La concejala de Servicios Sociales, Aurora Galisteo, ha comparecido esta mañana en rueda de prensa, junto a técnicos de área y entidades colaboradoras que trabajan en San Martín de Porres, para poner por encima de la polémica y el cruce de declaraciones sobre la barriada, las actuaciones municipales que se están llevando a cabo.
En primer lugar, Inmaculada Martínez, jefa de servicio de la Concejalía de Servicios Sociales, ha hecho una radiografía de la situación del barrio. El censo aproximado es de unas 250 personas, constatándose en los últimos años un descenso de población.

San Martín de Porres cuenta con 53 viviendas, propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, de las que 27 están habitadas. “El resto están deshabitadas e, incluso, vandalizadas”. Asimismo, hay contabilizadas 14 infraviviendas, lo que se denomina como ‘chabolas’, de las que 6 están deshabitadas y no se pueden derribar «debido a su disposición», anexas a las viviendas.
Desde 2019, ha informado, se han demolido un total de 28 infraviviendas, 8 de ellas entre los años 2023 y 2025. Además, se está tramitando el derribo de otras cinco de estas infraviviendas para las próximas semanas.
Por otro lado, Martínez ha explicado que en San Martín de Porres trabaja a dos niveles -individual y comunitario- un equipo técnico de la Concejalía de Servicios Sociales, formado por una trabajadora social y una educadora social. Las actuaciones en la barriada incluyen itinerarios individualizados de inclusión, a la vez que se promueven acciones desde la perspectiva grupal con el objetivo de abordar de manera integral las situaciones de exclusión social.

A nivel comunitario, entre 2024 y 2025, se han realizado 23 acciones socioeducativas en áreas como la capacitación profesional, en la que se han desarrollado cinco cursos. Gloria Terriza, educadora social del equipo técnico de inclusión, comentaba que también se han realizado 18 talleres en los que se trabaja desde la perspectiva personal pero en el ámbito comunitario. De las 41 familias participantes en los programas de intervención individual, se trabaja en “el acompañamiento del cambio de mejora”, siempre que las personas colaboran – “no desde la imposición, sino desde la colaboración”-. Se abordan las relaciones familiares, la reducción de la violencia o el absentismo escolar, entre otras materias. Los resultados, según la educadora social, son bastantes positivos, pues ha aumentado la cualificación profesional de los participantes, hay una mayor participación de los jóvenes en los itinerarios propuestos, un mayor acceso a recursos normalizados por sus propios medios y una estrecha colaboración con distintas entidades, como Empuje, Geoalternativa o Diagrama.
Por último, Félix Montañés, presidente Asociación para la Promoción Integral de Minorías Étnicas y Colectivos Vulnerables (Apimey-CV), una de las entidades colaboradoras que realiza acciones en San Martín de Porres, ha detallado que su asociación desarrolla, en coordinación con los servicios sociales, un proyecto basado cuatro ejes fundamentales: educación, empleo, igualdad para el empoderamiento de la mujer gitana y formación. En este último ámbito, en un curso de formación para el empleo, cuentan con 18 personas matriculadas, de las que 12 son mujeres.









