El triunfo de la propaganda: La guerra de papel

MarcelinoEra el 26 de Junio de 1.548. En la ciudad de Augsburgo se acababa de aprobar por la Dieta una unidad administrativa que por primera vez en su historia constituiría una organización política y territorial conjunta. A este nuevo territorio unificado Carlos V lo llamó Países Bajos. Hasta esa fecha, las diferentes partes, ahora integradas, no habían sido otra cosa que un conglomerado desigual en conflicto permanente debido a las luchas interminables entre las diferentes oligarquías. Las oligarquías, siempre las oligarquías.

La historia de enfrentamientos era tan larga y enconada que los consejeros de Carlos V le aconsejaban no obstinarse con los Países Bajos y llegar a un acuerdo con el duque de Saboya, quien entregaría al Imperio el Piamonte a cambio de esos territorios tan enconados y belicosos. El emperador era de Gante. Conocía la historia de aquellas regiones y estaba empeñado en cambiar el curso de su historia.

En contra de la leyenda en vigor, los Países Bajos no estaban constituidos por regiones especialmente prósperas, a excepción de Amberes y Ámsterdam. En “España y la rebelión de Flandes” Geoffrey Parker –uno de los historiadores que mejor conocen la España del siglo XVI y XVII- dice:

“El problema de la pobreza revestía mayor gravedad en las ciudades del Flandes meridional que en ninguna otra región de Europa”

La causa estaba en la enorme atomización del poder y la carencia de instituciones superiores que facilitaran acometer reformas sustanciales para mejorar la vida de la gente. Se hacía imprescindible sacar del enorme aislamiento a algunos de los territorios. Las ciénagas, los baldíos, las dunas, se interponían entre unos y otros. La lógica indicaba la urgencia de alcanzar algún acuerdo; trabajar juntos para enfrentar la situación. Las oligarquías nunca lo permitieron. Era necesario crear instituciones de gobierno de un nivel superior que se impusieran a los oligarcas, sólo pendientes de su poder en cada fragmento del territorio. Ese fue el objetivo de Carlos V cuando ese 26 de Junio de 1.548 impulsó el nacimiento de los Países Bajos.

En el mismo libro antes citado, Geoffrey Parker manifiesta:

“La monarquía española dotó a los Países Bajos de una unidad política permanente”

Es decir, los Países Bajos fueron creados gracias al esfuerzo y a la visión de la monarquía española.

El entramado legal era muy enrevesado. Más de 700 cuerpos legales diferentes hacía imposible su armonización. Para efectuar las reformas necesarias no quedaba más alternativa que crear otro “corpus” jurídico de índole superior ¿Cuál fue la reacción de los oligarcas? Rebelarse.

Durante toda nuestra vida habremos leído o escuchado que la guerra de los Países Bajos fue consecuencia de las revueltas populares levantadas por las injustas cargas fiscales e imposiciones católicas descargadas contra los neerlandeses. El historiador belga Gustaaf Jansens en “Hazañas Bélicas y leyenda negra” Desmiente este mito histórico recalcando:

“Desde el principio la oposición a la política del rey estuvo protagonizada esencialmente por la alta nobleza” (siempre la oligarquía) Uno de estos oligarcas fue Guillermo de Orange, el hoy mitificado héroe de la patria.

Los españoles trataron de arrinconar los privilegios particularistas propios del feudalismo por una administración más eficaz y profesional de carácter estatal.

Para Geoffrey Parker, considerado, además, uno de los mayores expertos en el conflicto del Imperio en los Países Bajos, “los particularismos eran más poderosos que el patriotismo”. En una palabra, la larga guerra de los Países Bajos estuvo alimentada por la defensa de los privilegios de la oligarquía y no por patriotismo alguno. Pero además, aquella guerra no fue del Imperio contra unos Países Bajos sojuzgados. “En el fondo era una guerra civil”, hace hincapié Parker. Sin embargo el mito histórico vigente lo plantea como, de un lado, los patriotas neerlandeses, unidos en un bloque férreo, y, de otro, el Imperio español.

