Las caras del deporte

Mateo Gómez Aparicio. Presidente de la Asociación QUIXOTE MARATON.ADAD.- Las cifras supermillonarias, referidas a los fichajes que algunos deportes airean a través de los medios de comunicación, contrastan con la situación económica actual. A decir verdad, tales manifestaciones, que llevan el calificativo de deportivas, dejaron de ser deporte para convertirse en un mero espectáculo; pero, a pesar de ello, debiéramos aplicar el criterio y el sentido común para cuestionar la honestidad de estas transacciones.
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Cantidades extravagantes que desentonan con los valores que el deporte preconiza. Los clubes se endeudan con cifras obscenas, y sus seguidores, a quienes probablemente no les llegue el sueldo a fin de mes, aplauden. Hemos perdido el sentido de la mesura; un solo hombre puede ganar lo mismo que miles juntos; algo no funciona cuando lo aireamos y lo celebramos. Es un escándalo social.

Maraton Mateo Gómez AparicioEntidades que avalan unas piernas diestras en el toque de un balón y que oponen resistencia al desarrollo de un proyecto. La influencia del dinero hace que ganar más se convierta en el único objetivo de determinadas organizaciones deportivas. Es la frontera donde el deporte deja de serlo y se relaciona con la desvergüenza y la codicia.

Los valores, la salud y la recreación, e incluso la sana competición, pasan a un segundo término. Ellos, los menos, para quienes todo es relativo, lo saben; el problema es que la mayoría no es consciente. El sistema se mantiene porque los especuladores se han convertido en el referente de la generalidad. Falsa quimera que nos hace más soportables nuestros problemas.

La grandeza del deporte, ya desde la antigüedad, le vino por ser un fenómeno de masas, posibilitando las relaciones entre pueblos y culturas, a la vez que la integración social. Es obvio que todo cambia; sobre esta premisa ya debatían los filósofos griegos. Y aun siendo el cambio una circunstancia natural, no debiera servir para justificar lo que no parece propio ni adecuado.

El deporte ha sido considerado tradicionalmente un medio apropiado para conseguir valores de desarrollo personal, afán de superación, integración, respeto, tolerancia, acatación de reglas, perseverancia, trabajo en equipo, superación de los límites, autodisciplina, responsabilidad, cooperación, honestidad, lealtad, etc. De hecho, la mayor parte de los estados garantizan el acceso al deporte como un componente importante de la calidad de vida de sus ciudadanos.

Un fenómeno complejo donde los haya que permite la existencia de muchas puertas traseras por donde escaparse a su fundamento. Es capaz de entremezclar lo social con lo político, lo económico y lo mediático; un reflejo de lo que somos y lo que hacemos.

Siendo conscientes de todo ello, y a sabiendas de que el deportista profesional nace como una necesidad fruto de la faceta del espectáculo que la actividad deportiva conlleva, deseamos, también, desde la brevedad de estas líneas, defender la otra cara del deporte, la más sencilla, la que careciendo de la parafernalia de las grandes cifras nos permite disfrutar con lo que hacemos.

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2 COMENTARIOS

  1. Una interesante reflexión sobre una incontestable evidencia.
    Es obvio que el significado original del deporte está disminuyendo.
    Hoy en día, el deportista es como cualquier producto común y corriente.
    Una mezcla peligrosa la de política, deporte y dinero ya que, a pesar de que los dioses del deporte van cayendo, el dinero sigue al mando.
    Y es que el dinero lo prostituye todo.
    Aunque, afortunadamente, no todo es dinero en el deporte…..

    • Por cierto, los clubes de fútbol adeudan 752 millones de euros a Hacienda y 10,6 millones de euros a la Seguridad Social.
      ¿Debemos poner límites a este despropósito económico?
      Mientras tanto, el sistema lo permite…..

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