Fermín Gassol Peco.– Veinticuatro de diciembre, la estación de la gran ciudad está casi desierta, tan solo la trémula luz de unas bombillas y las rápidas pisadas de algún viajero rezagado rompen un paisaje de estático silencio.
Veinticuatro de diciembre, la noche invade todo, en la calle nieva y hace frío, mucho frío, los copos caen despacio, muy despacio, los chavales que juegan en el parque, intentan recogerlos con las manos. En estos días navideños todo es alegría, al menos exterior, consumismo, movimiento, buenos y efímeros deseos de aquello que anhelamos; aquí dentro sin embargo nadie habla, todo es calma, como si alguien hubiera decidido detener el devenir frenético del tiempo.
Sentados a mi lado, una pareja muy joven de extranjeros, supongo que se disponen a realizar algún trayecto, se diría que van o vienen de muy lejos; la mujer embarazada, el hombre la contempla somnoliento. Junto a ellos, duermen tres “sin techo”, sus ropas desgastadas, la tez ennegrecida, sin maletas, acaso algún macuto; me pregunto si soñarán…con viajar a algún lugar del firmamento.
Las agujas del impávido reloj de la estación van marcando invariables los minutos, los momentos; las nueve y cinco, las diez y cuarto, las once y media… y…ya no recuerdo. Es veinticuatro de diciembre y…yo espero.
El cansancio puede al fin con mi afán de estar despierto. Las horas de la noche custodian mi subconsciente sin saberlo. La espera adormecida me ha llevado a una ciudad donde todos sus vecinos pasaban la noche reunidos bajo un techo.
Al alba, veinticinco de diciembre el pitido de un expreso en el andén interrumpe bruscamente nuestros sueños. Los llantos de un bebe nos crean un añadido desconcierto. Una luz venida de muy alto ilumina a un sencillo belén de carne y hueso.
El niño ya ha nacido, la madre lo amamanta, el padre le da un beso. Mis tres acompañantes se levantan dando un respingo desde el suelo. Los cuatro, sorprendidos, volvemos las miradas para verlo. La estancia cobra vida, el tiempo comienza a ponerse en movimiento, Jesús nos ha nacido, nosotros hemos sido testigos del Acontecimiento.
!Feliz Navidad!