En “El ejército de Flandes y el camino español, 1567-1659” el propio Parker cuenta la composición del ejército realista. En 1.573, en Flandes, al mando del duque de Alba, de 54.000 soldados, sólo 7.900 eran españoles. La inmensa mayoría eran flamencos -30.000- El resto de otras naciones del Imperio.

En 1.581, el ejército de Alejandro Farnesio era de unos 60.000 hombres; la inmensa mayoría, unos 48.000, eran holandeses; sólo 6.300 eran españoles; el resto italianos.

Es decir, el ejército del Imperio en esta guerra estuvo mayoritariamente integrado por holandeses. Eran éstos los más interesados en derrotar las ambiciones oligárquicas de quienes decían hablar en nombre de todo el pueblo neerlandés. Sin embargo la historia oficial nos ha contado siempre que fue el pueblo holandés en su conjunto quien peleó contra los españoles Pero este mito pervive en la población hoy día, como tuve ocasión de comprobar el tiempo que viví en Ámsterdam. También pervive entre nosotros.

El inicio del mito comenzó con lo que en la historia se llamó

“La guerra de papel”

La primera fase del mito consistió en extender la idea de que eran los Países Bajos los que mantenían al Imperio español. Algo así como el “España nos roba” ¿Nos suena? La reacción oficial fue presentar una contabilidad detallada para que se viera que aquello era un infundio. No sirvió de nada. Ante una calumnia prefabricada, responder con un argumento racional resultó vano. La “guerra de papel” había inundado los Países Bajos de panfletos divulgando la infamia ¿De qué iba a servir una concienzuda  y bienintencionada contabilidad?

El apoyo del calvinismo fue clave para las aspiraciones de Guillermo de Orange. En 1.566 fueron destrozadas iglesias y conventos católicos en lo que se llamó la Furia Iconoclasta. El duque de Alba fue enviado a sofocar la situación.

Segunda fase del mito: Se acusó al duque de actuar en nombre de la Inquisición. Sin embargo nunca hubo Inquisición en los Países Bajos.

El apoyo a las revueltas de Guillermo de Orange era reducido. Orange tenía que aumentar su legitimidad como aspirante y, por otro lado, socavar la de Felipe II. A pesar de no existir Inquisición en los Países Bajos, la propaganda orangista difundió un supuesto documento de la misma asegurando que tenía planeado confiscar todos los bienes del pueblo. Evidentemente se trataba de crear a toda costa un bloque monolítico del pueblo holandés contra el Imperio. A pesar de la burda manipulación, la insurrección siguió sin conseguir el apoyo popular deseado.

Ante esta situación se firmó en Gante  -1.577- el llamado Edicto Perpetuo. El Imperio estableció una amnistía general para los insurgentes y decretó la tolerancia religiosa con un único requisito: que los protestantes respetaran a los católicos en las zonas bajo control de aquéllos.

La oligarquía no estaba dispuesta a perder sus privilegios; entre ellos, las confiscaciones de los bienes de los católicos realizados durante la guerra. El acuerdo se firmó con la intención de no respetarse, a pesar de ser el propio Guillermo de Orange el garante del mismo al ser aceptado como jefe de gobierno junto con el tutor nombrado por el rey, D. Juan de Austria.

La tercera parte del mito fue directamente lanzado a la cabeza de Felipe II. Se trataba de destrozar su legitimidad como monarca de una vez por todas.

Según el derecho vigente de la época, la legitimidad de Felipe II como rey de los Países Bajos era tan intachable como la relativa a Castilla o Aragón. Esa legitimidad estaba muy arraigada en el pueblo llano, de ahí la dificultad de que se sumara a la causa de la casa de Orange. Por eso Guillermo decidió atacar furibundamente a Felipe II como si se tratara de una especie de “anticristo”, acusándolo del asesinato de su hijo D. Carlos, sabedor de que no hay mayor crimen para un padre que ordenar matar a un hijo suyo. Este mito, nacido de un personaje tan execrable como Antonio Pérez (hijo de una de las personas de mayor confianza de Carlos V y que de pequeño fue compañero de juegos del infante Felipe) ha sido uno de los elementos más utilizados desde siempre por el protestantismo para cuestionar la catadura moral de los españoles. Propaganda, por desgracia, tremendamente efectiva.

