Divagario

Si a un Papa argentino, pero no cualquiera sino el primero, como ocurre con Jorge Mario Bergoglio, ya convertido contra todo pronóstico vaticanista en Francisco I, se le puede llamar Papa-ché, que prolonga y actualiza el conocido latino-ché. José RiveroDemostrando con ello la capacidad de invención de nuevas palabras que describen nuevas situaciones, como antes se hiciera con el auto blindado apodado Papa-móvil.

Papa FranciscoAhora que ya sabemos y hemos conocido el súbito gesto, del club de fútbol de sus amores porteños del barrio mesocrático de Flores, el San Lorenzo de Almagro, de incorporar el retrato de Bergoglio/Francisco I a su camiseta bicolor azul/roja, junto a su escudo de toda la vida, se abren nuevos interrogantes terrenales. Los interrogantes celestiales los dejamos para otras alturas de miradas y de pensamientos. Consejos, Encíclicas, Pastorales y Concilios.

Entre esos interrogantes terrenales hay varios y no menores. Así el club porteño, tal vez el tercero en los amores balompédicos bonaerenses, tras el Boca Juniors y el River Plate, pase a encabezar la lista de preferencias balompédicas, con la llegada a la silla papal de tan ilustre seguidor. De suerte que los llamados ‘escarabajos’ superarán a las ‘gallinas’ de River y a los ‘bosteros’ de Boca. De igual forma que sus colores (similares a los clásicos del ‘blau i grana’ Barcelona) deberían de pasar a ser los vaticanistas: amarillo y blanco. Todo un cambio.

Lo demás es ya conocido. Si el gol de Maradona a Inglaterra en las semifinales del Mundial de 1986, conseguido con la mano, fue llamado como ‘La mano de Dios’, si a Lionel Messi ya le llaman como un ‘Dios pequeñito y con balón’, porqué no aceptar que a Bergoglio, en esa extensión de la divinidad con Argentina, le llamen el ‘Papa de Dios’. Para señalar, no sólo, que los Papas anteriores sólo lo eran de Colegio Cardenalicio; sino que a Dios le gusta la Pampa,  el tango, el asado al punto y bebe mate.

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5 COMENTARIOS

  1. Ayer escribía en El País, Ezequiel Fernández Mores: «El San Lorenzo de Almagro debe su nombre a Lorenzo Massa, sacerdote salesiano fundador del club en 1908. Cuyo primer nombre, luego deshechado fue ‘Los forzosos de Almagro’. A Massa debe el club el apodo histórico de ‘Los cuervos’ por el color negro de la sotana de los sacerdotes. ‘Ponete la sotana’ es un dicho popular en el fútbol argentino».

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