Las personas cantaban por la calle

Jesús Millán Muñoz.- Hubo un tiempo, recuerdo, quizás de niño, que de vez en cuando te encontrabas a alguien cantando en alto por la calle. Cada día distintas personas. Ahora, excepción de excepción.

Hubo un tiempo intermedio que se veía, especialmente, los fines de semana, a algunas personas caminando-paseando por las calles o plazas o parques con la radio, radio pequeña por la calle. Casi siempre oyendo el partido de futbol, algunos música, algunos noticias…

Después se ha pasado a la situación actual el móvil con los auriculares y todas sus formas es el paisaje global de estas geografías. Muchos van hablando, muchos van escuchando-oyendo música, no sé si se puede oír música en esas condiciones y factores y realidades y formas. No sé, no sé qué grado de contenido se captará, quizás un tanto por ciento bajo. Pero sería semejante a quién va pensando, va observando, va hablando… Quizás, estamos perdiendo la capacidad y la cantidad de tiempo de observar sólo con los ojos y el pensamiento-ojos…

Diríamos que hemos perdido el horizonte de la observación. Durante décadas, se nos decía las personas no buscan el silencio, apagar un poco el sonido del interior y del exterior, para encontrar la calidez del silencio. No sé, no sé muy bien lo que es el silencio. Porque el mar interior siempre está hablando, o al menos habla entre sí, aunque usted y yo no seamos conscientes. Metafísicas orientales se fundamentan en este punto, la búsqueda del silencio-vacío interior, porque expresan-dicen se abre otro mundo. Los artistas y literatos buscan el saber, un saber con metodologías distintas a las ciencias. Pero hoy, hoy un saber es la acumulación de distintos saberes –ciencias, tecnologías, artes, teologías-metafísicas, culturas en general…-. Aquí estamos…

Empezamos indicando que ya no vemos, raramente algún caso, alguna vez en algún mes del año, que alguien vaya cantando con su voz y su tono, canciones populares o menos populares. También se tatareaba canciones. Hoy, diríamos que se ha perdido. Alguien lo hará. Antes, se hacia en los trabajo pasaban tus ojos y carnes al lado de una obra en construcción y los labradores de cementos y paredes cantaban, atravesabas la acera con otra persona, y, de vez en cuando iban cantando. Ahora, viejos y no-viejos, adolescentes y no-adolescentes llevan el móvil tamaño cajetilla de tabaco en sus manos o con auriculares.

En fin, el mundo ha cambiado. Cómo se van produciendo y evolucionando unas costumbres y hábitos en otros. Cantar en los campos, a viva voz, posiblemente haya sido una costumbre que ha durado siglos, si no milenios. No sé si los investigadores lo habrán estudiado, si ya en el Antiguo Egipto o en los diversos imperios mesopotámicos que son nuestro origen, antes que Grecia y Roma y Cartago, ya se hacía… si se hacía en las miles, decenas de miles de ciudades-Estado de todo el Arco Mediterráneo, Europa, Oriente Próximo…

Miramos las grandes obras, antes dirían del espíritu humano, de la cultura humana, y, analizamos diez o cien factores, estudiados por expertos e investigadores. Pero a veces, a veces, me pregunto cómo las pequeñas costumbres van cambiando, se van modificando, van evolucionando… una, una es ésta. Posiblemente, pocos se habrán dado cuenta de este detalle. Cuándo hablamos-escribimos de poco, es por no decir, quizás menos del cinco por ciento de la población, sea consciente de este factor. Ya, ya casi nadie canta por las calles, mientras que pasea, mientras que se traslada de un lugar a otro.

Y, captabas, que según lo que cantase, así era el estilo de su música, incluso mostraba el dolor de su alma y de su carne. La canción popular, que se ha ido limando y fabricando durante siglos, era la gran filosofía del pueblo, en ella se mostraba amores y desamores, inquinas y dolores, traumas y alegrías, felicidades y penas, requiem populares y canciones de boda. Existían canciones para todas las situaciones.

Es más, en cada grupo de personas, por ejemplo, en el campo, empezaba uno a darle a la voz, y otros lo continuaban, eran coros populares y rurales que no tenían director de orquesta. Que cantaban y contaban los días. Cientos de generaciones habrán estado cantando por los campos y los trabajos durante siglos y siglos y siglos. Y, en ellas han mostrado sus alegrías y sus penas… la gran canción popular y del pueblo, que es y era la filosofía del pueblo hecha canción y tema y música y sonido. Todas tendrían autor y autoras, que pudo haber empezado hace cinco décadas o puede que tuviese veinte siglos. Quizás, supongo algunas canciones o algunas músicas cambiaron de un idioma a otro, de una lengua a otra, de una civilización a otra. Y, se mantenía la música, se mantenía las palabras pero en otras lenguas.

¡Hace años, que no escucho a nadie cantar por la calle…!

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