La Constitución incumplida y nuestras autoridades de puente

MarcelinoMañana martes, día seis de Diciembre, se cumplirán treinta y ocho años de una ley cuyo incumplimiento ha cimentado, desarrollado y consolidado, la supremacía del sistema oligárquico en vigor, así como la proliferación de intereses territoriales. Hablamos de la actual Constitución española. No es una broma de mal gusto. Es la dura realidad.

En este artículo vamos a abordar  un incumplimiento del que nadie habla a pesar de su trascendencia.

La letra de la Carta Magna fue redactada con la intención de que cada uno de los integrantes del Poder Legislativo fuera depositario de la soberanía nacional, independientemente del partido o circunscripción por los que hubiera sido electo. Por tanto, todo diputado o senador, una vez elegido, representaría al conjunto de la Nación.

Nuestra ley de leyes preservó la independencia individual de diputados y senadores al exigirles que actuaran según su voluntad, sin atender imposición alguna. Es decir, cada diputado y senador debería actuar libremente, buscando en cada decisión el bien común de la Nación en su conjunto, por ese motivo se prohibió el mandato imperativo.

Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo (Art.67.2)

Esta prohibición significa lisa y llanamente que nadie puede condicionar a sus señorías: ni los grupos de presión de cualquier índole (económicos, sociales, regionalistas, nacionalistas, etc.), ni siquiera los partidos de los que forman parte; por tanto, la férrea disciplina de voto aplicada por todos ellos ha atentado y atenta abiertamente contra la normativa constitucional.

Para entender su importancia, puede ser clarificador remontarnos a la norma en la cual se inspiró: La Constitución francesa de 1.791.

Los representantes electos por los departamentos no serán representantes de ningún departamento en particular, sino de la Nación entera, y no se les podrá conferir ningún mandato.

Los representantes de la Nación llevan treinta y ocho años vulnerando la ley, y no cualquier ley sino nuestra ley Suprema; pero, no se preocupen, nadie hablará de ello.

¿Ha afectado este incumplimiento a nuestras vidas?,  por supuesto. De facto, y mediante acuerdo unánime, los partidos han establecido la peor de las oligarquías posibles: la política; donde un reducidísimo grupo de personas concentran un poder político prácticamente omnímodo. Este ha sido el escenario más deseado y apoyado por las oligarquías beneficiarias: la “no política” y las territoriales nacionalistas.

Las oligarquías siempre se han entendido bien a pesar de ciertas desavenencias, muchas de ellas de cara a la galería.

La oligarquía política es la peor de todas porque, además de los efectos nocivos de toda concentración de poder, añade el de la traición al pueblo constituido en Nación que le delegó su confianza. Son incapaces de cumplir una Constitución redactada por ellos mismos.

Al observar cualquier perspectiva del hemiciclo del Congreso, sería lícito preguntarse a qué se dedican todas esas personas ¿De verdad tienen alguna función que aporte valor al devenir cotidiano del Legislativo? La respuesta la conocemos todos, sólo una: Hacer en cada momento lo que establezca el jefe de cada grupo. De lo contrario el díscolo se enfrentará al régimen disciplinario de su partido.

Señoras y señores lectores, un Congreso con media docena de personas aprobaría las mismas leyes. El resto es un puro “club de fans”. Y……, a todo esto, ¿de dónde emanan las decisiones tomadas por el jefe de cada grupo parlamentario? De la dirección de cada partido.

Todos, absolutamente todos, desde el jefe de grupo hasta el último de los palmeros de este carnavalesco club de fans, actúan por mandato imperativo; por tanto, contraviniendo la Constitución.

En esta aparecieron nuevos actores. Dos nuevos partidos llamados por la providencia a romper el duopolio de la Transición. Han hablado mucho. Han jugado con estéticas diferentes. Han criticado esto o aquello. Eso sí, la oligarquía política ni tocarla ¿Mencionar el incumplimiento sistemático del art. 67.2 de la Constitución que prohíbe el mandato imperativo? No he oído nada parecido. Por supuesto hablan de las oligarquías; de las otras, claro. ¿La propia? Evidentemente se han dado a sí mismos patente de corso y, en este trascendental asunto, han cerrado filas con los partidos tradicionales. Mal asunto.

