Egoístas, egotistas, agonistas, deportistas

joseRivero2Sabemos que un Egoísta antepone siempre sus intereses a los intereses de los demás.

Un Egoísta como el famoso gen, capaz de muchos avances.

Todos los Egoístas son por ello Egotistas.

ARABESEmpeñados éstos en hablar casi siempre de sí mismos, de forma exclusiva.

Yo, me, mi, conmigo.

Eso es lo que hace Stendhal en sus ‘Recuerdos de egotismo’, que no dejan de ser unos recuerdos personales.

Aunque no todos los Egotistas sean Egoístas efectivos, pero están en el camino de perfección.

futbol-chinoY camino de perfeccionarse.

Otros parecidos con los Egoístas son los Agiotistas.

Que practican el cabotaje del negocio especulativo, próximo a la usura.

imagesHay también Agonistas, que en griego designa a los combatientes y a los luchadores, que no sabemos si son también Egoístas.

El mejor entendimiento de los Agonistas, lo obtenemos con los Antagonistas.

Buena parte de la práctica deportiva histórica está regida por principios de Agonismo, como suele señalar Rafael Sánchez Ferlosio.

Aunque hoy, podríamos decir que el deporte ha perdido el espíritu Agonista, para recaer en el puro Agiotismo.

Es decir, hoy ya el deporte metamorfoseado, esponsorizado, promocionado  y mercantilizado hasta extremos insospechables, es pura y llanamente un Negocio.

Es puro Agiotismo del merchandising, de los contratos de imagen y de la televisión de pago.

Xi-Jinping-Futbol-ChinaUn Agiotismo con nombres chinos, árabes y rusos.

Nombres chinos, árabes y rusos, coincidentes entre otras cosas, en sus grafías no latinas.

Y en su amor al fútbol

José Rivero
Divagario

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4 COMENTARIOS

  1. Interesante y obvia reflexión.
    Es indiscutible que el deporte ha trascendido hace tiempo los valores de sus orígenes para convertirse en una poderosa industria que aprovecha su inmensa capacidad de invocar emociones y aunar identidades.
    España cuenta con 31.139 empresas cuya principal actividad económica es el deporte, que proporciona trabajo a 184.600 personas, el 1% del empleo total.
    Al mismo tiempo, en el plano individual, ha surgido una extraña clase de empleado multimillonario que termina convirtiendo su imagen de marca en toda una rama de negocio.
    Claros ejemplos de ello son Cristiano Ronaldo (88 millones de dólares de ingresos) o Lionel Messi (81,4 millones de dólares de ingresos).
    Y es que el deporte está entre los diez principales negocios del mundo.
    Ahora, la industria del deporte se ha sumado a la fiebre de los ‘eSports’ para llegar a la generación digital y ampliar su negocio. Se prevé que la industria de los ‘eSports’ supere los 1.100 millones de dólares de facturación y alcance 215 millones de usuarios en 2019.
    Mientras tanto, la industria del deporte intenta regatear a la Hacienda pública.
    Al fin y al cabo, el agonismo estuvo en el origen del olimpismo y el deporte.
    El problema es que el lema ‘Citius, Altius, Fortius’ se ha convertido en el santo y seña del conjunto de los deportes que funcionan ya, para estas alturas, como puros espectáculos de masas destinados a realizar negocios supermillonarios…

  2. Del tuteo viene el memeo, neologismo horroroso que sin embargo inventó Unamuno, uno al que le iba. Y que también tiene mucho de «meme» unidad transmisible de información cultural, esa expresión acuñada por Dawkins y su «gen egoísta», con algo de enuresis de niño mimado en una época en que el narcisismo se sirve con palito de selfie y hasta los nenes de doce guardan miles de fotos de sí mismos con menos variaciones que las Goldberg. El siglo XIX fue el siglo de la histeria, de la represión, dicen los psicólogos; hoy la histeria es rara y lo que cunde es el narcisismo maligno que va al gimnasio, a la peluquería y al sastre, pero no a las bibliotecas, a los conciertos de clásica, a los museos, donde se leen, escuchan, contemplan cosas de otros. Hay que hacer ruido y hay que estirarse la piel para tener más cara, aunque sea tan cara y tan dura como la de Rajoy.

    Y por ahí.

    • ¡Cuánta razón, D. «Á.R.»!
      El siglo XXi es narcisista, ególatra y pueril. El narcisismo se impone como la religión del siglo XXi y la era de la imagen.
      Vivimos en una sociedad individualista, carente de relaciones fuertes y de familias suficientemente estructuradas.
      Nada ha sucedido si no despierta admiración o envidia en quienes nos rodean virtualmente. Ahora lo importante es cuántos ‘me gusta’ recibiste o cuánta gente te ‘retwitteó’.
      Y es que el individualismo y la comodidad son dos pilares fundamentales de esta derecha marca España….

    • Esas cuestiones de las imágenes múltiples y continuas, del narcisismo exhibicionista y de la pérdida de reflexión que no de reflejos, es parte del trabajo de Fontcuberta ‘La furia de las imágenes’.

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