Puertollano, ciudad desahuciada o una ciudad combativa (y V)

Manuel Franco. Afiliado a CCOO.- El modo de abordar la reconversión industrial empresa a empresa, región a región, era un callejón “con” salida solo para los empresarios… recurrir a papa Estado. Esto facilitó el acercamiento ideológico de sindicalistas con una perspectiva incorrecta de los intereses clase, a los gestores de las compañías reconvertidas y favoreció la acción político-sindical en la administración local.
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Son las administraciones políticas quienes ejecutan el destino de las ayudas, que en el caso de los fondos Miner son producto de la negociación con los sindicatos. De una u otra manera el uso de dichos fondos están sometidos a la opinión del movimiento obrero organizado.

Por otro lado, la deriva hacia la claudicación de las cúpulas CCOO-UGT se profundiza con la caída del Muro de Berlín y la intensa campaña propagandística de la burguesía y sus medios sobre las bondades del capitalismo en democracia. Tanto es así que, Fidalgo, anterior Secretario General de CCOO, acepta y defiende postulados de la patronal y el gobierno Aznar.

Esta deriva de las direcciones sindicales tuvo una base material; inestable crecimiento económico de la mano de un aumento importante de las jornadas y ritmos de trabajo que facilitó el aumento del consumo de las familias, lógicamente, y como todos los trabajadores hemos podido comprobar, ese crecimiento descansaba sobre nuestras espaldas pero sus plusvalías sobre los bolsillos de los “anónimos mercados” y algún que otro espabilado nada anónimo en los juzgados; y una base ideológica, abandono de una política propia de la clase obrera (la inmensa mayoría de la sociedad) e independiente de la clase social dominante.

Pero este giro a la derecha no se produjo sin más, la oposición surgida desde la base de los sindicatos fue derrotada y no precisamente con métodos democráticos. En CCOO, los llamados CritiCCOOs, o han sufrido la misma suerte que otros militantes opositores, o han sido asimilados por el aparato, o están defendiendo una política de clase, creciendo, ganando influencia en los acontecimientos y creando serios problemas a la patronal y quienes están de su lado.

Las subvenciones con las que se frenó la lucha del movimiento obrero durante la reconversión minera, como todo tipo de subvención al mercado y sus fuentes de riqueza –industria, agricultura, transportes, etc.- han demostrado ser un transvase de liquidez gratuita que ha ido a parar en gran parte a los bolsillos de los accionistas.

El sistema capitalista se rige por la máxima del beneficio, las subvenciones son para los consejos de administración de las empresas que las reciben lo mismo que el “precio de la mano de obra” factores que aumentan o disminuyen el beneficio, pues el factor determinante, el mercado, está saturado del producto o servicio. Solo los oligopolios se permiten el nefasto lujo de no saturar sus mercados, reducen su capacidad productiva y acaparan materias primas, patentes, tecnología, algunos bancos y no pocos gobiernos… en los oligopolios nunca acampa la corrupción, si acaso algún escándalo financiero… y también reciben ayudas o rescates.

Los fondos Miner sí están salpicados de escándalos por todo territorio acogido a la reconversión de la minería, al menos así se refleja en la prensa local de las comarcas donde se ha dado dinero a nuevas empresas, un medio digital asturiano listaba las ayudas más importantes, la más cuantiosa de la partida 2010- 2011 a Solaria:  http://www.lne.es/cuencas/2013/12/01/empresas-reciben-fondos-mineros/1508375.html

El País se hacía eco del fracaso de las millonarias ayudas a empresas y del resultado, inútil a veces, de las inversiones públicas con fondos Miner. En cuanto a este dinero invertido por las administraciones locales cabe preguntarse por la capacidad de análisis socioeconómico de los grandes partidos que se reparten el poder local y de las direcciones sindicales que aún hoy alientan a esos políticos.