Por eso Orange comenzó a pregonar que él sólo obedecía a Dios, ya que obedecer a la institución legal y legítima de la época, a saber, el Monarca, sería como obedecer al diablo. Así cuajó Guillermo de Orange el último listón de su argumentario: No es que él se revelara contra un rey legítimo, es que, en realidad, el emperador carecía de toda legitimidad, pues era un monstruo. Si el emperador era un monstruo, el pueblo español, como raza también lo era. En “Del imperio común a la leyenda negra” la alemana Schilling revela una carta de alrededor de 1.568 dirigida por Guillermo de Orange a Guillermo de Hesse-Kassel, reflexionando sobre a quién dirigir sus ataques, si contra el Duque de Alba o contra el mismísimo emperador.

Sánchez Martín nos recuerda en “La infantería valona y alemana del ejército de Flandes. 1.566-1.700” las palabras del pastor protestante Jacob Lydius relativas al linaje Oranje-Nassau:

“Sería preferible guardar silencio sobre ellos antes que no decir lo bastante o desmejorar el elogio debido por falta de conocimiento. Quienes muestren ser ingratos con estos príncipes también lo serán ante Dios”

Como se ve el linaje Orange-Nassau ha sido considerado intocable, casi divino por la propaganda protestante holandesa.

Conviene recordar, siguiendo “La leyenda negra de España. Propaganda en la guerra de Flandes” de Ingrid Schulze, que el patrimonio alemán de este linaje divinizado ascendía en el siglo XVI a unos 1.600 Km2, donde vivían alrededor de 37.000 personas en 15 ciudades y 550 pueblos. El refugio preferido de los Orange era Dillenburg y sus campesinos continuaban sujetos a la servidumbre feudal.

Orange busco reiteradamente una alianza con los turcos. Sin embargo sentenciaba que era España quien estaba a punto de conseguir dicha alianza, por tanto, los españoles éramos poco menos que el diablo. Este mismo argumento ya había sido utilizado por Lutero infinidad de veces. La calumnia se repetía hasta la saciedad buscando argumentos que respaldaran la ilegitimidad de todo lo que significara España.

Los expertos en propaganda constatan que cuanto más inverosímil es el recurso propagandístico, más efectivo acaba siendo.

La hispanista belga Lieve Behiels nos viene a decir en “El duque de Alba en la conciencia colectiva de los flamencos” que este importante personaje fue objeto de una persecución calumniosa sin sentido. Los propagandistas le llegaron a acusar de haber provocado más de 200.000 muertos ejecutados. La cifra manejada por Lieve es de 1.073. Asimismo, afirma que Alba trató de humanizar el derecho penal a través de 1.570 leyes; además quiso imponer un sistema progresivo de impuestos para financiar las reformas necesarias. Ambas medidas fueron rechazadas de pleno por la oligarquía. Esta oligarquía que se empeñó, y consiguió, transformar al “militar más competente de su época”, según  el historiador estadounidense William S. Maltby, que se rigió por el respeto a la ley y trató de implantar reformas en beneficio del pueblo llano, en un ser odioso.

Al final de este conflicto quien sin duda ganó fue la dinastía Orange-Nassau que se hizo de forma perpetua con el trono holandés y, consiguió entronarse en Inglaterra a través de Guillermo III.

La irresponsabilidad y falta de auténtico patriotismo de la oligarquía neerlandesa acabó partiendo en pedazos a los Países Bajos creados por Carlos V. La propaganda, sin embargo, ha conseguido que Guillermo de Orange sea considerado en Holanda padre de la patria y, ojo, “el héroe de Dios”.

