Las jóvenes «personas libro» narran en Castellar de Santiago

Antonio Rodríguez Menéndez, Creador del Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro).-El Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) se basa en la mítica obra de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, que describe un mundo en el que los libros están prohibidos y son quemados. Sin embargo, hay personas que se resisten y cada una de ellas se aprende de memoria un libro. Poco a poco, se organizan hasta formar un conjunto de miles de personas libro, aunque dicen que tan solo son “una minoría que clama en el desierto”.  451 es la temperatura a la que se enciende y empieza a arder el papel en la escala de Fahrenheit, equivalente a 233 grados centígrados. La historia fue llevada al cine por François Truffaut en 1966, de manera que muchas personas la conocen; pero, fue a principios de este siglo cuando la ficción se hizo realidad al crearse el Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro), que nació como una organización comprometida con la acción social, cultural y educativa para trabajar en busca del encuentro con el Otro (el prójimo, el próximo, el diferente, el incomprendido, el temido, el enemigo potencial), y la convivencia. Sus pilares son la elección libre de un texto deseado y el narrarlo con el enfoque de la palabra vinculada.

Ha sido creado para que cualquiera pueda ser una persona libro, ya que todas las personas están capacitadas para elegir un texto, encontrado en un libro, que les hubiera gustado escribir, que les inquiete, que les acompañe, que les haga bien emocional o intelectualmente, en el que se reconozcan, que quieran compartir; esas palabras que expresan perfectamente lo que les ocurre o sienten; esas palabras que les calman como ningún bálsamo o que les animan a seguir viviendo, que les agradan por su belleza, que animan su mito más íntimo… Nadie tiene por qué aprenderse un libro entero, pero sí puede memorizar y narrar un fragmento que no nazca de una simple e inmediata apetencia, sino de su deseo, porque, como señala Maite Larrauri: “Lo verdaderamente difícil es desear, porque desear implica la construcción misma del deseo”. Y el deseo es lo que verdaderamente mueve el mundo.

Pero la segunda condición (que, como la primera, es una oportunidad) es que se narre el texto usando el enfoque de la palabra vinculada, fruto de una investigación de años en la Escuela de Lectura de Madrid y en el Teatro Estudio Tuzla. Esto se consigue con una formación adecuada que parte de un cambio de actitud. Y es que lo que en el fondo procuramos conseguir, siempre, con la palabra pronunciada, pero también con la escritura y la lectura, es una mirada ante el mundo. Una mirada que nos vincule a él. Una mirada que siempre busque. Una mirada que respire, que respire y diga. Que muestre más que diga. Que haga que quien escuche exista de verdad junto a quien hable. Una mirada que nos permita dosificar nuestras palabras porque nos lleve a conocer el valor del silencio. Para ello, hemos de entregar bien la palabra a quienes va dirigida. Cuando hablemos, cuando escribamos, cuando leamos. Y es una verdad que, al hacerlo, la comprenderemos mejor (a la persona y a la palabra), y conseguiremos eficacia y gozo. También, quienes la reciban.

El proyecto de las personas libro ha desarrollado múltiples variaciones para adaptarse a los distintos campos en los que trabaja. Hay Jóvenes Personas Libro, en los centros educativos; Personas Libro-Personas Libres, en las cárceles; Personas Libro-Puente de Culturas, para el encuentro de civilizaciones; Familias Libro; Personas Libro de Cuentos, Personas Libro Lectoras, dentro del proyecto La voz a ti debida… Es esencial investigar continuamente la aplicación del proyecto en los campos social, cultural y educativo, porque busca potenciar a las personas y la convivencia entre ellas, porque pretende ayudar a conseguir una sociedad donde se respeten los Derechos Humanos. Por ello, su objetivo es llegar a todas las personas y todos los lugares, sin discriminación alguna y sin fronteras.

En sus fundamentos redescubrimos un movimiento abierto, plural, progresivo, sostenible, de energía renovable, en el que la persona no se diluye en una grey, sino que con su hacer consigue encuentros verdaderos. En su filosofía original, como en la de cualquier biblioteca, existe un respeto profundo hacia la libertad de pensamiento. No se exige formación cultural o intelectual, no hay comparaciones entre las personas libro, no hay censura alguna de ningún tipo. Y si utilizamos el enfoque de la palabra vinculada es porque buscamos no colonizar las palabras ni con ellas a las personas, buscamos entregar nuestras palabras sin imponerlas, buscamos encontrarnos con el Otro, que es el principal reto de todas las culturas en todas las épocas. Y lo hacemos con un pacto entre las personas y los libros, ya que ellos nos dan las palabras y las personas les damos la voz vinculada.

Respeta el necesario criterio de ecología, ya que, igual que las plantas y los animales crecen y se desarrollan únicamente cuando se dan ciertas condiciones físicas, reivindicamos que las personas solo pueden desarrollarse humanamente cuando buscan y trabajan su deseo. Podemos decir claramente que este proyecto facilita esta búsqueda. Además, lo hace utilizando (y reutilizando) los medios y alimentos que en todo momento están al alcance: los libros. Y por supuesto, también cree en la sostenibilidad, que consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades. Es por ello que hemos de construirlo muy bien aquí y ahora, para dejárselo a las generaciones venideras, que habrán de soportar las consecuencias de nuestro injusto modo de vida actual. Ellas lo mejorarán, igual que hacemos con nuestra labor de cada día.

Por toda España (también por Italia, México…) se crean células de personas libro en los campos educativo, social y cultural. En la provincia de Ciudad Real, el Centro de Profesores de Valdepeñas, y concretamente su asesor lingüístico, Antonio Rubio,  alentó una investigación en torno al uso de la palabra vinculada en diferentes centros educativos de la comarca, que fue recogida y asumida por profesoras y profesores que vieron una herramienta para su chavalería. Gracias a este esfuerzo, y con la colaboración de los ayuntamientos y las bibliotecas públicas, ya se han organizado tres “Encuentros de Personas libro, Educación y Bibliotecas” en La Solana, Membrilla y San Carlos del Valle. El próximo será el 25 de mayo en Castellar de Santiago. En ellos suelen participar cerca muchos niños, niñas y jóvenes, con sus familias.

Hemos llegado a este cuarto encuentro gracias a las personas, al factor humano, a ese profesorado que cree que la palabra y el deseo de cada criatura han de ser oídos, porque han de acostumbrarse a decir lo que piensan y sienten, mirando a los ojos a quien hablan, con delicadeza y enjundia. Esas niñas, niños y jóvenes están dispuestos a defender los libros y la lectura, porque en ellos encontramos la vida, que es mucho más que la tristeza de los tiempos que vivimos. Juegan a defender los libros de la quema, y se toman muy en serio y con alegría y gozo este muy humano juego para mostrar que hay belleza, inteligencia y sensibilidad en las palabras de los seres humanos de todas las culturas y abrir con ello un resquicio a la esperanza de encuentro y convivencia. Oírles es esperanzador.

Nota: Estas palabras pretenden ser un homenaje sencillo a las personas que trabajan en la educación y aman su trabajo.

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