La guerra

isidroSanchezLos acontecimientos vividos en este nuevo siglo XXI llevan al convencimiento de que no ha llegado el fin de la barbarie sino una repetición cada vez más sofisticada de la misma, como afirma la psicoanalista Belja Rubin.
Por desgracia no estamos ante un final, sólo ante “un nuevo comienzo acompañado por un concepto diferente de hombre, de guerra, de humanidad, de trauma y de síntoma” (Bejla Rubin de Goldman: Nuevos nombres del trauma. Totalitarismo, shoah, globalización, fundamentalismo. Buenos Aires, 2003). El nacimiento en Alemania y su vida en Argentina marcan la trayectoria vital de la autora al reflexionar sobre el trauma, la devastación, la catástrofe, la shoah, que tanto marcaron el siglo XX.

Ahora Europa conoce directamente los estragos de los conflictos bélicos con la llegada de refugiados procedentes de diversos países. Y es necesario recordar que su origen está en la cruel distribución de la riqueza generada por el capitalismo, la guerra y siglos de expolio colonial y neocolonial. Pero el fenómeno no es de ahora, ni mucho menos. Según cifras de ACNUR el número de refugiados no para de aumentar en lo que va de siglo y era a fines de 2014 de casi sesenta millones de personas.

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Pero centrando la atención en el tema de la guerra en el siglo XX es preciso indicar que nunca en la historia de la humanidad se había producido tal barbarie, tanta violencia, tan tremenda exterminación. Nunca habían muerto enormes cantidades de personas como resultado de enfrentamientos bélicos. Tres ejemplos pueden ayudar a entender la cuestión. En la primera Guerra Mundial murieron en torno a ocho millones y medio de militares, aparte de las muertes de civiles. En la segunda Guerra Mundial la cifra se elevó hasta los veinte millones. Y en la Era de la Paz, nombre que suele aplicarse al período histórico abierto en 1946, según recuerda Eduardo Galeano, las guerras han matado al menos a veintidós millones de personas y han expulsado de sus tierras, de sus casas o de sus países a más de cuarenta millones.

Pero aparte de la visión de la guerra como uno de los cuatro jinetes de la Apocalipsis, hay que recordar rotundamente que la guerra es un gran negocio para unos pocos, que lo consiguen gracias al sacrificio, el sufrimiento y la muerte de los más desfavorecidos socialmente. Y a esos señores de la guerra poco les importa el sufrimiento de las personas.

Por eso, es preciso cambiar la percepción que se tiene de la guerra como algo que no nos afecta directamente. Y exigir a los gobernantes posiciones de paz y posiciones de no tolerancia ante los negociantes, que sólo quieren obtener beneficios económicos sin importarles el precio que las personas deben pagar.  Ejemplos como el que propone la ONU son muy significativos: Con el coste de un submarino nuclear, unos 2.400 millones de dólares, se pueden realizar instalaciones para el suministro de agua potable y saneamiento a bajo costo para 48 millones de personas.

Pero las democracias occidentales y EE UU, además de Rusia y China, son los grandes constructores de armamentos de todo tipo, que venden para que las guerras se perpetúen. Según cálculos publicados en el anuario del SIPRI (2014), Instituto Internacional de Estocolno de Investigación para la Paz, el gasto militar mundial en 2013 fue de 1.747 billones de dólares, “cifra que significa el 2,4 por ciento del producto interior bruto mundial o 248 dólares por persona en el mundo”. Ese tremendo gasto convive de forma vergonzante con hambrunas, mortalidad infantil, enfermedades, es decir, sufrimientos profundos.

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Isidro Sánchez Sánchez
Desde el revés de la inopia

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7 COMENTARIOS

  1. Y aún así, con estos datos que ponen el vello de punta, seguimos creyendo que la línea a seguir es la de armarse hasta los dientes para prevenir… no sé qué.

    Está claro que los marcianos no nos van a invadir en su búsqueda de vida inteligente…

    Son realmente impactantes los datos que has ofrecido, y un buen bofetón en la cara de los que, como el ministro Morenés, están entre la industria militar y la política de Defensa para seguir robándonos el bolsillo en pro de sus objetivos siniestros.

    Un buen momento para que, después de leerte, la gente se vaya a las web de la ONU, Médicos sin fronteras, World Vision, Oxfam International, Cruz Roja etc etc y corrobore que lo que has escrito es al 100 % correcto.

    Habría que hacerle un poco más caso al “rousseaunianismo clásico”, donde la existencia humana es “fundamentalmente no violenta antes de la adopción del hábitat denso y sedentario, la transición a la agricultura y el desarrollo de estructuras sociales y políticas complejas”. Un caso de organización donde los de «arriba» usan a los de «abajo» en beneficio propio, caiga quien caiga. Y, así nos va.

