La HOAC llama a construir una sociedad en la que se respete la dignidad y la vida de las personas

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Ciudad Real ha conmemorado, como cada 28 de abril, el Día internacional de la seguridad y salud en el trabajo. Esta organización de la Iglesia ha vuelto a llamar a construir una sociedad en la que persona sea el centro y en la que se respete la dignidad y la vida de las personas; y a reclamar que prime la salud y la seguridad en el trabajo frente a la búsqueda del máximo beneficio económico.

En la la Plaza Mayor se ha levantado un muro de cajas de cartón con cruces negras, que representaban a los fallecidos en la región en el último año en accidente laboral, y que ha sido derribado por los niños asistentes al acto. A continuación lo han reconstruido y se ha decorado con lemas y mensajes. Simboliza la nueva sociedad y realidad que queremos, explicaba Julio Ruiz, militante de la HOAC, dominada por los valores que la doctrina social de la Iglesia ha formulado y desarrollado.

A continuación reproducimos el comunicado de la jornada:

¡Que el trabajo sea para la vida!

Comunicado de la HOAC de Ciudad Real en la conmemoración del 28 de abril: Día internacional de la seguridad y salud en el trabajo. Cada año más de 300 millones de personas son víctimas de accidentes laborales en el mundo. En 2018 hubo en España más de medio millón de accidentes, unos 17.000 más que en el año anterior. 506 personas perdieron la vida en su puesto de trabajo y otras 146 fallecieron in itinere.

En nuestra provincia se produjeron 5.328 accidentes, 7 de los cuales fueron mortales. Con ser importantes los datos suministrados para tomar conciencia de la gravedad del problema, por los elevadísimos costos humanos y materiales que representan, en realidad los datos estadísticos facilitados no reflejan en toda su dimensión la magnitud real de las cifras sobre siniestralidad laboral, ya que la elaboración estadística se lleva a cabo a partir de los datos que suministran las autoridades laborales provinciales, con lo cual quedan fuera las bajas derivadas de riesgos psicosociales conectados con el trabajo (mobbing, estrés laboral, etc.) y que lógicamente no se declaran como contingencia profesional. Por otra parte, numerosas enfermedades que tienen como causa el trabajo se tramitan como enfermedades comunes y no pasan a engrosar las cifras de los accidentes de trabajo o de las enfermedades profesionales, trasladando su coste social y económico al conjunto de la sociedad, cuando en realidad su reparación debía correr a cargo de las Mutuas. Finalmente, el espectacular crecimiento en los últimos años del trabajo irregular (economía sumergida), motiva que los accidentes y enfermedades que se producen en su seno no afloren a las estadísticas oficiales.

LAS CAUSAS
La seguridad y salud laboral está inevitablemente unida a la calidad del trabajo y, entre otros aspectos, se concreta en un empleo estable, en unas condiciones materiales y psicosociales adecuadas y en unos cauces de representación sindical bien establecidos y protegidos por la legislación. Los datos sobre siniestralidad laboral en España no dejan de empeorar desde hace seis años, justo el tiempo que lleva vigente la última reforma laboral. Esto no es casual, sino causal. La relación entre precariedad laboral y siniestralidad pone de manifiesto la perversión legal de la reforma laboral de 2012. La Constitución Española de 1978, en su artículo 40.2 establece: “Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y readaptación profesionales; velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados.” La precariedad laboral es inconstitucional. La vida humana es algo tan grande, tan sagrado, que nunca debería ser tratada como moneda de cambio. La vida de quienes trabajan no puede seguirse considerando una variable económica más, sino el centro a cuyo servicio ha de ponerse todo lo demás, incluida la economía. Para la Doctrina Social de la Iglesia, la dignidad de la persona, la salud y la vida de la persona trabajadora ha de estar por encima de cualquier otro objetivo económico o factor de producción. El valor del trabajo no reside únicamente, en su rentabilidad económica, ni siquiera en el producto o servicio que genera, sino, sobre todo, en que sea fuente de vida para las personas del trabajo, para las familias y para el conjunto de la sociedad.

LLAMAMIENTO
La HOAC con la Pastoral Obrera de Ciudad Real nos unimos a todas aquellas personas y organizaciones sociales y eclesiales comprometidas en la transformación de esta realidad para hacer que el trabajo sea una fuente de vida y no de destrucción. Llamamos al conjunto de la Iglesia y de la sociedad a que no permanezcamos indiferentes y hagamos nuestro el dolor y las esperanzas de nuestros hermanos y hermanas del mundo del trabajo.

Ciudad Real, 28 de abril de 2019

La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica. (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 203).

El accidente laboral es el resultado de una cadena de explotación que siempre se rompe por su eslabón más débil. (Antonio Algora, Obispo Emérito de Ciudad Real)

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2 COMENTARIOS

  1. Debemos trabajar, entre todos y todas, en los centros de trabajo para acabar con la lacra de la siniestralidad laboral. Ningún empleo vale una vida…….

  2. La HOAC, una de las pocas organizaciones cristianas de base dentro del entramado conservador de la jerarquía eclesial española.

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