¿Han sido suficiente treinta y ocho años para que los poderes del Estado hubieran cumplido con los preceptos constitucionales? Me van a disculpar por mi osadía: Honestamente creo que el tiempo transcurrido ha sido bastante razonable ¿Bastante? Seamos sinceros, ¡han ido más que sobrados! Entonces, ¿qué ha pasado? Pues que no han querido, así de simple. En el neolenguaje de lo políticamente correcto se le llamaría falta de voluntad política. Hablando sin tapujos – como el título de esta columna – deberíamos no andarnos con rodeos y llamarlo como lo que es: no querer.

Hace treinta y ocho años – se dice pronto – los españoles aprobamos en referéndum una unidad de texto. No aprobamos algunas leyes y dejamos de aprobar otras. Esa opción nunca existió. El pueblo español aprobó un contrato social unitario. Este contrato ha sido incumplido de forma continuada por los poderes públicos durante casi ¡cuatro décadas!

Después de una larga dictadura, los españoles no querían que el poder político se convirtiera en otra dictadura de nuevo cuño, esta vez encubierta. Los españoles jamás desearon que el poder político recién arribado llegara a ser la principal oligarquía del país; por eso la nueva Constitución incluyó la prohibición del mandato imperativo.

Los poderes públicos han obviado maliciosamente el texto constitucional; por eso, en lugar de ponerse manos a la obra y cumplirlo de una vez por todas, quieren modificarlo a toda costa ¿En qué consistirá tan ansiado cambio? En transformar como legales las ilegalidades cometidas en estos treinta y ocho años y presentarlas a la Nación traicionada como una necesaria adecuación a los nuevos tiempos. Ese es el objetivo número uno. Y la interdicción del mandato imperativo dejará de existir sin hacer ruido, sigilosamente. De la misma forma que ha estado todo este tiempo. Como si nunca hubiera existido.

A pesar de su ocultación es una norma que molesta, y mucho; y la harán desaparecer por dos motivos: Primero, para evitar cualquier mínimo roce con la idea jerárquica y monolítica que todos tienen de los partidos. A sus dirigentes les fascina tener su propio club de fans, a los hechos me remito. Nadie está dispuesto a ceder el control desmesurado conseguido hasta la fecha. Segundo, para llevar a la práctica diversos conceptos que tienen en cartera, entre ellos, la relación con los grupos de presión y España como nación de naciones. Ambos poco compatibles con el actual artículo 67.2 de la Constitución.

Como nada de lo realizado o realizable por los seres humanos es inmutable, quizá las espadas estén aún en lo alto y no se haya dicho la última palabra.

constitucionLas autoridades ciudadrealeñas  y su celebración del Día de la Constitución.
Creo que se les adelantó el reloj. Claro que fue un adelanto desmesurado. No fue un día, ni dos, ni tres, sino ¡cuatro! Se impuso la banalización de lo solemne. No es de extrañar.  Los poderes ejecutivo y legislativo incumpliendo el pacto social con la Nación establecido en la vigente Constitución y las autoridades locales yéndose de puente como el común de los mortales, que es lo que está de moda.

Pues no. Ustedes no son gente común y corriente. Lo habrán sido la mayor parte de su vida y en algún momento volverán a serlo. Pero desde el momento en que fueron investidos como servidores públicos y dotados de autoridad a través de la delegación que el pueblo soberano les otorgó, Uds. dejaron de ser personas corrientes, así que sería muy saludable no comportarse como tales porque no lo son.

Ninguno es el panadero de la esquina ni el dependiente de un comercio al por menor. Cualquiera de ellos puede hacer lo que le plazca y Uds. también, con una salvedad: no abandonar funciones inherentes a su cargo. En cuanto autoridades del Estado, Uds. encarnan la representación popular y no hay nada más solemne que eso. Si el Día de la Constitución es el seis de Diciembre, es en esa fecha y no en otra cuando deben conmemorarla en nombre de todos los ciudadrealeños.

Sería saludable que se hiciesen merecedores de semejante honor y dignidad.

P/D:

La Constitución fue publicada en el B.O.E. el 29 de Diciembre de 1.978, siendo incumplida sistemáticamente hasta fecha de hoy la prohibición del mandato imperativo. Ninguno de los partidos de la Transición; ni, en su día, UPyD; ni Podemos, ni Ciudadanos, han denunciado este gravísimo incumplimiento ¿Los medios de comunicación? Perfectamente alineados con sus iguales. Entre oligarcas anda el juego.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz

Relacionados

21 COMENTARIOS

  1. Sin duda la partitocracia es una de las realidades que más deshonra esta Constitución. Más que al amparo del contrato social (Rousseau), la prohibición del mandato imperativo se ve amparada en el principio de la separación de poderes (Montesquieu), y este es el que hay que invocar pues es la mayor garantía que los españoles deben tener, que los distintos poderes del Estado y nuestros representantes con sus partidos se controlen mutuamente.