Pero no es una cuestión de capacidades, que por otro lado están muy en entre dicho las de los líderes a nivel mundial, estatal y local; tampoco es una cuestión de voluntades, muchas puestas en juicio por los casos judiciales de corrupción. Confiando en el sistema capitalista en lugar de en la creatividad, espontaneidad y capacidad de lucha de los trabajadores, los dirigentes reformistas de CCOO, UGT y PSOE han errado el camino y acabado haciendo el caldo gordo a la patronal y su gobierno PP cuando todo el peso de la crisis recae en los trabajadores. Un caso concreto nos ilustra mejor: durante el conflicto de Solaria apareció en un medio local un artículo de opinión con el título “Silicio Solar, yo estuve allí”. En el, un ex-concejal del Ayuntamiento de Puertollano, relataba como después de ser apartado de su cargo para un puesto de confianza en la Consejería de Industria sintió una enorme deuda con el pueblo que le había dado tal representación y, se le presentó la ocasión de saldarla cuando Silicio Solar se interesó por CCLM para montar una de sus plantas. Para conseguir su objetivo, no dudamos en lo más mínimo que le echó voluntad, tuvo capacidad y lo más importante, estuvo motivado por el afecto a su ciudad y conciudadanos, pero también le echo un poco de hechizo; modificó la ruta de un viaje para “seducir” al representante de la empresa con las virtudes de Puertollano, fondos Miner incluidos; para el empresario solo había un escoyo, el precio del agua, una llamada al Alcalde y en 48 horas una normativa municipal reduce el precio del agua para “los grandes consumidores”.

A esto queda reducida la política de los reformistas. Las únicas políticas capaces de arrancar autenticas reformas son; la que se cuestiona científicamente el sistema capitalista, o simplemente una política coherente y combativa. Esto ha sido así históricamente y aún durante el periodo comprendido 1949-1973 en que el reformismo tenía una base material mucho mayor, altas tasas de crecimiento ininterrumpido, que no pudo impedir las revoluciones coloniales, el Mayo francés o el gobierno de Unidad Popular en Chile. Las consecuencias de una política reformista no son un debate solo en la actualidad, ya en los orígenes de la socialdemocracia actual Rosa Luxemburgo alertaba de sus consecuencias burocráticas en el seno de los sindicatos en 1906. “La especialización en su actividad profesional de dirigentes sindicales, así como la natural restricción de horizontes que va ligada a las luchas económicas fragmentadas en periodos de calma, concluyen por llevar fácilmente a los funcionarios sindicales al burocratismo y a una cierta estrechez de miras. Y ambas cosas se manifiestan en toda una serie de tendencias que pueden llegar a ser altamente funestas para el futuro del movimiento sindical.

En ellas se cuenta, ante todo, la sobrestimación de la organización, que, de medio para conseguir un fin llega a convertirse paulatinamente en un fin en sí mismo, en el más preciado bien en aras del cual han de subordinarse los intereses de la lucha. De ahí se explica también esa necesidad, abiertamente confesada, que lleva a retroceder ante grandes riesgos y supuestos peligros para la existencia de los sindicatos, ante la inseguridad de grandes acciones de masas. (…) Y finalmente, a costa de ocultar las limitaciones objetivas que tiene la lucha sindical en el orden social burgués, se llega a una aversión directa a toda crítica teórica que llame la atención sobre esas limitaciones en relación con los objetivos finales del movimiento obrero…”

Volviendo a la prensa local y volviendo a romper mi principio de no contestar a los comentarios de los lectores quiero repetir el comentario que refleja mejor la situación y a mi personalmente, ignorando las pretensiones de su autor, me parece muy adecuado, es breve y decía más o menos esto “Menos palabrería y más hacer algo que aquí hay gente que lleva en el paro más de cuatro años”. Cierto.

Frente a la palabrería hueca de la clase dominante, los gobernantes y sus medios sobre la necesidad de formación (a cuenta del trabajador) aceptar la flexibilización y más recortes y el vocerío histérico de los dirigentes ilusionistas de la izquierda, junto con (para no irme de rositas) malos repasos de historia de un viejo metalúrgico; es necesario un plan de acción para revertir la situación. Como hemos dicho antes es inútil buscar una alternativa local. Pero Puertollano por su tradición industrial juega un papel fundamental en el movimiento obrero de la CCLM, una lucha seria y decidida en nuestra comarca tendría unos efectos inmediatos en Guadalajara, Talavera, Albacete, Alcázar de San Juan… que se iría extendiendo por todo el territorio de la Comunidad y ciudades importantes de todo el Estado.

¿Cuáles deberían ser las reivindicaciones concretas?

Frente al paro:

-Bolsa de empleo público controlada por los inscritos, asociaciones de parados, representantes de las AAVV, de los sindicatos representativos y trabajadores del SEPECAM.

-Bolsa de empleo para el complejo petroquímico controlado de la misma forma que el anterior.

-Renacionalización de Repsol e incorporación a plantilla de todos los puestos de trabajo subcontratados que no sean estacionales.

