, Pablo Toledano; la guía de rutas por esta parte de la comarca, Toñi Pulido; y por Javier Flores, responsable de Ediciones Puertollano, sello bajo el cual se edita ‘La última gente del Valle de Alcudia’, explicó los numerosos detalles que hacen de la obra una crónica de en la vida diaria en otros tiempos.

Así ya desde el propio título, para el cual hizo una cuidadosa elección, “gentes” y no “pastores” o “habitantes”, dijo, para poder incluir a las familias enteras, especialmente a las mujeres, pues todos “eran los que compartían las penalidades y los gozos”. Personal en definitiva de las fincas, que se comportaba como una “mini colectividad”.

Libro donde da protagonismo a esa “gran familia” que se reconocía y se ayudaba en un territorio inmenso, pero humanamente conectado, y es además una perfecta crónica en primeras personas sobre la extrema dureza de una vida que, en los años de posguerra del pasado siglo, se movía “entre pobreza y miseria”, afirmaba Toledano Martín-Duarte.

A través de las voces de sus protagonistas, se dibuja un paisaje de trabajo incesante, “hiciese el tiempo que hiciese, frío, calor, viento, lluvia”, salarios de subsistencia y los peligros nocturnos de los lobos y los “hombres de la sierra”, los ‘maquis’. Y se lamenta cómo bastante después, la instalación de las alambradas para contener ganados, provocó menos necesidad de mano de obra, iniciando el éxodo de muchos moradores alcudianos.

El autor, con un amplio bagaje de ensayos etnográficos del territorio y de la propia Brazatortas, suma ahora el retrato de una forma de vida que experimentó un “cambio radical, drástico”, afirmó, con la modernización de España a partir de los años 50 y cuyos últimos testigos son quienes pueblan las más de 400 páginas con que cuenta la obra.

Páginas estructuradas en varias partes, con una primera y principal que recoge el corazón de esas gentes, con la transcripción de entrevistas a más de 40 personas, entre ellas una que ve la luz de manera póstuma al siempre venerado Felipe Ferreiro en su Venta de la Inés. Entrevistas para las que le abrieron las puertas con esa afabilidad hoy casi perdida.

A continuación, una amplia sección de fotografía de aquellas épocas, gentilmente cedidas por las familias; colaboraciones en primera persona como la de su primo hermano Clemente Toledano Dorado, la propia Toñi Pulido López y las hermanas Gracia Patricia y Sandra Crespo Calvo, de la familia soriana de trashumantes.

Y sin firma, un breve apéndice en primera persona titulado ‘En las ruinas de la Veredilla’, que Eduardo disfrutara otrora de niño, como así lo harían también tiempo después Pablo y Clemente Toledano Dorado, para rematar el libro con un glosario de vocablos propios de la zona, también hoy día en retirada y, por ende, con necesidad de dejarlos escritos.

Pero el valor más profundo del libro, como reveló Toledano, reside en la urgencia de poder realizarlo, ante la melancólica constatación de que algún que otro de sus entrevistados han fallecido o han visto mermadas sus facultades desde que conversó con ellos, ya entrados en mucha edad y quienes ya no le reconocían al volver a visitarles.

Es el ejemplo más doloroso de esta inexorable carrera contra el tiempo. “O se hacía ahora o no se hacía”, sentenció sobre el libro, dejando patente que ‘La última gente del Valle de Alcudia’ es un tesoro rescatado justo a tiempo, un testamento vital “cogido por los pelos”.

Toñi Pulido, una hija del Valle de Alcudia

La intervención de Toñi Pulido fue unos de eso corazones que palpitan a lo largo de cada ejemplar, relatando cómo se sumó a esta obra tras conocer a alguien de quien descubrió la pasión compartida que los une. “Lo que tenemos en común es, sobre todo, la pasión por el Valle de Alcudia”, apuntó. Algo que la llevó a abrirle álbumes y recuerdos, para así poder contribuir al ensayo que ve la luz.

Toñi celebró con visible orgullo que el libro diera voz a quienes nunca la tuvieron, pues “me doy cuenta que quien le va a dar la vida al libro, esta vez no van a ser los potentados, ni los grandes señores. Si no, nosotros, los moradores, las personas humildes, los que se levantan con el sol y se encuestan con el sol”, concedió.

En uno de los momentos más conmovedores, desveló su propia experiencia vital que también comparte en la obra, como es la experiencia del desarraigo educativo. “Yo fui una niña que con seis años salí de la umbría de Alcudia y me llevaron a un colegio interno”, de monjas y nada menos que en Daimiel, como muchos otros menores de su edad.

