Por Ricardo Chamorro, diputado nacional de VOX por Ciudad Real
Hay momentos en política que funcionan como un espejo implacable. La reciente aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha en el Congreso de los Diputados por PP y PSOE es uno de ellos. Y lo digo no solo como testigo privilegiado, sino como diputado nacional de VOX y como alguien que ya en 2013 pudo observar de cerca la reforma estatutaria impulsada entonces por el Partido Popular de Cospedal. Lo que hoy estamos viendo no es un simple giro político: es una renuncia en toda regla a los principios que el propio PP proclamó con solemnidad hace apenas una década.
En 2013, el Partido Popular defendió una reforma profunda del Estatuto de Autonomía basada en tres ejes: austeridad institucional, regeneración democrática y contención del gasto político. Aquella reforma se justificó como un compromiso moral con los ciudadanos: reducir diputados, suprimir sueldos, limitar mandatos y eliminar duplicidades. El objetivo —decían— era adelgazar un aparato autonómico sobredimensionado y poner fin a un modelo que favorecía la perpetuación en el poder.
Como observador entonces, pude presenciar cómo Agustín Conde, Francisco Cañizares o Paco Núñez defendían aquellas medidas como si fuesen los cimientos éticos de un nuevo tiempo político. Para ellos, reducir el número de diputados era un imperativo democrático; limitar el poder del presidente, una garantía de alternancia; suprimir órganos duplicados, una exigencia de responsabilidad pública.
Por eso lo ocurrido ahora resulta tan hiriente. Desde mi escaño en el Congreso, como diputado de VOX por Ciudad Real, asistí atónito al espectáculo de ver a los mismos protagonistas aplaudir la contrarreforma de aquello que ellos mismos aprobaron y defendieron en 2013. Aplaudían hoy lo contrario de lo que defendieron entonces. Y lo hacían —lo más grave— sin una sola explicación, sin un atisbo de pudor y sin más argumento que su propio interés político.
Desde VOX hemos sido coherentes y claros —así lo han defendido Manuel Mariscal, diputado nacional por Toledo, y David Moreno, diputado regional también por Toledo—: este Estatuto pactado entre PP y PSOE es un retroceso institucional. Es un acuerdo de élites regionales pensado para blindar el poder del bipartidismo y no para servir a los castellano-manchegos. Es una reforma que ensancha las estructuras políticas, incorpora hasta 22 nuevos sueldos de diputados, crea una agencia tributaria regional, anula definitivamente los límites al poder y multiplica los costes del sistema autonómico. Todo aquello que el PP decía que había que evitar, hoy lo abraza con entusiasmo.
Que el PSOE defienda ese modelo no sorprende: nunca compartió la reforma de 2013 y siempre ha apostado por un sistema autonómico más amplio, más caro y más cómodo para sus intereses partidistas. Forma parte de su ADN político. Lo que resulta verdaderamente vergonzoso es que el Partido Popular haya decidido abrazar ahora, sin pestañear, exactamente aquello que denunciaba con solemnidad hace apenas una década. Y más grave todavía: que lo hagan los mismos dirigentes que construyeron entonces el discurso contrario, los mismos que hablaron de regeneración, austeridad y límites al poder y que hoy celebran su demolición con idéntico entusiasmo.
Nuestra crítica no es oportunista ni improvisada: es coherente con lo que defendemos en toda España. VOX rechaza el incremento de diputados, rechaza el despilfarro autonómico, rechaza la hipertrofia institucional y las duplicidades, y rechaza, sobre todo, la opacidad de un proceso diseñado a espaldas de los castellano-manchegos. Mientras PP y PSOE pactan en los despachos el diseño de sus propios beneficios autonómicos, nosotros defendemos un modelo austero, nacional, eficaz y sometido a control democrático real.
El PP, sin embargo, ha decidido recorrer el camino contrario. Ha pasado de la supuesta austeridad a la complacencia, de la regeneración democrática al acomodo institucional, de la crítica al PSOE a la subordinación dócil al marco político de Emiliano García-Page. El mismo Page cuya perpetuación en el poder habría sido imposible sin la renuncia del PP a los principios que decía defender.
Como diputado nacional de VOX, lo digo con claridad: lo que el PP ha hecho con este Estatuto es una traición a su discurso previo, a su palabra dada y a la confianza de los castellano-manchegos. Y lo más triste es que lo han hecho los mismos protagonistas de 2013, sin aprender nada, sin explicar nada y sin respetar al ciudadano.
Castilla-La Mancha merece una política seria, coherente y honesta. No una clase política que se contradice a sí misma cada vez que le conviene. No un sistema autonómico moldeado para proteger a dos partidos. Y no un Estatuto reformado para agrandar estructuras que deberían haberse reducido.
En 2013, el PP prometió regeneración.
En 2025, celebra su demolición.
Esa es la medida exacta de su deriva.
Y por eso —hoy más que nunca— la única alternativa seria, coherente y firme en Castilla-La Mancha es VOX.









Estos profascismo racistas, homofobos y cobardes son los que miserablemente dijeron que los valientes españoles que fueron a Gaza por mar iban de bailoteo y crucero. Miserables es una definición nimia, no obstante.
Además todavía les están esperando en la España rural que se estuvo quemando y por donde ni aparecieron. Debe ser que solo van por alli en elecciones para engañar a la pobre gente con sus bulos.
Y no olvidemos que se cagan pata abajo con el americano naranjito que quiere hundir precisamente a los españoles del campo, y no le han dicho ni muuuuuuuu a la sinvergüenza fascista gabacha que ha asegurado que volcará los camiones con productos españoles.
Pero el premio al cafre del año lo tiene Cabrascal cuando fue a darle abrazos como burn cómplice al asesino genocida israelí, ese que entre miles y miles, … asesinó a más de 20.000 peligrosos niños reventandolos con bombardeos indiscriminados
Unas joyitas estos elementos que tenemos sueltos por el país, a los que hay que echar de la política de España porque no son demócratas, sino una subespecie cancerígena para el desarrollo de nuestro país.