Hartazgo periodístico

Fátima Serrano Borge. Portavoz del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Ciudad Real.- Si ustedes no han presenciado nunca un Pleno Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Real no pueden entender hasta qué punto un periodista de los que cubren la información del mismo puede sentirse tan frustrado como para, a renglón seguido del último, celebrado el pasado viernes, sentir la necesidad de escribir sobre ello en un periódico digital de la ciudad, con el título Para qué sirve un Pleno.
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Y es difícil que lo hayan hecho, salvo que hubieran sentido un impulso irrefrenable, situación harto improbable, y hubieran decidido perder una mañana de trabajo (solicitada a cuenta de sus vacaciones) para asistir físicamente a uno de ellos. Otra manera no hay, porque ya se encarga el equipo de gobierno de mantenerlos tapados y bien tapados.

Entiendo, por tanto, perfectamente al periodista aludido, porque su obligación es ir en pos de noticias de interés para los ciudadanos y esa información en los Plenos no la puede hallar.

Puede encontrar, eso sí, descalificaciones, displicencia, bromitas de dudoso gusto, alusiones varias a la ineptitud de la oposición, rechazo continuado a todas “las tonterías” que les solicitamos, multitud de referencias a concejales que ocuparon puestos en el anterior gobierno regional e innumerables ejemplos negativos de otras ciudades, obviamente gobernadas por formaciones políticas distintas del PP.

Puede encontrar una y otra vez andanadas políticas, envites ideológicos y críticas sin cuento al gobierno anterior. Todo eso acompañado de la sonrisa cómplice de la Sra. Alcaldesa que, en un alarde de esmero y objetividad, celebra las ocurrencias de sus correligionarios, en lo que bien podría llamarse “mira quien ridiculiza y atiza más”, y que no se siente obligada a reconducir, porque , utilizando sus palabras, “no se llega al insulto”. Y lo dice una persona pública que presenta querellas a troche y moche sin que se la haya insultado.

Y no crean que esta dinámica no agota, que sí lo hace. Agota la cordura, la sensatez y la templanza, agota el entusiasmo y la buena educación, agota la esperanza. Realmente extenúa.

Y aun siendo así, es la oposición quien mantiene la vida de los Plenos. Sin las mociones que presenta invariablemente mes tras mes, éstos no tendrían razón de ser . Y estas mociones no crean que se preparan sin más ni más; tienen su proceso de elaboración y de obtención de información de los colectivos implicados, hay que desarrollar la argumentación y prepararlas a conciencia para su defensa en el Pleno y hay que pelearlas en un intento desesperado por conseguir el fin para el que han sido ideadas. Objetivo que, inexorablemente, se queda sin cumplir.

Sin embargo, y aunque como daño colateral se produzca un hartazgo entre quienes representan a los medios de comunicación, no conviene perder de vista que si la vida plenaria municipal se desenvuelve de esta manera, es consecuencia únicamente de un sistema organizativo absurdo y alejado de la ciudadanía, que es preciso cambiar. Un sistema que en aras de una mayoría absoluta permite que los plenos sean una pantomima, porque nada se dirime realmente allí. Un sistema que olvida el número importantísimo de votantes que han elegido a otros personas para que les representen y defiendan sus derechos. Un sistema que permite el abuso y el efecto apisonadora y que lamina todas las propuestas.

Por tanto el discurso debe ir encaminado, entiendo, no a la función que representan los Plenos, ni al buen hacer de los concejales ( al menos del grupo que yo represento) sino a un régimen de funcionamiento viciado y caciquil, que deja en manos de una Junta de Gobierno, en la que solo está el equipo de gobierno, sin participación ciudadana alguna, todas las decisiones que afectan a la ciudad.

Luchemos para cambiar esto.

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2 COMENTARIOS

  1. El rodillo de las mayorías absolutas,esas prepotentes mayorías que codician los grandes partidos cuando gobiernan y tan denostadas cuando se está en la oposición,ya se sabe. También algunos ciudadanos «de orden» gustan de ellas. Y los que más saben de sus nefastas consecuencias y del ninguneo que producen , son los partidos minoritarios. Las sufren y las padecen siempre, legislatura tras legislatura.

    • esa es la clave, entrometido:La soportable levedad del ser cuando yo ostento la mayoría absoluta, y la insoportable pesadez del ser cuando la ostentas tú. Deja vü

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