¡Opa! eurohipócritas

La rebelión de los gorrionesEs innegable la influencia griega en la Europa mediterránea. De hecho, en España tenemos una reina helena y, por si no fuera suficiente, además una infanta Elena. Y quién no ha probado ese yogur que roña que jaroña; quién no ha mojado hasta la extenuación en la salsa del mismo fermentado;  quién no se ha comido tres platos de musaka y luego no  ha podido levantarse de la silla; quién no ha rebajado el ouzo y luego ha puesto cara de machote al tragarlo de un golpe; quién no ha imaginado al primer ministro griego, Yorgos Papandreu, con cabeza de tubérculo; quién no ha intentado resultar gracioso bailando el sirtaki y ha divertido a la audiencia con los rodales húmedos de sus axilas; y quién no se regocija del hermanamiento  entre Ibiza y Mikonos, las dos ínsulas abanderadas de la cultura del subidón. Nos consta, además, volviendo al primer ministro heleno y, ojo, a pesar de su estrechez y sus arrugas, que los eurodiputados disfrutan apasionadamente del griego.

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España no es Grecia, y Grecia no es España. El problema griego no es el problema español. Bueno, unos dicen que sí, y otros dicen que no; con lo cual acaban liándonos bastante. Hasta se ha dicho que Castilla-La Mancha es la Grecia de España. No sé, a mí esta afirmación me resulta un tanto presuntuosa, quizá sea más correcto decir que Grecia es la Castilla-La Mancha de Europa. En fin, no nos perdamos en divagaciones estériles. El caso es que un europajarito se anunció al ZP de la ceja juguetona, se lo comió, y regurgitó al José Luis Rodríguez Zapatero de las tijeras retozonas. Probablemente las tijeras no son las mismas que los eurocolegas regalaron a Grecia, pero vive Dios que afiladas son las dos.

Los consejos de los eurosabios navegan entre las aguas de lo conveniente y lo imperativo, como una penitencia, y cualquier motín ideológico corre el riesgo de hacer zozobrar el bote patrio y llevar la economía a pique. Dicho esto, recordemos también que el Gobierno español negó cínicamente la crisis como San Pedro y necesitó meter el dedo en la llaga como Santo Tomás, razones más que suficientes para dejarnos de penitencias y pasar directamente a la crucifixión.

Sin embargo, la paternal Europa (donde los intereses económicos prevalecen sobre la voluntad de los pueblos) oculta su doble cara. Lo que aparentemente es un fraternal abrazo puede esconder un intento de violación. El vicio y la potencia, y también la impotencia, guardan su correlación. Y en ese sentido no se puede negar la virilidad económica de estados como Francia o Alemania, padres y pilares del europeísmo.

Lo que nos lleva a las palabras que pronunció el pasado 5 de mayo en el Parlamento Europeo el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit, un tipo bastante verde:

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«Lo que le estamos pidiendo al gobierno de Papandreou es algo casi imposible de lograr.[…] ¿Cuánto tiempo haría falta para reformar el sistema de pensiones en Francia? ¿Cuánto tiempo necesitaría Alemania para arreglar sus pensiones? ¡Y le estamos pidiendo a Papandreu que lo cambie todo en tres meses! Están siendo ustedes completamente irracionales. No le estamos dando a Papandreu ni a Grecia el tiempo necesario para encontrar a una solución consensuada. No existe en Grecia una identificación con el Estado. Existe tan sólo el ‘cada cual a lo suyo’. Y eso es lamentable. La culpa es de todos: décadas de corrupción de la clase política en Grecia. ¿No deberíamos tratar de convencerles con prácticas y no sólo con decretos? ¡El consenso hace falta crearlo!«.

«Y ya verán ustedes lo que va a pasar en España cuando empiecen los problemas. Ya verán en Portugal. Quiero decir con esto que debemos inspirar una actitud de responsabilidad, y no pedir lo imposible. […]Creo recordar que alguien dijo hace tiempo “¡Quiero que me devuelvan mi dinero!” (M.Thatcher) Y ahora queremos ganar dinero a costa de los griegos. ¡Porque de eso se trata! A nosotros nos prestan al 1,5% o al 3% y nosotros le prestamos a Grecia al 3,5% o al 6%. ¡Estamos haciendo negocio a costa de los griegos y eso es inadmisible!«.

«Por otro lado, Europa también puede tomar iniciativas. Guy Verhostaff tiene razón cuando habla de un Fondo Monetario Europeo, de un fondo de inversión y solidaridad. Para llevar a cabo un préstamo europeo habría que modificar los tratados. ¡Pues adelante, camaradas, a modificar los tratados! ¡En nuestra mano está tomar iniciativas! Si el Consejo es incapaz de hacerlo, hagámoslo nosotros desde este Parlamento. Creemos de una vez un Fondo Monetario Europeo que pueda poner freno a la especulación. Además, le pido al Consejo que le diga al FMI que la Oficina Internacional del Empleo debe tomar cartas en el asunto de lo que está pasando en Grecia. ¡Se trata de personas, no debe decidir sólo el Dinero! ¡Son las instituciones europeas e internacionales del empleo las que deben poner freno al delirio de los financieros!».

«Y finalmente, existe también otra manera de prestar ayuda a los presupuestos de Grecia: tomar de una vez la iniciativa, como Unión Europea que somos, de fomentar el desarme en la región. Una iniciativa política para el desarme entre Grecia y Turquía. Una iniciativa política para que las fuerzas armadas turcas se retiren del norte de Chipre. ¡Si en el fondo somos unos hipócritas! En los últimos meses, Francia le ha vendido seis fragatas a Grecia por 2.500 millones de euros, helicópteros por 400 millones, Rafale de combate (-cazas-) por 100 millones cada uno. Mis “espías” no han sabido decirme si fueron 10, 20 ó 30… Y Alemania le ha vendido a Grecia otros 6 submarinos por otros 1.000 millones. ¡Más transparencia! ¡Si somos unos absolutos hipócritas! ¡Les prestamos dinero para que nos compren armas! […] Si somos de verdad responsables, garanticemos entre todos la integridad territorial de Grecia. Los griegos tienen un ejército de 100.000 efectivos -¡Alemania de 200.000!- Es completamente nocivo: un país de 11 millones de habitantes que tenga un ejército de 100.000 soldados. Pidamos a Grecia  que haga algo más eficaz que recortar los sueldos de los mileuristas. Esto es lo que le pido a la Comisión, que sea justa».

Y qué más se puede decir sino ¡Opa!

*** Perdámonos***
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***
[Apoyo la tramitación del Estatuto de Autonomía alternativo]

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