Eusebio Gª del Castillo Jerez.– Dejar de centrarse en la enfermedad y comenzar a cuidar a la persona para ofrecer una asistencia sanitaria digna es la esencia del Plan Dignifica, en el que se enmarca la actuación del proyecto de clown social de Clownrisas. Desde finales de mayo de 2016, Aníbal Fernández Laespada, Bernardo Briones, David Isasi y Pilar Hernández acuden cada jueves al Hospital de Ciudad Real, habitualmente en parejas, para acompañar a los más pequeños en las pruebas médicas que han de realizarles. Pese a las dudas iniciales, estos payasos se han granjeado la confianza y afecto de los profesionales sanitarios y su labor se plasmará en un estudio sobre el impacto del acompañamiento los clowns en el nivel de estrés y ansiedad de los niños
El papel del payaso en el hospital, además de su aspecto lúdico relacionado directamente con el juego y la risa, implica un aporte psicológico, terapéutico y de apoyo al profesional sanitario. Sin menoscabar los rigores científicos exigibles a la atención sanitaria, es posible ser sensibles a la vivencia del proceso por parte del paciente, tratar de ayudarlo y hacérselo más fácil. Begoña Izquierdo, responsable del Plan Dignifica en Ciudad Real, confía en que el estudio que se está elaborando evidencie la “maravillosa” transformación que ha obrado Clownrisas y los resultados que arroja su proyecto.
Un ejemplo del cambio al que han contribuido, comenta, es una fotografía publicada en el perfil de Facebook de Clownrisas, en la que puede verse a un equipo de profesionales sanitarios junto a una integrante de este colectivo. Algo así sería impensable hace unos meses, asegura. Este proyecto no solo está promoviendo beneficios para los pacientes, sino que además está consiguiendo que se abran las puertas de una institución “tan rígida” como un hospital a este tipo de contribuciones.
Reconoce que al inicio de la andadura de esta iniciativa, los profesionales sanitarios manifestaron sus reticencias. «No lo veían» o consideraban que no era el entorno adecuado. La instantánea antes mencionada “habla por sí sola del progreso y la gran apertura que Clownrisas ha conseguido”. Los profesionales que antes tenían reservas, ahora «están deseando» que lleguen los jueves, el día que los payasos acuden al hospital. El beneficio es “absoluto”, asevera. Ha conseguido generar un buen clima para todos: pacientes, profesionales, familias… “Hacer esto posible es un logro inmenso”, remarca la responsable del Plan Dignifica.
Desarrollo del estudio científico
Clownrisas colabora con el Hospital de forma altruista, y a los profesionales sanitarios se les ocurrió que, para que al menos tuvieran algún tipo de remuneración, en forma de “salario emocional”, se podría llevar a cabo un estudio de investigación con el que dar validez e impulso científico a su intervención.
Los payasos hospitalarios participan en los procesos en los que se realizan pruebas diagnósticas que requieren sedación. Cuando los padres dan el visto bueno y el niño está de acuerdo, los clowns acompañan al pequeño hasta que se queda dormido y están presentes también cuando despierta. El estudio pretende valorar, a través de unas escalas técnicas con las que se mide el estrés y la ansiedad, los beneficios que aporta su actuación en todo ese proceso.
El objetivo del estudio es evidenciar el beneficio que la actividad de los clowns profesionales aporta a los niños en la reducción del nivel de estrés y ansiedad, e incluso de dolor. En él participan todos los estamentos profesionales del servicio de Cuidados Intensivos Neonatales y Pediátricos y cuenta con el apoyo del área de investigación del Hospital.
Por el momento se han recogido los datos del grupo de control (pacientes sin acompañamiento de Clownrisas) y quedan por recabar los correspondientes a las últimas intervenciones de los payasos de hospital. Se analizarán y compararán datos de una muestra de 50 pacientes, la mitad de ellos acompañados por los clowns. Se espera que en unas semanas puedan presentarse informes y conclusiones.
Antes comenzar el proyecto se abrió un período de formación, ya que acceder a una unidad de cuidados intensivos neonatales requiere de unas medidas de seguridad rigurosas, en cuanto a prevención de contagios, entre otras.
Begoña Izquierdo hace hincapié en que se trabaja en equipo y en que los payasos están siempre respaldados por los equipos médicos y de enfermería, que les explican las peculiaridades a tener en cuenta con cada pequeño.
El proyecto de Clownrisas forma parte del Plan Dignifica, y fue una de las primeras iniciativas que, en este ámbito, se implantaron en el Hospital.
Integrados en el hospital
“Al principio notábamos cierto recelo, porque se pensaban que íbamos a armar jaleo y a molestar, pero al final se empieza a entender el concepto de clown hospitalario, que no es el del payaso de pista o el de calle, sino que es cuidadoso y apoya el trabajo del equipo sanitario”, explica Pilar Hernández (la doctora Mariabrisa), de Clownrisas. Los miembros de este colectivo sienten que forman parte del Hospital, les apasiona hacer su trabajo y están muy satisfechos de ver que funciona.
