SOLARIA, ¡en mi hambre, mando yo!

Miguel Ramírez Muñoz, coordinador provincial de IU Ciudad Real.- Desde IU queremos salir al paso de algunas valoraciones políticas y sindicales realizadas con motivo del acuerdo llegado entre los trabajadores de Solaria y la empresa. Queremos dejar claro que desde IU no estamos de acuerdo con la solución final a la que los trabajadores se  han visto avocados, y que hemos echado de menos una actuación por parte de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y del Gobierno Nacional, ya que en lo que tiene que ver con la Junta, esta solo se ha pronunciado al haber finalizado el conflicto laboral, donde en boca de Carmen Casero, ve con buenos ojos el acuerdo alcanzado, un acuerdo claramente insuficiente según nuestro punto de vista. El Gobierno Central ni si quiera ha pronunciado una palabra sobre este conflicto.

Es cierto que hace unos años se impulsó una burbuja relacionada con las energías renovables, entre ellas la fotovoltaica, y que fue al calor de ése nuevo polo económico e industrial donde aparecieron muchas empresas, entre ellas SILICIO SOLAR y SOLARIA en Puertollano, empresas a las que además se les otorgaron millonarias ayudas de dinero público para su instalación.

La historia del capitalismo nos enseñó que empresas y sectores crecidos a la sombra de burbujas, era el campo de acción para especuladores de todo tipo, en el que el ansia de dinero fácil y rápido, descuida las necesarias inversiones y políticas comerciales que le permitan dar viabilidad y futuro.

Es en ése momento cuando la irrupción de producción china revienta un mercado, que en apariencia libre, en realidad se revela como casi monopolizado. Si a eso le sumamos un giro de 180º en las políticas energéticas y de definición del mix energético nacional y europeo, el sector queda seriamente tocado en España y en Castilla-La Mancha.

El castigo a la producción y al autoconsumo de energías renovables, y la vuelta a la apuesta nuclear del PP y Rajoy, ha conseguido que en un sector de futuro para todo el mundo, que aporta tecnología, I+D+i y desarrollo sostenible, sea un polo industrial y económico en vías de extinción en España.

Si le añadimos una reforma laboral que permite despedir barato y sin control de la autoridad laboral en empresas con beneficios, el cadáver está servido.

Hace casi un año, GAMESA, empresa relacionada con la fabricación y desarrollo de parques de energía eólica, cerró su planta de Albacete a pesar de tener grandes beneficios económicos, y lo hizo gracias a la última reforma laboral del PP.

Ha sido ésa reforma laboral, la que permite despedir sin motivación y sin necesidad de control de la autoridad laboral, la que ha llevado a los trabajadores de SOLARIA y a sus representantes a una encerrona, en el que el menor de los males aparece como sensación de traición.

Sé que muchos hubieran querido una reacción similar a la de aquel jornalero, que le espetó al señorito andaluz ¡en mi hambre, mando yo!, y nunca sabremos si ése rechazo a la última propuesta de SOLARIA hubiera provocado un cambio en la empresa, pero desde luego el marco legal era desfavorable para los trabajadores, y también para la actividad industrial de la empresa.

Por tanto,  para IU el futuro de en su día SILICIO SOLAR y ahora SOLARIA, pasa por mantener una apuesta estratégica como país ligada al desarrollo sostenible, y en el que la exigencia de una responsabilidad social corporativa a las empresas y la existencia un ente público estatal de la energía, darían continuidad y futuro al sector de energías renovables que está en continua evolución.

Era impensable reflotar éstas empresas si se castiga el producto que produce y comercializa, y por mucho que digamos que estamos en un mercado global, nadie monta una fábrica de paraguas en el desierto.

Desgraciadamente todos quedamos tocados, una comarca y una región que agoniza industrialmente, los trabajadores y los sindicatos (todos, no solo CCOO y UGT) que se han visto superados por una legislación laboral adversa y tramposa, unas empresas que una vez secada la ubre, buscan otras fuentes de la que volver a lucrarse, y lógicamente los representantes políticos que queriendo ser parte de la solución, no han podido aun dar una respuesta a tantos problemas. Pero quien queda especialmente dañado es el sentimiento de un pueblo, una comarca, que asiste a la perdida de los últimos alientos de esperanza de un futuro industrial y de prosperidad para Puertollano, la provincia de Ciudad Real y Castilla-La Mancha.

Una vez más me queda la sensación de que los verdaderos culpables salen de rositas, mientras que las victimas gastaremos energías en echarnos las culpas los unos a los otros.