    Ante lo ocurrido en el Brexit, ahora Italia, sin embargo creo que ahora una reforma de la Constitución bajo el rodillo de PP y PSOE lo único que haría es blindar el actual sistema autonómico y electoral.

    No encuentro que sea el momento de cambiar nada, aunque la reforma constitucional sea debida. A los dos grandes si les interesa es para consolidarse, uno debe aclararse (Ciudadanos) y otro supone una ruptura con más de lo mismo pero bajo formas autocraticas (Podemos) y revolucionarias.

    En tiempo de desolación no hacer mudanza (San Ignacio de Loyola).

    Hay que tirar para adelante y si se debate una reforma de forma transparente, porque si nadie dice en qué consistiría, lo mejor es desconfiar.

  2. Lo de celebrar el día de la Constitución, como viene siendo habitual en un día distinto, este año casi en mes, demuestra que a estos políticos la Constitución les importa más bien poquito.PERO QUÉ POCA CATEGORÍA TIENEN.

  3. Queda plenamente justificada la reforma constitucional. Queda plenamente justificada la desaparición de esos «derechos» a los políticos que les ponen al margen de la ley y les dejan hacer lo que quieran sin ninguna responsabilidad.

    ¿Problema? PSOE y Ciudadanos son lo mismo que el PP, ahora mismo, en materia constitucional. Vamos, que quieren seguir mamando del pilón, lo que significa que la reforma constitucional va para largo. A no ser que repitamos un 135 para beneficio de ellos.

    ¿Lo bueno? Que el PSOE va perdiendo cada vez más votantes, que Ciudadanos es un cero a la izquierda y que los votantes del PP cada vez avanzan más hacia la luz…con todo el cariño a los mayores, pero es lo que hay….ya queda menos…es cuestión de paciencia.

    • Sobre tu último parrafo… hablas como si no supieses que es un hecho sociológico, incluso biológico, demostrado, que la gente cambia su forma de pensar, su voto, con la edad. Se hace más conservadora. Por mas que querrais autoconvenceros de lo contario, el tiempo corre en contra de Podemos y a favor de PP y, en menor medida PSOE. Por que la sociedad española esta cada vez mas envejecida. Y el que vota a Podemos con 25 años, votará PSOE y hasta PP, con 50. Ya pasó en los años 80. Muchos, muchisimos de los votantes jovenes del PSOE en 1982, ahora mismo son votantes maduros, de 50 o 60 años, del PP.

      Sobre ciudadanos, en eso si te doy la razón, es un cero, un partido absolutamente artificial, creado por ciertos grupos mediáticos para intentar robar electorado al PP, habida cuenta que Podemos se lo estaba robando al PSOE. Pero el centro como tal, si que es Cs se puede considerar centro, nunca ha tenido un sitio estable en España. UCD, CDS, UPyD y ahora Ciudadanos. Ademas se estan ganando a pulso y con excelente nota su pase a la irrelevancia, jamas he visto un partido con semejante ausencia de principios estables.

      • Creo que te equivocas, Luisma. El voto no es tan dinámico como adviertes. No dudo que lo sea en grandes urbes pero si observas la dirección del voto, comprobarás que Castilla- León ( salvo Zamora, que tiene un alcalde De IU) Galicia y Andalucía no han cambiado el signo de su voto en décadas de democracia. Las corrupciones y traiciones del PSOE han tardado lustros en pasarle factura ,y porque había un Podemos para cobrarlas, si no, el voto socialista segiría siendo socialista o abstención. Y si nos vamos a municipios de menos de 5.000 habitantes ( el noventaymuchos por ciento del total de municipios españoles) el voto es el mismo elección tras elección. Al PP la corrupción tardará en pasarle factura, pero lo hará más pronto que tarde. Y la población de viejos , esa gente conservadora de la que hablas, puede que se vuelva indignado cuando le rebajen sus pensiones. Porque al paso que vamos las jubilaciones dejarán de ser de oro. Y los matrimonios que suman 5000 euros de pensión serán un recuerdo.