Más de tres siglos después, los niños holandeses siguen cantando en su himno:

“Mi alma se atormenta, pueblo noble y fiel,

viendo cómo te atormenta el español cruel”

La Guerra de los Países Bajos da para mucho. Fue la guerra de la propaganda. Guillermo de Orange es considerado el creador de la propaganda moderna, en el sentido nada noble de la habilidad para intoxicar de forma sistemática la reputación de alguien.

Aprendió de los luteranos, con quienes convivió. Y si aquéllos fueron extremadamente hábiles, Orange los superó. Holanda dictó unas leyes reprobables, donde los católicos fueron considerados seres inferiores, para quienes las leyes no eran iguales. De un lado los calvinistas, holandeses de primera; de otro los católicos, perseguidos y considerados, no de segunda, sino de tercera o cuarta categoría. No hubo libertad religiosa. Es falso que ello sucediera. Fue la invasión napoleónica la que abolió las leyes discriminatorias demasiado tiempo después.

En Holanda ha existido una ley del silencio que no ha querido enfrentar la verdad de su historia. Han tenido que pasar tres siglos y medio para que, poco a poco, algunos historiadores hayan comenzado a abrir la caja de Pandora, y reconocer lo que durante tanto tiempo negaron: Que los Países Bajos fueron una creación del Imperio español. Que España nunca los expolió. Que se trató de una guerra civil, donde la mayor parte de la población estaba del lado del Imperio. Que el duque de Alba no fue ningún monstruo, más bien al revés; aparte de ser un extraordinario militar, fue un impulsor de reformas de calado siempre boicoteadas por las oligarquías locales. Etc, etc, etc.

Hemos de recordar que las actuales Bélgica y Luxemburgo se mantuvieron leales a la corona.

¿Cuánto tiempo pasará hasta que esta verdad que aflora cale en la opinión pública? La información que, por ejemplo, aparece en la wikipedia sobre este asunto es bochornosa. Sigue manejando los tópicos y falsedades de la historiografía tradicional.

¿Qué enseñanzas pueden extraerse de la secesión holandesa del Imperio español?

Voy a centrarme en unas pocas.

1.- La principal arma utilizada fue la propaganda ante la cual el Imperio no supo responder.

2.- Los ejes principales de dicha propaganda fueron:

– El maltrato económico por parte del Imperio. De nada sirvieron las contabilidades minuciosas remitidas por Felipe II para demostrar la falsedad.

– La mentira sin pudor, ante la cual el Imperio no quiso responder para no caer en una lucha de barriobajera y, sobre todo, por tener la esperanza de que aquello escamparía y prefirió no aumentar la fractura con su proceder. Tanta prudencia sólo sirvió para dejar más terreno libre al adversario.

– Los independentistas hablaban como si detrás de ellos estuviera todo el pueblo, negando la realidad de una guerra civil.

– Forjaron una mística, crearon poemas, compusieron canciones. La base operativa estuvo en el exterior, en Alemania. El Imperio no supo crear una mística poderosa capaz de contrarrestarla. Ni siquiera lo intentó.

– La deslegitimación de los poderes del Estado Imperial como fórmula de incumplir la legalidad, llegando a equiparar a Felipe II con el anticristo, y al pueblo español como un pueblo monstruoso capaz de pactar con los turcos (argumento ya utilizado por Lutero) Curiosamente era justo al revés.

– La promesa de una Arcadia feliz tras la independencia.

La realidad fue bien distinta y muy cruel: La persecución religiosa creó una división histórica entre calvinistas y católicos, cuando el Imperio había decretado la tolerancia religiosa en 1.577 en el Edicto Perpetuo.