Aunque el estudio se centra la UCI Pediátrica, comenta esta actriz y clown, al final acabas trabajando con todos los niños que te vas encontrando por el hospital. Por ejemplo, relata que «a la salida de UCI hay una sala de espera de una consulta pediátrica y siempre nos paramos. En esa consulta les hacen unas pruebas de esfuerzo, y una de ellas consiste en correr pasillo arriba y abajo. Cuando te los encuentras echas carreras con ellos, se pican, y les ayudas a que corran más rápido».
El primer paso es recibir a los pacientes en Admisión, para conocerlos. A continuación, los payasos los acompañan a la UCI pediátrica. Uno de los momentos más difíciles para los niños es el de la vía intravenosa. “Acaban de llegar al hospital, saben que les va a pasar algo, que les van a hacer unas pruebas, y a nadie le gusta que le pinchen (y menos a un niño)”. Para ayudarles es “muy importante” haber tenido contacto antes, “que el niño confíe en ti y siga tu juego”. Una de las estrategias que mejor funciona en este caso es el reparto de roles: si a ti te pincha, a mí me duele y mi compañero chilla. “Es una cosa muy payasa, pero el niño, aunque le duela, se está riendo contigo”. De esta forma, en la mayoría de los casos se consigue que el niño se relaje, “que se haga el valiente porque están los payasos o que lo lleve de otra manera”. Además, todo esto facilita el trabajo al personal sanitario. De cualquier modo, los clowns no son infalibles: “hay otras veces que los niños están muy nerviosos y hay poco que hacer, aunque cuando terminan te lo agradecen: te miran y te dan un abrazo”.
Desde la UCI se traslada a los niños a Pruebas Especiales, que es donde les duermen, explica Mariabrisa. De camino, pasan por varios pasillos. Uno de ellos, el de espera de quirófanos, es el “más delicado”. “En ese pasillo hay mucha preocupación y conforme vamos avanzando las caras cambian. Al menos tienen un momento de respiro”. Cuando llegan al Gabinete de Pruebas Especiales permanecen junto al niño hasta que cierra los ojos. Después acompañan a los padres, “porque en ese momento desfogan todo el nerviosismo que llevan”. Cuando los niños regresan a la UCI y despiertan, allí están los payasos. “No dejan de ser conscientes de que han pasado por trago difícil”, recalca Pilar Hernández, pero lo importante es que cuando hagan balance del día se acuerden más de los payasos que los pinchazos.
Como experiencia, la valora como tremendamente enriquecedora, que además les permite crecer, tanto a nivel personal como profesional. “Llevaba soñando con esto muchísimo tiempo y verlo hecho realidad es una pasada”, reconoce. Además, con la satisfacción de que su esfuerzo, con el apoyo del personal de la UCI de pediatría y la gran implicación de la supervisora, María Paz Ríos, arroja resultados tan positivos.
muy buen trabajo!!!
Enhorabuena, ojalá todas las noticias fuesen como está, ¡ánimo payasos, sois c o d s !
Por la excelente y profesional a la vez que didáctica función que realizan esto payasos y estas payasas, en este caso con los niños y niñas hospitalizados, regalándoles unos ratos de distracción y diversión para hacerles más llevadera su estancia en el Hospital…
Por esto y por mucho más es por lo que siempre critico y criticaré cuando una persona que hace algo que no gusta a los demás por no ser políticamente correcto o por otras razones es llamada PAYASO/A o que lo que hace es una PAYASADA…
eL SER payaso ES UNA PROFESIÓN MUY DURA, PORQUE ES DURO HACER REIR CUANDO NO SE TIENEN GANAS O NO APETECE…
Yo conozco a Payasos y Payasas – no diré sus nombres – que se ganan la vida así, haciendo reir. Y hacer reir es maramilloso, mucho más que hacer llorar o cabrear a la gente.
Asi que mi reflexión es que cuando veamos a alguien hacer algún gesto, guiño o lo que sea y no nos parezca bien, le dediquemos cualquier adjetivo menos PAYASO/A, entre otras cosas porque PAYASO/ no es o no debería ser un adjetivo sino el nombre de una profesión como médico, juez, albañil, carpintero, enfermero ,…etc etc etc.
Y ahora sí, gracias a estos payasos por su noble trabajo con los más pequeños…
Gracias por vuestros comentarios, nos alegra sentir vuestro apoyo!!
Y sí Luis Mario, el ser payaso es una profesión que requiere formación y dedicación como cualquier otra.
Para mi, que me digan payasa, es un halago!! 😉
[…] Lee el artículo completo en http://www.miciudadreal.es/2017/03/03/el-hospital-de-ciudad-real-se-rinde-ante-la-maravillosa-transf… […]