Homenaje al padre

MarcelinoPúsose el sol, mas miento no se puso.
¡Dime, inventor de frase tan maldita!
¿Cómo se pone el sol si es que se quita?
Era un verano madrileño. Caluroso. Así los recuerdo a todos. Yo era pequeño, un niño apenas. Había paseado con mi padre por la Casa de Campo. Montamos en una barca del lago y me enseñó cómo remar para que la barca avanzara en línea recta. Yo bogaba con un remo y él con otro. Los dos eran demasiado para mí.

Se acercaba la hora de comer. Abandonamos el parque a la altura de la Puerta del Ángel. Había un puesto de helados de aquellos de temporada. Recuerdo su marca: Camay. Luego la cambiaron a Camy, dios sabrá por qué. Me quedé mirando al tablón de propaganda del puesto.

-¿Quieres uno? –me preguntó mi padre sonriendo.

-Bueno –respondí.

-Es casi hora de comer. No se debe ingerir helados antes de la comida –me dijo; yo lo miré a él, a la propaganda y a la dependienta, en ráfagas consecutivas.

-Bueno, te lo voy a comprar, pero no se te ocurra decírselo a tu madre; sabes que no le gusta nada que comas si estás haciendo la digestión de algún alimento.

Elegí un helado al corte de nata. La dependienta me regaló una sonrisa de oreja a oreja y me fui tan contento cogido de la mano de mi padre, comiendo el helado que se derretía debido al fuerte calor.

Cuando salíamos a pasear mi padre y yo, solos, nunca me hablaba como a un niño, me lanzaba consignas: “Un hombre de verdad siempre tiene que respetar a una mujer”… Yo no sé lo que pensaría mi padre que yo podría hacer con ¿8, 9, 10 años?, pero me lo decía. Para animarme a que aprovechara el tiempo y estudiara me largaba frases como: “Toda persona tiene que ser útil a la sociedad, por eso tienes que estudiar y esmerarte” ¡Esmerarse……! ¿Cuántas veces no habré oído ese verbo reflexivo de su boca?  “No juzgues a nadie, y menos por sus ideas. Las ideas diferentes deben servir para el debate fructífero nunca para separar a las personas”

“Nunca elijas a tus amigos por su ideología, hazlo por su calidad humana”

Aquel lejano domingo del helado al corte antes de comer, en la atardecida, me recitó el pequeño poema que encabeza este artículo y me habló algo de su autor, Mayakovski. Remató su arrebato poético diciéndome que el mundo, la vida, eran una gran paradoja ¡Paradoja! Nunca antes había oído esa palabra, al menos conscientemente. Tuvieron que pasar unos años para que en el colegio, en clase de literatura, se hablara de semejante figura literaria. En ese momento el poema de Mayakovski me mostró su utilidad y entendí la visión paradójica de la vida de la que hablaba mi padre.

Comprendí que la paradoja es una contradicción aparente, y si la vida era paradójica es porque lleva incorporada la contradicción, pero, ojo, no una contradicción absoluta, no, sólo aparente, y si era aparente era porque, en el fondo, tal contradicción no existía, era pura ilusión. ¡Cuántos quebraderos de cabeza me ha dado, y también quitado, entender el significado profundo de la paradoja!

Algunas noches, mi padre tocaba el violín. Otras, las más, pintaba óleos.

Cuando estuvo enfermo dibujaba a plumilla sentado en la cama. Inició un largo poema que yo califico de bufo titulado Debut en la Ferrería. En él se describen las tribulaciones de la orquesta de mi abuelo materno en una actuación para olvidar. Una de esas veces donde todo se confabula en contra y no te queda otra que ponerle buena cara al mal tiempo. Él lo vivió en carne propia. Fue integrante de la orquesta en su Asturias natal.

En aquellos años yo iba a lo mío. Y sus palabras me entraban por un oído y me salían por otro; o eso creía yo, infeliz de mí……..

Los ciclos de la vida humana son caprichosos. No siguen las reglas de la naturaleza tal como la conocemos. Los frutos de las semillas de la infancia aparecen cuando quieren o, quizás, cuando son más necesarios. Las semillas son pacientes. Se dejan arrinconar sabedoras de que tarde o temprano verán la luz. Y así es. Un día, sin saber por qué, las palabras que oíste un día lejano surgen para ayudar a desbrozarte el camino. Aparecen vívidas, vigorosas, envueltas de sabiduría. Cualidad que se les negó en el momento de recibirlas por primera vez. Puede suceder que ya no tengas al lado a quien que te las dedicó. No importa. Seguramente él lo hizo sabiendo lo que hacía. Que lo importante es sembrar; roturar y sembrar ¿La cosecha…..? Nacerá cuando sea menester.

Se ha puesto de moda entre los psicólogos hablar de relaciones humanas sanas e insanas. Las primeras serían, según ellos, las que se desenvuelven bajo la premisa de la reciprocidad. Yo te doy si tú me das: La simplificación de las relaciones humanas en una simple ecuación aritmética. Y si la contraprestación no llega casi de inmediato es porque la relación no es del todo sana. Bajo esta premisa mi padre debería haberme dado una patada y echado de casa hace mucho tiempo ¿Qué sería de la humanidad sin las personas que dan sin esperar nada a cambio directamente?