        • La corrupción no va a hacer ningún daño más al PP del que ya le haya hecho. Ni pronto ni tarde. Por contra la recuperación económica, que mas pronto o más tarde si se producirá, le hará recuperar votantes. El PP,incluso el Psoe, tienen el grupo principal de sus votantes en los 50 60 años. A esos les quedan 30 años por votar. Y ninguno de ellos se volverá de Podemos. Por contra, muchos votantes de Podemos con 25 años, con 55, no será Podemos lo que vote.

        • Yo no estaría ten seguro. Estamos en un terreno donde las ciencias exactas brillan por su ausencia. Decir tan categóricamente que tal o cual no votará a Podemos es hacer política ficción. Confundir el deseo con la realidad puede ser tranquilizador pero poco realista. La recuperación económica está por ver. Y cuatro años dan para muchos cambios… no siempre a mejor. Yo creo que el deseo inconfesable que tienen los dos partidos que han partido el bacalao en mantener el bipartidismo a toda costa es lo que está muerto y enterrado. Se llame Podemos, La cabra mecánica o Los hombres de negro los que borren el bicolor del hemiciclo, el bipartidismo es pasado.

        • Pues a mi si que me parece confundir deseo con relidad pensar que si en la situación más propicia para Podemos,con una crisis económica, política y social brutal, no ha sido capaz de configurarse en alternativa de gobierno hegemonica, no ha sido capaz de acercarse a ese partido de corruptos que según ellos son el PP, sí va a conseguir superarlos cuando la situación se estabilice.

          No se si has visto las últimas encuestas sobre valoración de líderes. Pablo Iglesias menos valorado que Rajoy. Alguien que lleva dos años en Política y sin desgaste de gonermo, menos valorado que el Matusalem de los recortes y la corrupción. Como España «vaya bien» de aquí a tres años,Podemos y por descontado ciudadanos, serán otra vez IU e UPYD.

  4. Este es un debate casi interminable, harto complejo y con múltipes derivadas. Tradicionalmente , en la doctrina constitucionalista se interpretaba el art. 67.2 , la prohibición de mandato imperativo de los diputados, en relación al cuerpo electoral que les había otorgado su confianza. Los diputados una vez elegidos estaban ligados por mandato representativo, no imperativo. Nuestros parlamentarios serían así una suerte de mandatarios de los electores con poderes ilimitados. El elector que se sienta traicionado solo puede retirarle su confianza en próximas elecciones.

    En la actualidad el debate se abre a la relación de diputados con su partido, es decir, a la posibilidad de que un diputado ¨rebelde¨ desobedezca los dictados de los órganos de su organización en un determinado sentido. Y aquí entran en juego múltiples consideraciones. ¿ Pertenece el escaño al partido político o a sus diputados? En un sistema de listas cerradas y bloqueadas y con un electorado que , no nos engañemos, vota siglas, el diputado ha llegado a serlo gracias a que una organización ha puesto a su disposición una infraestructura y un prestigio.

    El escaño, no osbstante, es propiedad del individuo que lo obtiene, lo que ha dado lugar a inmorales casos de transfuguismo.

    Una tiene el corazón dividido. Me pareció mejor que bien que unos cuantos díscolos le hicieran una pedorreta al PSOE en la reciente investidura de Rajoy. Si se prometía no facilitar un gobierno del PP, los traicionados fueron los ¨rebeldes¨, ¿no?

    La casuística, en fin, es muy amplia y las opiniones diversas. Pero la disciplina de partido y de voto, con todas las modulaciones que se quieran, es necesaria. Oscar Alzaga, antiguo político y constitucionalista, afirmaba que un afiliado no puede estar permanentemente en desacuerdo con las directrices de su partido. Y que, cuando los desacuerdos sean permanentes, lo mejor que puede hacer es crear su propias siglas.
    En fin, este es un debate espeso e intrincado.

  5. Es enrevesado sin duda, sin emembargo la partitocracia es uno de los problemas al que apuntamos de forma destacada los españoles.

    Su reforma puede hacerse fuera de la Constitución, pues viendo los derroteros que van tomando las reformas constitucionales en otros paises, no estamos en un momento adecuado pues los populismos se refuerzan.