La división fue tan profunda que cuando se abolieron las leyes anticatólicas en el siglo XIX, ambas comunidades, calvinista y protestante, fueron incapaces de convivir. En cada ciudad, en cada pequeño pueblo, cada una hacía la vida por su cuenta. Los católicos crearon sus propias redes comerciales, educativas, etc, para poder prosperar dentro de ellas, ante el desprecio sufrido durante siglos por el calvinismo. En cualquier pueblo o ciudad, las escuelas, los hospitales, las redes de comercialización estaban duplicadas, una calvinista y otra católica; a lo sumo, una tercera de carácter público. Yo mismo pude comprobar los resabios aun existentes el tiempo que viví allí.

3.- La habilidad para enmascarar la defensa de privilegios oligárquicos bajo el manto del patriotismo. Conviene recordar que en el Edicto perpetuo

-violado por los independentistas- éstos reclamaron y el Imperio aceptó con la esperanza de acabar con el conflicto, “la confirmación de los privilegios de la nobleza y de la iglesia (calvinista)” ¡Vaya con los patriotas!

4.- El apoyo de una iglesia que se erigió en nacional: la calvinista.

Excepto la creación de esta iglesia nacional existe más de una similitud con la situación catalana. No hay más que repasar cada punto enumerado. Sin embargo la no existencia de una iglesia nacional no debe hacernos olvidar la fuerte raigambre de la jerarquía eclesiástica catalana con el nacionalismo, al igual que en el País Vasco.

La estrategia de propaganda realizada por Guillermo de Orange es ya clásica, y se ha practicado con posterioridad adaptada al lugar y circunstancias de cada momento, y no sólo con fines independentistas.

En el libro “Escucha Cataluña. Escucha España” escrito por varios autores, entre ellos Josep Borrell, el exministro socialista dice muy acertadamente que si en España no se crea una organización poderosa para enfrentar a la maquinaria propagandística del independentismo catalán, es decir, una contrapropaganda dedicada exclusivamente a pelear en ese terreno y superarlo, no habrá solución.

Por eso escribí este artículo. Porque pienso que Borrell da de lleno en el clavo. Y que independientemente de lo que suceda el 1-O el verdadero conflicto catalán comenzará a partir del siguiente día.

Como pienso que no hay mejor ejemplo que la historia, me he permitido recordar un pedazo de ella que, de paso, nos sigue tocando mucho más de cerca de lo que podamos pensar.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

P/D: Os dedico la versión de Malú y Mónica Naranjo de “Aprendiz”

https://www.youtube.com/watch?v=KkXrxxDSTbw

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34 COMENTARIOS

  1. La mejor manera de acabar con la oligarquía el la democracia. Pero la democracia directa, no la aristocracia que nos quieren vender continuamente como si fuera democracia. Que el pueblo decida los asuntos que más le interesen y la gestión de la resolución puede ser profesional, para eso está la administración. Contra la oligarquía y la aristocracia, democracia.

  2. Sencillamente magistral Marcelino.

    Hay tantas mentiras históricas.

    España en tiempo de los Reyes Católicos debía convertirse en superpotencia. El liderazgo acertado, la genialidad de Fernando, la solidez y fuerte carácter de Isabel…

    Unos fueros que permitieron una emancipación del sistema feudal que fue una excepción en Europa, y que permitía al español una movilidad y una motivación únicos, y siglos de guerra contra el Islam que le habían curtido militarmente (nosotros empezamos a utilizar en Europa las armas de fuego). Y una gran nobleza de carácter (Fuenteovejuna).

    España unió durante siglos su política a Europa y al Imperio por fidelidad a la memoria de los Reyes Católicos. Y se desgastó y desengañó (España ininteligible de Julián Marías) porque su proyecto era idealista y no materialista, que es lo propio de los protestantes. Al fin y al cabo ellos (holandeses y británicos) crearon el Capitalismo. Alemania tenía un fuerte contrapeso católico y político (Austria).

    La prosperidad económica del protestantismo es otro mito. La falta de prejuicios puede hacer rico, pero también puede arruinarte fácilmente. Las grandes especulaciones y estallidos de la burbuja (crisis de los tulipanes) empiezan a conocerse. En las zonas católicas la obsesión era la inflación monetaria (Padre Mariana) y la necesidad de tutelar desde el Estado las relaciones económicas porque la pobreza no era resultado de la maldición divina (creencia protestante), sino de los actos de los demás hombres.