Puso así rostro a la difícil elección que afrontaban muchas familias del campo y al drama silencioso de tantos niños que, como ella, hubieron de dejar su hogar para estudiar. Era eso, internarse en lejanísimos colegios internos religiosos y solo regresar en las vacaciones lectivas, o la crudeza diaria de hacer infinidad de kilómetros por caminos impracticables, hasta las escuelas de La Bienvenida a la que sí acudían quienes las tenían más cerca.

Su amor por la tierra, a pesar de no poseerla —“casi todos hemos soñado o soñamos con haber podido tener una finca en el Valle de Alcudia”, confesó Pulido—, hoy en día se ha transformado en una labor a modo de vida como guía de rutas de naturaleza y concluyó con una invitación que resonó en todo el salón.

En concreto, al describir cómo ella, su madre y su tía lloraron de emoción al hojear el libro por primera vez. “Cogedlo, lleváoslo y os vais a emocionar con las historias, con las fotos y con los personajes”, emplazó. Para ello, Ediciones Puertollano dispuso un punto de venta y el alma máter de la obra no dudó en dedicar cuantos ejemplares le ofrecieron.

El apoyo institucional, y personal, del alcalde

El alcalde de Brazatortas y, a la sazón, también primo hermano del autor, Pablo Toledano, aportó una perspectiva entre lo institucional y lo personal, enmarcando el acto principalmente dentro de una decidida apuesta del Ayuntamiento torteño por la cultura como herramienta para fortalecer la identidad local y comarcal.

“Para nosotros la cultura es importante, nos enriquece, nos hace reflexivos… nos hace mejores”, aseveró, exponiendo ante los presentes una línea de trabajo oficial que tiene en cartera otros proyectos editoriales diversos y que, apoyados o promovidos por el propio Consistorio, se traducirá en los próximos meses en otras obras, como un futuro cómic sobre la historia torteña que “será un bombazo”, avanzó.

Pero sus palabras trascendieron lo más relacionado con su cargo para adentrarse en lo personal. Como cercano pariente del autor, de quien elogió su afán “altruista, desinteresado, hasta el último poro”, y como miembro de una familia ligada a la ganadería, compartió sus propios recuerdos en la finca La Veredilla.

Evocó con nostalgia prácticas tradicionales ganaderas como “el esquileo” y otros manejos cotidianos, entre distintas labores imprescindibles para la economía del territorio, como llevar “el polvo de la langosta”, para pintar así escenas de esa vida propia de antaño, en la que tampoco faltaban las charlas con los pastores colindantes y los guardas.

Vivencias personales que, como reconoció Toledano Dorado, son el aval más sincero a la autenticidad del mundo que el libro retrata, un universo de “fatiga, sufrimiento, alegría y singularidades” y, desde esa doble condición, de alcalde y de hombre con raíces profundas en el Valle de Alcudia, validó todo lo que recoge la obra presentada ayer.

Al recordar su propia juventud, cuando él y su hermano tuvieron que hacerse cargo de la explotación familiar, Pablo enlazó directamente con las historias de esfuerzo y resiliencia que llenan las páginas del libro, demostrando que esas “últimas gentes” no son figuras lejanas, sino parte del tejido vivo de su propia historia y la de su pueblo y entorno.

Una edición hecha con el corazón

Fue empero Javier Flores, de Ediciones Puertollano, quien iniciaría el acto resumiendo en dos palabras su presencia, “gracias y enhorabuena”. En el primer caso, por el apoyo del Ayuntamiento y la acogida del público, pero, sobre todo, celebrando este cuidado proyecto editorial desde una profunda conexión personal y editorial con la comarca.

“Nosotros somos muy del Valle Alcudia. Siempre hemos mirado mucho más para abajo, para nuestro querido y amado Valle Alcudia”, afirmó en relación a que la firma que dirige se asienta en la localidad de la que toma nombre, apuntando asimismo que su catálogo cuenta ya con más de una docena de títulos dedicados a la zona.

Flores destacó el valor del libro como un documento para entender un mundo y un lenguaje que se desvanecen, de ahí también la inclusión del glosario de términos que incluye y concluyó invitando a los lectores a sumergirse en unas vivencias que, gracias a este libro, trascienden el olvido.

Al término de la presentación, que cautivó a todos los asistentes, el Ayuntamiento ofreció, con la logística de la Cooperativa ‘Cristo de Orense’, un vino de honor que dio pie a corrillos y coloquios en torno a una obra que pretende perpetuar para las gentes oriundas del Valle de Alcudia el eco de sus propias voces, gracias a que han quedado impresas para siempre.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img