El salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real acogía esta tarde la quinta sesión del ciclo “Conversaciones entre investigadores locales”, prevista con el historiador Isidro Sánchez y el arquitecto José Rivero, ambos colaboradores de MiCiudadReal.es, aunque el primero no ha podido asistir por motivos de salud. José Luis Sobrino, de la editorial Serendipia, ha presentado el acto y se ha hecho cargo de la exposición de Sánchez.





La primera de las charlas ha versado sobre una exposición desconocida de Rafael Cuenca Muñoz, con retratos de la flor y nata de la ciudad, que se desarrolló durante la Feria del año 1926 -aunque no estaba incluida en el programa de festejos-, en plena dictadura de Primo de Rivera.
La exposición, relataba José Luis Sobrino, se componía de una serie de retratos de las personalidades del momento, dibujos y pasteles, principalmente. Rafael Cuenca era pastelista, caricaturista, “retratista de las formas”. La prensa hablaba de él como un sugestionador, un “analizador psicológico de los personajes retratados”.
Bernardo Mulleras, Arturo Gómez-Lobo, Martín Sofí, Salvador Pujol, Félix García Ibarrola, entre otros, formaron parte de este retrato social en forma de exposición. Lamentablemente, lo único que se ha conservado de aquella histórica muestra es un dibujo de Ángel Andrade.
Por su parte, José Rivero ha disertado acerca de la figura del cronista Julián Alonso y la imposible creación de su museo: La casa de Alonso y el Museo Histórico Sentimental de la Provincia. Un proyecto que alentó su hermana, pensando que tenía una colección extraordinaria, pero que “estaba condenado al fracaso”. Opina el arquitecto que, con los elementos disponibles -fotos, documentos, etc.- un museo municipal habría tenido “encaje”.
Julián Alonso fue nombrado cronista oficial de la ciudad junto a Emilio Bernabéu en 1955. Recordaba Rivero que es más conocido como fotógrafo, aunque era una especie de todoterreno, pintaba, dibujaba…
Alonso propuso un monumento simbólico del patrimonio urbanístico desaparecido, en una época en la que no había voces críticas frente a los derribos de inmuebles en la capital.