    Si los actos no me salvan, sólo la Fe…entonces que Dios pille confesado a mi vecino. El papel y la libre interpretación de la Palabra de Dios justificarán cualquier cosa.

    GRACIAS POR HABER ESCRITO ESTE ARTÍCULO.

    HAY QUE HACER JUSTICIA A LA VERDADERA HISTORIA DE ESPAÑA.

  3. La única historia de España es que ha sido siempre una oligarquía absolutista. En los últimos 40 años una aristocracia imperfecta.

    El pueblo no pinta casi nada. Únicamente elige a su verdugo cada 4 años, en base a una campaña de marketing, promesas que nunca se cumplen.

    El líder del partido ganador no sólo tiene el control de su gobierno, como es lógico, sino también del legislativo, pues decide qué diputados irán en su lista electoral y cuáles no. Y entre ambos nombran al Consejo General del Poder Judicial, que decide los ascensos y los traslados de los jueces…

    No parece que haya mucha división entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. Esta división es fundamental en democracia. No hay controles efectivos al gobierno ni contrapesos eficaces.

    El pueblo tampoco es consultado sobre decisiones concretas, incluso se reforma la Constitución sin consultarle. Y eso que se supone que es soberano. Un soberano al que no se le consulta.

    Así el poder que concentra el líder del partido ganador, sea el que sea, parece absoluto. No es propio de una democracia estándar ni mucho menos es parecido a una democracia avanzada como pueda ser la Suiza, por ejemplo.

    … Y lo llaman democracia…

  4. La disputa entre oligarquías territoriales por pillar un trozo mayor del pastel es algo que ha existido desde que el ser humano dejó de ser cazador recolector, esto es, desde que aparecieron las oligarquías.

    La manipulación de la propaganda, esto es, el engaño al pueblo llano, lo mismo.
    Y hoy, gracias a la tecnología -la televisión-, es mayor que nunca.

    Nada ha cambiado, y poco de bueno va a salir para el pueblo catalán -y el español- de este conflicto entre oligarquías: en las guerras de los tiranos, el pueblo siempre pierde.

    Dicho esto, hay una diferencia fundamental entre este ejemplo histórico y la actualidad catalana: que los independentistas catalanes, aunque manipulados, no pretenden una secesión por la vía de la violencia: quieren un referéndum, que además de ser la única vía posible de resolverlo más o menos democráticamente, resolvería la cuestión rápidamente y minimizando las consecuencias negativas.
    Por el otro lado, la que utilizan la violencia hoy -para impedir ese referéndum-, es exclusivamente la oligarquía española.

    Violencia en relación con el proceso independentista, me refiero. Porque la violencia de Estado en relación a los demás asuntos (miseria, desempleo, deseducación, lavado de cerebro, falta de atención sanitaria, falta de servicios sociales, abusos policiales y judiciales…) la usa tanto la oligarquía española como la catalana.
    Y va a seguir así después del 1-O. O peor.

    • Hace unos meses o unos años habría ganado el NO, pero han sido muy torpes impidiendo la consulta.

      Ahora, los partidarios del PP creen que con la policía y los jueces van a solucionar el problema. Como si fuera un problema jurídico o de seguridad ciudadana…. Siguen muy ciegos.

        • Igualmente le digo que yo estoy en contra de que cualquier territorio se independice de España, por puro egoísmo entre otras razones. Y me da rabia que las cosas hayan llegado a este extremo.