Cuando mi padre me decía de niño “Toda persona tiene que ser útil a la sociedad, por eso tienes que estudiar y esmerarte”, no estaba pensando en recibir directamente nada a cambio. El fruto que él me pedía era para los demás. Su recompensa, la reciprocidad que esperaba de mí, no era otra que verme servir de algo al resto de mis semejantes. Esa sola frase, recuperada al cabo del tiempo, me ha hecho ver la importancia del legado. La razón de nuestra vida es el legado que seamos capaces de dejar. Sin el legado la vida sería un sinsentido. Un transitar estúpido con una calculadora potente para controlar cómo van las ecuaciones de nuestras relaciones humanas.

Por eso agradezco a mi padre el legado que me dejó, y por hacerme ver que yo debo hacer lo mismo.

Mi padre se fue de viaje a un lugar muy especial antes de lo esperado. Estuve con él la última noche. Estaba en coma. Con el corazón le repetía una y otra vez que tuviera fuerzas para volver. Casi al amanecer me venció el cansancio y me quedé traspuesto unos minutos. El muy bribón aprovechó el desliz para salir volando. Seguramente pensó que con lo que me había dicho ya era más que suficiente para construir mi propio legado.

Y en eso estamos.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

PD: Os dedico una de las melodías con que nos amenizaba en sus noches de violín: Fascinación, de la película Amor en la Tarde, de Gary Cooper y Audrey Hepburn.

https://www.youtube.com/watch?v=M2abgTrBIRo

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12 COMENTARIOS

  1. Muchas cosas pueden hablarse y honrarse en un padre.

    Usted dice las esenciales.

    Haberse llevado mal con un padre es una pesada tara del alma. Desgraciadamente mucha gente la tiene.

    Mis padres aún viven por suerte. Los dos son los primeros referentes naturales de amor y autoridad. Afortunadamente el tiempo me ha hecho comprender que han buscado mi bien en todo momento.

    Cuando un hijo no entiende una decisión, no debe razonarla, debe esperar a que teniendo sentido, el tiempo razone por él.

    • Mi padre me dijo de niño que si veía a una persona subida a un árbol y de la que todo el mundo se reía, no hiciera como los demás. Buscara siempre su explicación. Mi padre puso una semilla preciosa en mí, la curiosidad.

      Viendo que era buen estudiante, siempre puso libros a mi alcance, él no tenía estudios.

      Me dió libertad para continuar con mis estudios o irme a trabajar con él.

      Mi padre me dijo otra perla. Yo te enseñaré a defenderte fuera de casa y tu madre a hacerlo dentro de casa.

      Mi padre me pidió perdón por utilizar su autoridad excesivamente conmigo. Yo le pedí perdón también por haber sido muy cabezón y le agradecí la paciencia que tuvo conmigo siempre.

      Mi padre es un gigante, un amigo, la persona más generosa que he conocido.

      Gracias Marcelino por honrar a tu padre, y sensibilizarnos para hacer lo mismo.

  2. Qué bien que cites los endecasílabos de Antonio de Solís, pero cítalos bien:

    Púsose el sol, mas miento: no se puso.
    ¡Qué presto he tropezado en el abuso!
    Dime, inventor de frasi tan maldita:
    ¿cómo se pone el sol cuando se quita?

  3. Al parecer para nuestros gobiernos de CLM el «día del padre» no se merece ser fiesta…. este año lo hemos podido pasar en familia porque casualmente ha caído en domingo…, el resto de años entre semana unos al cole otros al trabajo y un día sin pena ni gloria. Me pregunto ¿cuál sería la situación si el día de la madre en lugar de ser siempre en domingo fuera igual que el nuestro un lunes, martes ó jueves laboral cualquiera?, En definitiva, el día del padre sigue siendo un día sin importancia para nuestros políticos en CLM vamos.

      • Ah,.. eso sí, este año Page nos vuelve a meter el jueves 15 del Corpus festivo, un día que excepto en Toledo pasa sin pena ni gloria en el resto de CLM, ni procesiones ni na… incluso la iglesia pasa al domingo siguiente las procesiones…. ¿Qué pinta ese día entre-semana festivo, en lugar de festejar el día de todos los padres de CLM?… Gracias, Barreda, Cospe y Page por ningunearnos a todos los padres castellanomanchegos.

        • Y si encima el 17 de marzo es festivo para los profesores y el 20 San José y día del padre es lunes, los profesores tienen un gran puente dejando en la estacada el viernes a los padres con coles y guarderías cerrados.

          Ésto en Madrid.

          Lo mejor la Iglesia, el día de San José se celebra el domingo, que es su día, y no perturba a nadie.

          Ya sabemos lo que hay…Rodillo a la mayoría.

          Hasta los eggs.

  4. Desde aquí quiero animar a todas las feministas que luchan por la igualdad que nos ayuden a los padres a poder disfrutar de nuestros hijos un día festivo, igual que ellas en el día de la madre. Gracias.

  5. Cuando siendo niño tú padre está, pero poco, piensas que es algo unido a la función de ser padre y no recapacitas el motivo, es así y punto. Pero cuando siempre a tú lado lo que crece contigo es la figura de tú Madre y está para lo bueno y para lo malo, entonces el día que más te apetece celebrar con alegría y jolgorio es el Día de la Madre – aunque tendría que ser todo el año-.
    Mis recuerdos, mis semillas y mis jerminaciones son de una madre que siempre fue estuvo. Era la capitán general sin mando en plaza, pero dando impronta a mi carácter. Por eso en en día del Padre. . . VIVA LA MADRE QUE NOS PARIO.

  6. Gracias Marce, lo que realmente lamento es que ya sólo sea un gran recuerdo, parece que nunca lo vas a perder y se quedan mucha cosas pendientes de decir y compartir. Le echo de menos.

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