Luis Díaz-Cacho Campillo. Poeta.– Ayer participé en un acto para visualizar el cáncer de próstata (un tipo de cáncer masculino que mata cada año en España a unos seis mil hombres) en el hermoso espacio recién recuperado para la Cultura “La bodega”, en Argamasilla de Calatrava.
Mi querido amigo Julio Criado me invitó (junto a Begoña Mansilla) para poner unos versos de vida y de esperanza a este primer acto que se ha celebrado en Castilla La Mancha para alertarnos sobre esta tipología de cáncer.
Para satisfacción de los organizadores el público congregado llenó el espacio, con la participación de un grupo nutrido de hombres que es lo que se pretendía.
Julio tomó la palabra para contarnos su experiencia personal desde que en el año 2022 (por casualidad) le detectaron el cáncer. Bastaron unas palabras para que se hiciese un silencio sepulcral, una expectación inusitada.
Conozco a Julio desde hace casi veinte años y puedo aseverar que jamás he visto una persona tan sincera, tan concienciada, tan humilde, tan crecida por momentos y tan empequeñecida en otros; tan directo y honrado, tan natural y abierto, espontáneo y anecdótico en otras.
Julio nos fue relatando su proceso a corazón abierto, mostrándonos las entrañas tal como fluyen las palabras desde el umbral del corazón. Julio fue capaz de abrir también nuestros corazones, hacerles palpitar al unísono del suyo para abrazarnos juntos allí donde el dolor no puede hacernos daño.
Habló como no solemos hacerlo los hombres, sin tapujos, con sentimiento, sin cortapisas, con sinceridad. Nos expuso los miedos de cualquier persona al escuchar la palabra cáncer. Nos contó cómo la medicación te va derrotando hasta sumirte en una profunda depresión de la que no es sencillo escapar. De las noches de insomnio y de los días aturdido. De la metástasis que ya ha invadido otros órganos. De su vida sexual mitigada y de la importancia de la familia para sostener las emociones rotas. De los miedos a las próximas revisiones y de las tremendas ganas de vivir que nos transmitió con la fuerza que lo caracteriza.
Un simple análisis de sangre que contemple la PSA puede salvar muchísimas vidas. A Julio (como a tantos hombres) jamás se le informó de esto. Se topó con el cáncer de bruces una mañana cuando ya era inoperable.
Ahora ha (hemos) emprendido una campaña de visualización para “alertar” a otros hombres. La charla de ayer con la AEEC local de Argamasilla de Calatrava y provincial tan sólo es el pistoletazo de salida de lo que nos proponemos. Nos gustaría contar con las distintas administraciones, sobre todo la regional que es la que tiene las competencias legales. Algunas locales ya se han sumado. De todas maneras, esto no ha hecho nada más que empezar.
Hace dieciocho años me comprometí con mi querido amigo Julio a poner en valor la poesía y a los poetas de la provincia. Ahora refrendo mi nuevo compromiso en este nuevo empeño. Cual escudero acudo a la llamada del caballero. Aquí me tienes, amigo mío.