  5. Los nacionalistas-Independentistas catalanes (y vascos) marginan el español, reescriben los libros, tergiversan la historia, aleccionan a los niños desde la guardería, los utilizan en sus manifestaciones, responsabilizan al estado (ellos nunca nombran a España) de todos sus males.
    Cuando pasen unas cuantas generaciones más, habrán desaparecido los partidos constitucionalistas (PP, CIUDADANOS, PSOE – por este orden –). Y digo por este orden porque el PSOE, no sabe si va o viene.
    Entonces, solo quedarán partidos políticos como LA CUP, ERC, PODEMOS-GANEMOS-EN COMUN (recuerden al Sr. Iglesias pidiendo la soberanía catalana), LOS AMIGOS DE OTEGUI-BILDU, AMIGOS DE LOS ETARRAS-ISLAMISTAS-TERRORISTAS, a los que defienden (para estos, la muerte de los terroristas de Cataluña fue una EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL).
    Con tal de oponerse al estado español, sus tribunales y todo lo que huela a España, hacen lo que haga falta.
    Cuando los niños de hoy se conviertan en adultos, tendrán el cerebro lavado y se habrán convertido en radicales, extremistas e independentistas hasta la médula.
    Como consecuencia de la TRANSFERENCIA DE LA EDUCACIÓN, Cataluña, Vascongadas, Galicia, Comunidad Valenciana, Andalucía (no querrá ser menos que todas estas) serán independientes. En un futuro, España se habrá reducido a Castilla y poco más.
    Para darse cuenta de todo esto no hace falta ser muy listo.

    • Yo también pienso que fue una ejecución extrajudicial y no por eso soy amigo de terroristas. Yo los habría enviado a prisión por 30 o 40 años y antes les habría sacado la información que pudiera sacarles. Me parece más duro y más inteligente que dispararles sabiendo que no llevaban explosivos encima (si los hubieran llevado habría sido aún peor porque habría saltado todo por los aires).

      Así pues no creo la propaganda de la caverna sobre que sean amigos de los terroristas. Creo más bien que son adversarios políticos de la caverna y les acusan de todo lo que puedan y de lo que no puedan, porque hay que contrarrestar tanta información certera sobre la corrupción y sobre el costosísimo rescate a la banca, a cambio de nada, dejando tiradas a las familias. Saludos.

    • Le doy la razón en que «En un futuro, España se habrá reducido a Castilla y poco más» pero culpo de ello a la caverna intolerante con las demás nacionalidades que integran España (artículo 2 de la Constitución todavía vigente). Quieren gobernar imponiendo la lengua, el estilo, el pensamiento y la visión del antiguo reino de Castilla sobre los demás territorios. Prueba de ello fue la impugnación que hizo el PP ante el Tribunal Constitucional (cuyos miembros son elegidos por el Gobierno y los partidos políticos del Congreso y del Senado) del Estatuto Catalán (aprobado en referéndum y por las Cortes Generales españolas). A partir de ahí, cada día aparecieron más independentistas en Cataluña, pasaron de ser un número insignificante a ser una fuerza arroyadora y mayoría absoluta en el Parlamento Catalán)

      Ya perdimos todos los territorios americanos y con tanta intolerancia no será lo último que perdamos.

      • Si se se hubiera impuesto todo eso de lo que usted habla no estaríamos en estas. Por otra parte, la impugnación del estatuto catalán, lo mismo que ahora la ley del referendum, la ley de transitoriedad hacia la república y todo lo que sea inconstitucional, manifiestamente ilícito o delictivo habrá que recurrirlo.

        • En el fondo no es un problema jurídico sino un problema político, que se ha llevado muy mal y se ha enquistado.

        • Yo quiero que millones de catalanes, que ahora se sienten independentistas y hace unos años no se sentían así, se vuelvan a sentir cómodos dentro de España.

          Pero esto no se solucionará sin diálogo y sin aceptación mutua.

      • Joer qué buen análisis, la educación y programación nacionalista desde la escuela, el dominio absoluto de los medios y la presión social sobre la mayoría silenciosa ni citarlos.

        La culpa es del PP…

        Con este pensamiento débil España no levanta cabeza, o sí a costa de vosotros.

