Valdepeñas: de cuentos y mentiras

José López Toledo. IU Valdepeñas.– Escuchando las últimas declaraciones del alcalde de Valdepeñas y por más que uno lo intente, es imposible disociarlo de aquella obra del escritor Carlo Collodi, hombre que jamás hubiera imaginado que alguien superara al personaje principal de su cuento y que todos conocemos como Pinocho.
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Esta marioneta de madera nació de la buena voluntad de un padre, Geppetto y la magia del Hada Azul. Así nacen los líderes en el corazón de los hombres y del resultado de las urnas. Pero como en todo cuento, la vida real también nos muestra el lado oscuro del alma humana. Juan y Gedeón, Strómboli, el Cochero y Polilla, ofertan el lado brillante y lustroso de la existencia: juego, poder, bebida, irreverencia, en definitiva, la mala vida. Amamos a quienes dicen preocuparse por nosotros, queremos a quienes muestran respeto, admiramos a quienes manifiestan elegancia en las formas y en el proceder, estimamos a quien nos ofrece dulzura, seguimos a quienes siendo sabios nos tratan como iguales. Sonreímos con satisfacción, ante todos esos Pepitos Grillos que, como en el cuento, nos ofrecen sabiduría a cambio de nada.

Hoy y para desgracia nuestra, el Pepito Grillo que debería acompañar todas y cada una de las acciones del alcalde de Valdepeñas yace encarcelado o muerto, en cualquier rincón que este regidor destina al olvido, al abandono de lo que supone ostentar la representación política máxima de un pueblo, a la indiferencia de los problemas de los ciudadanos que sufren por su inacción o acción directa, al desprecio de los principios elementales de convivencia. A todo, lo que Geppetto simbolizaría si lo llamáramos Democracia.

Éste es el alcalde que pide decencia y respeto, que denuncia contubernios que sólo anidan en su cabeza, que acusa de faltar al honor de las personas, que afirma que solicitar información a través del correo electrónico (Art. 20 de la Constitución, párrafo 1, apdo. d) es una conspiración contra su persona, atreviéndose a comparar esto con el uso particular que él hace del teléfono asignado a su persona y que todos pagamos con nuestros impuestos (Art.433 del Código Penal). Él que nos recordó las “bragas” de una exconcejal del PP, que utilizó todos los medios públicos a su alcance para intentar denigrar a un empresario (Santos Neira), que inventa encuentros para lucirse en público y pavonearse cual caballero de los tercios de Flandes, que comparó a una concejal de la oposición con la gata Flora (que cuando se la meten chilla y cuando se la sacan llora), que tacha de tontos y necios a los miembros de la Corporación en los Plenos… Cientos de casos como estos, revelan su bagaje al frente de la política municipal y la calidad real de su persona.

Como todo en esta vida, se está abocado a un final ineludible. Y como cualquier régimen que presiente su fin, arremete contra todo lo que puede hacerle daño y que identifica como rival. Pues hasta en esto se equivoca el Sr. Martín. Ni siquiera es capaz de identificar a su adversario político al embestir una y otra vez contra IU y su portavoz municipal. Cuando se está en la izquierda, cuando se gobierna con políticas de izquierdas, el enemigo siempre será la derecha y la derecha no se halla en Izquierda Unida. Cuando se gobierna para mantenerse en el poder a cualquier precio, entonces sí, el enemigo político es ese Pepito Grillo que te recuerda un día tras otro y Pleno tras Pleno, cuál es el camino que se prometió recorrer en período electoral y del que tan fácilmente se olvida.

Cerca tiene que ver este alcalde la llegada de su San Martín, cuando rememora y repite mentiras de hace seis años (la linde se acaba y él sigue), para salpicar a quien ya no puede mojar pues está fuera de su alcance; incapaz de argumentar con coherencia y sólidamente, estructurando discursos inconexos que solamente engañan a tontos que ya no existen. ¿Cuál será su siguiente paso, sacar un boletín municipal pagado con dinero público para hacernos ver que una denuncia contra su persona ha sido desestimada?, ¿O tal vez hacerse entrevistar por Jesús Hermida?

Algunos entramos en política para que no se cumpliera la máxima que dice que la política sin ética es politiqueo y la ética sin política puede desembocar en narcisismo. Si se actúa de forma contraria a lo que el buen consejo exige, de espaldas a una vida plena de valores solidarios y obviando los principios democráticos, puede ocurrirnos lo que al personaje del cuento “Polilla” que acabó convirtiéndose en burro.

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2 COMENTARIOS

  1. Jesús Martín, alias el enchufador, el que gasta en llamadas con dinero público y solo tiene rutinas y cuentos, dimite ya haznos un favor . Estamos hartos de gente como tú

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