-Puesta en marcha de Silicio Solar y Solaria con un plan de renovación de instalaciones de suministro eléctrico para el patrimonio inmobiliario público con la calidad requerida para ser atractivo el resultado en el mercado privado.

-Nacionalización de Encasur como fuente estratégica propia de energía.

-Ni un recorte en sanidad, educación, servicios sociales y a la ciudadanía.

-Ampliación del subsidio hasta el 100% del SMI y de duración hasta encontrar un puesto de trabajo.

Frente a la corrupción:

-Dimisión del equipo de gobierno municipal, de Cospedal y Rajoy.

-Expropiación de los vienes de los gestores de empresas que han participado en tramas de corrupción. Incautación de los bienes de los representantes públicos espurios.

-Ningún cargo público de una organización obrera debe cobrar más que un trabajador cualificado. Suspensión de militancia a todo miembro del sindicato salpicado por casos de corrupción y expulsión si se sabe de su participación.

-Por un sindicalismo de clase, combativo y democrático.

Ninguna de estas medidas son antisistema y mucho menos socialistas, son medidas democráticas. Lo único que hace falta es voluntad y decisión para ejecutarlas, pero chocan frontalmente con la lógica capitalista. La Sra. Mónica Oriol, jefa del Circulo de Empresarios puede pasar por ser una arpía, escupe en la cara de los trabajadores de la construcción y no dice ni pío de que fueron empresarios quienes les contrataban y que se hicieron de oro con esos jóvenes trabajadores por míseros sueldos de 1.500, 2.000€ por interminables jornadas de 12 horas. Seguramente la mayoría de los grandes empresarios de ilustre apellido son buenas personas y no son capaces de pensar así, pero eso no quita un ápice a la verdad de cómo piensa el capital por que es su lógica material, objetiva, monetaria, de supervivencia.

La crisis orgánica del sistema capitalista está mostrando una cara atroz en esta fase aguda. Los ilusionistas quisieran ver el final del túnel pero basta echar un vistazo para ver el truco: Demandan más inversión, pero la capacidad productiva esta en mínimos por lo que sin invertir apenas se produciría más, el problema es que lo que se produce no se vende, no se cierra el ciclo del capital. I+D+i, la eterna panacea, la investigación la llevan las grandes multinacionales, los institutos públicos de investigación son auxiliares de estas y ofrecen la posibilidad a firmas menores de “subcontratar” la investigación; la mayoría de avances tecnológicos y del conocimiento se reparten entre pocas potencias, USA, UK, Alemania, Francia, Japón, alguna vez se han dado casos de “monocultivo” como India con la programación informática a final de los 90 y principios de siglo, que más que I+D+i era producción en cadena; ¿cuál es el plan exactamente? ¿qué la madre patria cree otras pocas multinacionales hasta conseguir triplicar el PIB y ponernos a nivel de los “competidores”?, en ese caso ya no haría falta buscarse una panacea que nos saque de la crisis; ¿un monocultivo de investigación solar, turística, medioambiental, de la comunicación… el Instituto Cervantes?, en este otro caso estaríamos en el punto de partida: Hacer atractiva la inversión en mí ciudad, en mi comunidad, en mi país; y lo único que hace más atractiva la inversión es comprar barato –inmuebles, impuestos, financiación, “mano de obra”… todo lo que da origen a profundizar la caída del consumo y por tanto la caída también de la inversión.

Exigen la unidad de los “agentes sociales”, pero en periodos de crisis se muestra de forma descarnada los irreconciliables intereses entre los mercados –quienes realmente manejan el mundo y sí tienen apellidos según la lista Forbes- representados por gobiernos y patronales, y los trabajadores que transformamos la materia, ejecutamos la idea, añadimos el “valor”, generamos la riqueza. Riqueza que por otro lado esta ociosa en paraísos fiscales a la espera de un buen negocio.

En el Estado Español la crisis del ladrillo es solo una peculiaridad, la de que en el sector de la construcción se concentraba la mayor parte del crecimiento económico y suponía una parte sustancial del PIB, como en Irlanda, Islandia, USA, países donde la crisis también tiene un apellido.
La ola privatizadora no es solo un principio ideológico de la derecha, es una necesidad para el mantenimiento del capital acumulado durante el periodo anterior a la crisis, de vital importancia para las constructoras que se hicieron gigantes con la burbuja inmobiliaria. El negocio si no es redondo si es seguro; se recorta el salario diferido de los trabajadores –los capitalistas sí que entienden que esto abarata sus costes-, y entra en el reparto la “iniciativa” privada en concepto de gestión, para mejorar la astilla del emprendedor… una “pequeña” tasa, po favo.