    Lo cual, y más en este fin de semana COÑAZO-ELECTORAL, me anima a repetir que PASO olímpicamente de banderas y nacionalidades. Que me siendo feliz siendo en mi día a día un apátrida que solo usa el DNI cuando tiene que ir a la administración. Malditas banderas y malditas nacionalidades que hacen que el ser humano asesine sin piedad a los de su propia especie en base a objetivos que jamás sabrá o entenderá.

    Gracias por su Texto, Dr. Sánchez.

  2. Y aún así, con estos datos que ponen el vello de punta, seguimos creyendo que la línea a seguir es la de armarse hasta los dientes para prevenir… no sé qué.

    Está claro que los marcianos no nos van a invadir en su búsqueda de vida inteligente…

    Son realmente impactantes los datos que has ofrecido, y un buen bofetón en la cara de los que, como el ministro Morenés, están entre la industria militar y la política de Defensa para seguir robándonos el bolsillo en pro de sus objetivos siniestros.

    Un buen momento para que, después de leerte, la gente se vaya a las web de la ONU, Médicos sin fronteras, World Vision, Oxfam International, Cruz Roja etc etc y corrobore que lo que has escrito es al 100 % correcto.

    Habría que hacerle un poco más caso al “rousseaunianismo clásico”, donde la existencia humana es “fundamentalmente no violenta antes de la adopción del hábitat denso y sedentario, la transición a la agricultura y el desarrollo de estructuras sociales y políticas complejas”. Un caso de organización donde los de «arriba» usan a los de «abajo» en beneficio propio, caiga quien caiga. Y, así nos va.

    Lo cual, y más en este fin de semana COÑAZO-ELECTORAL, me anima a repetir que PASO olímpicamente de banderas y nacionalidades. Que me siendo feliz siendo en mi día a día un apátrida que solo usa el DNI cuando tiene que ir a la administración. Malditas banderas y malditas nacionalidades que hacen que el ser humano asesine sin piedad a los de su propia especie en base a objetivos que jamás sabrá o entenderá.

    Gracias por su Texto, Dr. Sánchez.

    • Pero, Peterot, la historia objetiva es la que es. No podemos manipularla como mejor nos convenga. O ahora negamos los hechos de España en Iberoamérica tras el descubrimiento. Es cierto que ni tu ni yo somos responsables de las animaladas de Pizarro, pero negarlas es absurdo. Pues así por el resto del mundo y sus ex colonias.

      Se trata de no olvidar para no repetir. Al menos yo lo veo así.

      Y, la mayoría de las guerras activas tienen un actor oculto…ya tu sabe, como disen en Cuba…

    • Ideología,¿ te suena de algo, o crees que solo la tienen y la muestran los que se colocan en una lista electoral, como Isidro o Ricardo Chamorro? Ideología es eso que aparece en cada línea de cada párrafo de cada artículo de los colaboradores de este diario y de todos los diarios del mundo mundial.Y cuanto más tratan de disimularla algunos, más se retratan. Tú también tienes una ideología, contraria a la de Isidro, pero la tienes, o NO?

  3. Goethe decía preferir la injusticia al desorden. La cuestión es ahora saber cuánta injusticia podemos soportar y quién está autorizado para distinguir entre la injusticia y el desorden. Quiero creer que estamos maduros para que la especie pueda gobernarse a sí misma y reducir los niveles de injusticia y desorden; pero está claro que el capital no lo está, pues controla y maniata todas las formas de poder. La especie humana, no una clase social concreta, ha de controlar al capital. Así pues, el mundo debe pronunciarse con una sola voz en un referéndum global y no tenemos que dejar que instituciones infiltradas por la banca, el capital y las ideologías usurpen la conciencia colectiva global de la humanidad.
    No resulta curioso que nadie haya planteado jamás esta iniciativa? Por algo será. No se puede plantear que el capital gobierne el mundo sin el permiso convencido de los seres que más que gobernar somete y controla. Hoy, gracias a internet, se puede plantear esta iniciativa, aunque sea siquiera de forma consultiva… La única que permitiría el capital que somete y dizque gobierna el mundo. Toda solución ha de empezar y terminar por ser ética y reconocer los mismos derechos a los seres humanos, empezando por el de manifestarse como un todo, como una especie.

  4. Y lo primero debería ser una declaración universal de los deberes humanos que deje bien claro que la guerra no es una opción. Hasta ahora los poderosos tienen más derechos que obligaciones. Eso debe cambiar y, si no cambia eso primero, nada cambiará después.

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