  6. Reformar la Constitución es imprescindible para garantizar que todos los partidos políticos cumplan siempre su programa electoral (que debe ser el contrato que une a cada político con sus electores) es algo en beneficio de todos los votantes de cualquier partido político, incluyendo en esa reforma mecanismos como la revocación anticipada del mandato a los diputados por parte de la mayoría de sus electores cuando no cumplan su programa electoral. No se puede ir de incumplimiento en incumplimiento, ni tener que esperar 4 largos años mientras que los votantes ven como los partidos que han votado deciden medidas contrarias a las prometidas.

    También, para poder ejercer realmente la soberanía, es lógico que el pueblo debería ser consultado (referéndums) para garantizar que se cumple la voluntad de la mayoría de los españoles en todo momento, especialmente en cuestiones generales que no hayan sido debatidas en campaña electoral. Y deberían ser no solo cuando el gobierno de turno quiera, sino también a petición de un número considerable de electores, para garantizar que el gobierno no evita consultar al pueblo soberano.

  7. El problema de España es el incumplimiento de las normas, de las leyes, comenzando por la más importante, la Constitución. Por tanto, este debate de la reforma constitucional no es tal. No existe entre los ciudadanos un clamor que demande la reforma de la Constitución. Los españoles demandan trabajo, una buena sanidad o poder cobrar sus pensiones cuando se jubilen. ¿Por qué este falso y artificial debate sobre la reforma constitucional?

    Si yo tuviera que elegir una causa, un porqué, de esta repentina y no demandada reforma de la Carta Magna, diría que es para consolidar la desigualdad entre los españoles.

    Hay unos sujetos que desafían la ley, la incumplen. ¿Y qué hacen nuestros políticos? Reformar la Constitución para premiar ese incumplimiento. Lo hemos visto antes en el País Vasco. ¿Qué hicieron nuestros políticos con los que se dedicaban a matar españoles? Legalizarlos y permitirles vivir del presupuesto público.

    El problema no es el ejercicio difuso del mandato representativo; el problema es que los españoles no somos iguales, ni tenemos los mismos servicios, ni la misma libertad, ni los mismos derechos y obligaciones en Ciudad Real que en Barcelona , Bilbao o Alsasua.

    • No conozco a nadie que no quiera que las promesas que les hagan se cumplan y para eso hace falta reformar la Constitución para introducir mecanismos realmente efectivos y porque si se recoge sólo en una ley esa ley se podrá cambiar fácilmente después.

      La soberanía debe ser realmente efectiva y el control de los electores a sus «representantes» se pueda ejercer de forma permanente.

      Es lo mínimo, a partir de ahí ya se podrá pedir todo lo demás con una garantía de que las peticiones del pueblo serán escuchadas y las promesas cumplidas.

      • Cumplir el programa electoral es irreal, siempre habra una Europa, una España, unas multinacionales, un capitalismo al que echarle la culpa en caso de incumplimiento, y además no se pueden vender duros a cuatro pesetas.

        • Entonces que no prometan lo que no van a cumplir, porque el soberano en una democracia es el pueblo, somos todos nosotros en conjunto.

          En una democracia representativa, se eligen unos representantes que «representan» a sus electores. Si no representan a sus electores ¿a quien están representando entonces? ¿es una democracia?

        • Estás obviando la naturaleza humana y política.

          El control entre ellos y finalmente en las elecciones es lo realmente importante, evitar abusos de poder.

  8. El problema en este país es que todo se queda anticuado enseguida, somos tan modernos, y queremos modificar lo que tiene plena vigencia. Ciudadanos necesita cambiar la ley electoral pata mejorar su posición y Podemos y sus afines están en contra de la democracia representativa, pretenden que todo se vote despreciando la representatividad de los elegidos. Este país no tiene solución de continuidad, nos vemos abocados a su balcánizacion por ese fatuo sentimiento nacionalista ahora amparado por los populistas que buscan destruir para ascender y mejorar su posición. Un asco

    • Para que sea representativa se deben cumplir todas las promesas y establecer mecanismos que permitan revocar el mandato anticipadamente por sus electores; para que sea democracia el pueblo debd ser soberano y para poder ejercer esa soberanía se le deben consultar las cuestiones de interés general que no se hayan debatido en la campaña electoral.

        • Entiendo que para ti una democracia es votar cada 4 años y que luego los políticos hagan durante todo ese tiempo lo que les de la gana. Es evidente que deberías informarte mejor.

Responder a Fidela Cancelar comentario

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img