Los abuelos de El Bosque

Manuel Valero.- Las culturas saludables honran a los ancianos porque sin ser sabios de conocimientos lo son por la experiencia. Y en ese cuidado han coincido desde culturas tribales a las modernas culturas del bienestar. Solo una infame política surgida de un infame régimen puede relegar a los mayores al olvido y la soledad. Todos los hombres somos radicalmente iguales en dos cosas: que estamos sometidos biológicamente al paso del tiempo y en la muerte inexorable.

Traigo esto a cuento y a sabiendas de que cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, es motivo de controversia, pero el proyecto del equipo de gobierno de honrar a los abuelos con una escultura que adorne el Paseo del Bosque, me parece fenomenal, entre otras cosas por su transversalidad. No se trata en este caso de reincidir en el espíritu minero, ni erigir un monumento conceptual a los grandes ideales del hombre como la libertad o la lucha por la vida. Bueno, en la lucha por la vida… ¿quién no se las ha visto gordas en toda su particular línea de tiempo para conseguir un bienestar propio, para los suyos y para la comunidad de la que forma parte? Es todo ese ejército incontable de hombres y mujeres intrahistóricosquienes han construido la Historia pasada, presente y futura. Los jóvenes de hoy serán ancianos mañana y la mayoría de ellos/as abuelos/as en el lazo familiar.  Anciano se es en el último tramo del viaje, abuelo se es incluso cuando el abuelo de nietosaún puede hacer valer su capacidad física y mental. 

Hoy, cuando muchas son las parejas que trabajan para alcanzar un nivel de vida digno, los abuelos han recobrado notoriedad en el cuidado de los hijos de sus hijos, incluso aportando a la caja doméstica parte de su pensión en tiempos de estrechez.

Por lo tanto que un lugar público sea reservado para reconocer ese tramo de la existencia y que además se levante en un punto del Bosque, bien visible para todos me parece un acierto. Todos los paisanos que disfrutemos del recobrado Paseo no veremos derecha, izquierda, adelante, atrás, un, dos, tres… sino a unas figuras que evocarán a los abuelos y abuelas de todos y cada uno, sin banderías, como una implacable obviedad que refleja el ciclo interminable de la vida. Y con los mayores la experiencia, el trabajo y la pelea por el sustento que a buen seguro protagonizaron. Con el detalle esperanzador, además, de acompañar a los nietosen el recuerdo broncíneo, a las generaciones futuras, mientras los padres se ocupan a su vez del sustento de la familia.

Otra cosa es el menudeo, el trámite, el encargo directo, el presupuesto, el no haberlo ofrecido a algún escultor de aquí, que los hay, pero ¿cuentan todos con el instrumental necesario para acometer una obra artística de ese tamaño? Lo desconozco como no dudo de que el trámite se ajusta a toda legalidad.

El otro aspecto es el del estilo elegido: el realismo. Y sobre esto cualquier opinión es válida. A un servidor le parece que tratándose de lo que se trata es el estilo realista es el más ajustado. Cuestión de gustos.

La información del proyecto escultórico de reconocimiento a los ancianos y abuelos viene además a recordar que las obras de El Bosque avanzan, una vez superada la parálisis y la historia interminable de la iniciativa de reforma que ya no vale la pena recordar.

El Bosque lucirá una escultura de abuelos/as con nietos, por el que parecerán que pasean a perpetuidad. Y quien lo observe recordará a sus abuelos, reflexionará en que llegará el día en que con la suerte de la buena salud también se enganchará tardíamente al último vagón. Y también se verá homenajeado aquel paisano o paisana que con sus nietos de la mano mientras se solazan sientan la gratitud de la ciudad que los recuerda. Y en vida, lo cual es un punto a añadir

Recuerdo ahora cuando se inauguró el Monumento al Minero con el toque personal del escultor José Noja que lo representó emergiendo de bloques de mineral como símbolo del trabajo y la lucha sin cuartel contra la mina. Se le llamó el Mazinguer.Hoy es una escultura identitaria de Puertollano que ha sido asumida de forma natural con el paso de los años y es admirada por lo que representa. Y es bella. 

Los abuelos no son de derechas, ni de centro, ni de izquierda ni de más allá, quiero decir, serán lo que les parezca y ejercerán su derecho a voto porque los pensionistas son un grupo estratégico, pero en la escultura de El Bosque, si todo llega a buen fin, serán Antonio, Serafina, Nicomedes, Demetrio, Olvido y así hasta gastar todos los nombres. Los abuelos de todos, o sea.

PD.- Dijo Ernesto Sábato que ¿qué se puede hacer en ochenta años? Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena”. Así que el monumento lo será también a la sabiduría porque todos los abuelos son sabios. Y sabias.

Buen finde.