No sería justo si solo dijera el que considero error de principio del reformismo, que les ha llevado a perder pie con la realidad, sin esbozar al menos cual es el escenario real de la economía y las posibles consecuencias socio-políticas.

Hoy asistimos a una pugna capitalistas por los mercados que amenaza la estabilidad social y la paz. La Posibilidad de una recuperación es real pero si se da será corta, raquítica, y desde luego no afectará a las condiciones laborales -a menos que se luche con contundencia y de manera generalizada contra el paro y la sobrexplotación-, la crisis que suceda al corto periodo de recuperación de la economía mundial aunque sea menos pronunciada que la actual tendrá efectos sociales más nefastos. En cualquier momento la recuperación puede verse truncada por el doble efecto de la propia naturaleza de la crisis, de sobreproducción, y las tensiones inter-imperialistas. Las instituciones burguesas están muy desprestigiadas, no en vano llevan sin dar una, salvo recomendaciones de bajarnos el salario, desde el inicio de la crisis.

Los gobiernos pierden el apoyo casi a los minutos de ser proclamados. La conciencia política de las masas crece a saltos de gigante; la revolución árabe, las dificultades de la contra-revolución en América Latina, la evolución política de nuevos movimientos como Las Mareas Ciudadanas y 15-M claramente a la izquierda y cada vez con más vínculos con la clase obrera, y la entrada en escena de un proletariado con espontaneas luchas económicas muy numeroso, muy joven, muy explotado y desprotegido en una potencia imperialista como China. En los momentos determinantes de la lucha de los trabajadores se recuperan tradiciones de organización que sí han dado resultado eficaz para doblegar la voluntad de patronales y gobiernos –Gamonal, limpieza viaria en varias ciudades, Alcázar de San Juan (aunque aquí quieran ocultar la presión popular debajo de una sentencia judicial), etc.- ahora e históricamente, a pesar de tener una dirección que en lugar de estar a la cabeza está en el culo entre el estercolero de prejuicios falsos.

La alternativa a la paupérrima situación de la comarca no está en convencer a los tigres para que coman lechugas. Está en un plan de lucha para ejecutar medidas concretas contra el paro, la precariedad, los recortes sociales y la desigualdad. El enemigo es común, la política de recortes para salvar grandes capitales financieros; en Puertollano hablamos de placas solares y Repsol -que por cierto cuando exista un nuevo conflicto en la plata petroquímica las consecuencias socio-económicas y el papel de los trabajadores unidos y organizados serán mucho más intensas que en periodos pasados-, en Aguilar de Campó de galletas y en Ferrol de Navantia, pero en cada uno de estos sitios la alternativa es la misma: La lucha obrera con un programa independiente de los intereses del capital. Y en una organización que hunda sus raíces entre los trabajadores en los tajos, en los barrios, que forme cuadros para desenmascarar la palabrería “política oficial”, que sugiera y anime el mundo de la cultura sobre que pensar y crear, que conforme una dirección para las tareas del día a día con las personas con más voluntad, coraje y honestidad. Esa organización existe, pero su dirección es una pieza rota que inutiliza todo el instrumento.

La Plataforma Ciudadana por el Futuro de Puertollano –como cualquier otra agrupación, IU si rompe con la política que siguen sus representantes en el Ayuntamiento, o Frente Cívico-, ante la falta de canalización de la indignación popular, puede convertirse en ese instrumento, a condición de que asuma un programa estrechamente vinculado al expuesto. Sin un programa de clase a lo más que puede aspirar La Plataforma es a convertirse en una agrupación local con representación en el Ayuntamiento que nada puede hacer por variar un ápice las cifras de desempleo si se rige por las mismas reglas del juego.

Aunque haya margen para nuevas agrupaciones políticas no lo hay para ninguna alternativa que no sea la que dibuja el sistema capitalista, que mil familias decidan qué hacer con la riqueza generada, o la lucha por un programa por el empleo.

El camino para que La Plataforma por el Futuro de Puertollano se convierta en el canalizador del descontento, en una ayuda para que los trabajadores acometan la depuración de los dirigentes sindicales y en un punto de apoyo para los pequeños comerciantes empieza con el saludo:
¡Somos Puertollano, somos Clase Obrera!

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