        • Según el macroestudio educativo de la OCDE publicado ayer solamente el 35% tiene titulo universitario. Los españoles que somos muy incultos.

        • Yo precisaría porque conozco muchos universitarios incultos.

          Somos excesivamente emocionales y puntualmente, racionales.

          Ahora es un momento peligroso porque a muchos les gobiernan las emociones y son malas consejeras.

          La caja de Pandora la han abierto sencillamente aquellos que quieren librarse de la justicia, empezó cuando se le tocó a Pujol.

        • El resto es manipulación de las emociones de los irracionales, y el nacionalismo es irracional.

        • Tu tambien eres nacionalista, nacionalista español.

          Recuerdalo cada vez que digas que los nacionalismos son irracionales.

        • Que Cataluña forma parte de España es un hecho histórico y racional.

          Que España es diversa también, pero que tiene una base común histórica y cultural que justifica y legitima la existencia de un Estado también.

          Que todos los españoles somos iguales ante la Ley también es racional.

          Que llames nacionalismo a ésto solo es debido a tu ignorancia cultural e histórica, y a la indiferencia que te provoca el respeto a las leyes, que sometes a las ideologías.

          Tú sí que eres irracional.

  6. Espléndido, Marcelino. Mi sincera enhorabuena. Estamos rodeados de carcamales escondidos en prosa izquierdista, empeñados en ver a un país de luto, miren a donde miren. Creo haberlo dicho alguna vez. Siempre me he considerado de izquierdas, pero a esto que se denomina hoy así no lo soporto; sencillamente por que no lo es. Este izquierdismo (este sí de pandereta) ha abrazado la hispanofobia y tontea en demasía con las fuerzas centrífugas y se niega a salir de ese círculo.

    Artículos como este no abundan. Te animo ha seguir en la línea. Soy como el Guadiana de la tierra, aparezco y desaparezco -me refiero como comentarista de estos foros- pero leo todos los artículos, los tuyos y los
    de las otras firmas.

    Como soy izquierdista criada a la vieja usanza soy patriota, amo a mi país y me siento orgulloso de él. Mi abuelo vivió en Méjico. Allí conoció a Indalecio Prieto y recuerdo cuando de niña me contaba las gestiones que los exiliados hicieron para evitar la destrucción y el abandono del sepulcro de Hernán Cortés y el papel jugado por Prieto.

    Deberías hablar de ello alguna vez. Estos izquierdistas de pandereta jamás entenderán la obsesión de Prieto por salvar a Cortés de una injusticia.

    Hoy me he excedido. Tu artículo lo merecía.

    Salud

    • La izquierda histórica fue como dices. Prieto es un personaje muy honesto. Su revisión de los años de la República son de obligada referencia.

      Pero el odio transforma, y se acaba degenerando. La izquierda hoy está degenerada, y lo está por odio.

      • Por supuesto, de la defensa de los débiles de la familias trabajadoras ni hablar.

        Colectivos minoritarios, eso sí, y sobretodo estatus. Porque se puede uno colocar muy bien de izquierdista. Lo mismo en Cataluña, de independentista se puede llegar a colocar uno muy bien.

        Otra cosa es ser coherente o independiente…eso complica mucho.

  7. Excelente artículo.
    No cabe duda que la propaganda, la lucha por las imágenes y los conceptos simbólicos son un campo de batalla en Cataluña.
    Por encima de la Ley, sin acuerdo con el Estado, con una exigua mayoría en el Parlament, el independentismo está decidido a consumar su salto al vacío aunque, de momento, solo sea de palabra….

    • De palabra, jajajajajajaja

      No sé en qué planeta vives.

      La decisión de declarar la independencia unilateral la tienen tomada de antemano, sólo buscan la excusa, porque claro…el mundo tiene que aceptarles…unas elecciones sin garantías pero elecciones.

      Hasta Maduro toma decisiones de antemano y busca excusas electivas.

      Ya sabemos cuáles.

      Y el repelús lo da que pase en Europa, con los antecedentes de Yugoslavia.

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