Los alumnos del colegio Alarcos de Valverde llevan «provisionalmente» cinco años en aulas prefabricadas

Eusebio Gª del Castillo Jerez.– El Centro de Enseñanza de Infantil y Primaria (CEIP) Alarcos de Valverde es un pequeño colegio en el que cursan sus estudios 30 alumnos. Hace cinco años derribaron uno de los dos aularios con los que contaba el centro por su mal estado de conservación y, provisionalmente, se instalaron dos aulas prefabricadas. Un lustro después, los módulos continúan allí, pese a las continuas reclamaciones de la dirección del centro educativo.

Como el número de alumnos es reducido, éstos se agrupan en clases por ciclos. Así, en la actualidad, en el CEIP Alarcos existen tres unidades: Educación Infantil por un lado y tercero, cuarto y quinto de Primaria por otro, ocupan las dos aulas del edificio principal, mientras primero y segundo cursan sus estudios en una de las aulas del módulo prefabricado. Cada curso académico las circunstancias cambian y las necesidades son distintas, por lo que, a lo largo de los últimos cinco años, las dos aulas prefabricadas han llegado a ocuparse.

Mª Ángeles Simón Sánchez, directora del colegio, explica que, originariamente, el centro constaba de dos edificios. En el lugar que ocupan los módulos prefabricados había dos aulas de construcción más antiguas, pero aparecieron grietas y los técnicos consideraron que el inmueble no reunía las condiciones adecuadas, por lo que finalmente fue derribado.

«Provisionalmente instalaron estas aulas prefabricadas -señala la directora del centro; e insiste-, provisionalmente, pero llevamos ya cinco años, y no creo que tenga pinta de que vayan a construir nada, pese a que hemos reclamado por activa y por pasiva».

Al acceder a las aulas prefabricadas, Mª Ángeles Simón advierte del olor a «humedad y moho» que se percibe y que combaten con ambientadores. «Es un ambiente insano», lamenta. En una de ellas, el grupo de primero y segundo de primaria está en clase; en la otra, diverso material escolar se apila sobre mesas. «Este aula, cuando llueve, se utiliza como sala de usos múltiples para los alumnos de infantil, sobre todo para psicomotricidad», comenta mientras golpea las paredes y el suelo. «Esto retumba, apenas hay una chapa de separación, y se oye muchísimo en el aula de al lado».

El centro no dispone de gimnasio ni de una sala de usos múltiples, ni siquiera cuenta con una zona techada en el patio donde los alumnos puedan guarecerse en los recreos o hacer educación física cuando llueve. «Durante este curso, como una de las aulas prefabricadas está desocupada, se utiliza para infantil, pero no reúne las condiciones adecuadas para impartir educación física a los mayores».

Un pequeño patio sin instalaciones deportivas es el espacio del que este centro dispone para impartir educación física. Un arenero que utilizan los niños de infantil, algunas líneas blancas que cruzan el patio y los cuadrados de la rayuela dibujados en el suelo, son los únicos elementos que rompen la monotonía del asfalto en la zona de juegos. Cuando las condiciones meteorológicas son adversas, los alumnos se tienen que desplazar a una pista municipal situada a unos 600 metros, atravesando un parque al que acceden por un camino que cuando llueve se cubre de barro, o por una calle cuya acera es muy estrecha.

Los desagües de los baños del módulo prefabricado atraviesan en el patio. En la zona central, la directora del colegio señala una rejilla. «Aquí vierten las aguas fecales de los servicios y el olor sale; además, a veces se ven flotando…». Evita decirlo, pero se refiere a las heces, y vuelve a hacer hincapié en la situación de insalubridad que tienen que soportar los alumnos.

Por último, Mª Ángeles Simón asegura que la solución «provisional» de las aulas prefabricadas es práctica, porque da respuesta a una necesidad urgente, pero que, en cualquier caso, no se puede dilatar en el tiempo; y, además, no prevé que la situación vaya a cambiar: «nos han dicho muchas veces que se van a iniciar las obras, que están en trámite, que están aprobadas… pero aquí nadie mueve nada».