La muestra cuenta con un total de 157 fotografías que indagan en las peculiaridades de los diferentes pueblos del país
El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) se asoma a la ‘España Oculta’ de la Premio Nacional de Fotografía Cristina García Rodero (Puertollano) en una exposición compuesta por un total de 157 fotografías que sirve como «muestrario maravilloso de toda nuestra historia» a partir de las tradiciones y de las fiestas populares de la España de los años 70 y 80.
La presentación de la muestra, que podrá verse desde este próximo jueves hasta el 8 de febrero, ha tenido lugar este miércoles en el Centre Julio González y ha contado con la presencia de la directora del museo, Blanca de la Torre, y de la propia artista.
En el año 1973 la Fundación Juan March concedió a Cristina García Rodero una beca de creación artística que, en palabras de la artista «le cambió la vida» ya que le permitió poder adquirir su primera cámara, una Pentax de 35 mm, con la que comenzaría su andadura por los diferentes pueblos de España.
En ese momento, según ha indicado la artista, era «una jovencilla absolutamente inexperta que quería, sobre todo, tener un poco de aventura en la vida», de manera que decidió meterse de lleno en este proyecto que, ahora, más de 50 años después permite explicar «cómo nació una fotógrafa a partir de lo que descubrió de España y a partir del amor que sintió hacia la gente de los pueblos, hacia la gente sencilla, que trabajaba voluntariamente por dejar su pueblo mucho más bonito, por tener una fiesta preciosa».
Este amor se ve representado en el conjunto de 157 imágenes que componen ‘España Oculta’ y que muestran su recorrido a lo largo de 15 años por los diferentes pueblos del país en los que retrató los rasgos más característicos de cada celebración: carnavales, romerías, funerales, misas y fiestas populares.
Todas ellas permiten asomarse a las diferentes realidades de la época y sirven como «un muestrario maravilloso de toda nuestra historia» donde la arquitectura, el paisaje, la comida, los trajes, las joyas y los peinados que aparecen en las fotografías ayudan a componerla.
«CAMINO BIEN DIFÍCIL PODER SACAR UNA BUENA IMAGEN»
Para la documentalista, la fotografía es su vida y, por ello, tanto sus horas de descanso como todo su dinero ha ido destinado siempre a continuar inmortalizando rostros, tradiciones y fiestas por todo el mundo, algo de lo que «no se arrepiente» porque le ha permitido aprender «a vivir con los pies en la tierra, a saber lo que es importante, a estar entre los más importantes y entre los más sencillos, poder tener una visión de todas esas distancias, pero, sobre todo, a disfrutar de lo que estás haciendo».
«Si la fotografía tiene tan buena acogida entre todos es porque no solo te descubre un mundo, sino que te descubre a ti mismo tus miedos, tus angustias, tus momentos de valor, tus ganas de hacer, tus ganas de entrega, tu estilo propio; es una búsqueda infinita de todo en la vida y te ayuda, realmente te ayuda mucho, aunque es un camino bien difícil poder sacar una buena imagen», ha subrayado.
En este sentido, la artista ha reflexionado sobre las diferentes dificultades que encontró por el camino en un momento donde la documentación sobre los lugares que visitaba y sobre la cultura popular era «escasa»: «Yo llamaba a los ayuntamientos, hablaba con la gente, con los sacerdotes, con los tamborileros, con los músicos, con los feriantes, les cosía a preguntas para saber qué fiestas eran las importantes», ha comentado.
La Premio Nacional de Fotografía ha apuntado que no puede dejar un trabajo a medias. «Odio a las personas que caminan superficialmente sobre las cosas o los fotógrafos que me dicen, ‘ya tengo la foto, vámonos’. Yo no me voy. Aunque haya sacado la foto de mi vida hay que esforzarse hasta el final y al año siguiente más, y al año siguiente más», ha aseverado.
Sobre la reedición del libro ‘España Oculta’ que en 2023 cumplió 50 años, Cristina García Rodero ha asegurado que lo ha llevado acabo ella personalmente porque decidió que iba a hacer lo que le «diese la gana» y ha señalado que la publicación, de la que inicialmente se lanzaron 13 ediciones es su «tarjeta de visita»: «La gente me conoce por ese libro, aunque llevo ya 53 años trabajando», ha apuntado.
Por su parte, la directora del museo ha puesto en relieve la trayectoria de la artista y ha destacado sus fotografías en las que retrataba «esas celebraciones diversas de los pueblos de España en los que se desarrollan todo tipo de rituales también tradicionales».
INTERÉS ETNOGRÁFICO Y ANTROPOLÓGICO
«Verlas nos permite realizar de alguna manera esa suerte de viaje también, de acompañarla en aquel viaje por todos estos ámbitos de la vida», ha indicado De la Torre, al tiempo que ha explicado que «lo que más» le gustaba a Cristina eran las personas por eso «fotografía a los personajes que participaban en estas fiestas, cómo viven sus emociones, cómo se comportan» por lo que considera que, desde el punto de vista etnográfico y antropológico, la colección tiene un innegable interés.
Y, ha añadido: «Mientras otros fotógrafos retrataban la modernidad de La Movida, Cristina apostó por una fotografía que no interesaba, pero lo hizo con determinación, con pasión y con talento.
Desde mayo de 2024, la exposición está viajando por distintas instituciones españolas: Círculo de Bellas Artes en Madrid, Centro Cultural La Malagueta de la Diputación de Málaga, Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, Museu Fundación Juan March de Palma y ahora el IVAM.














