No es lo mismo ser rojo que ser progre


Ángel Manuel Sánchez García.- «Insúlteme usted si quiere, pero no me llame progre» (Julio Anguita)Y es que no es lo mismo ser rojo que progre. El rojo se exige una coherencia integral y el progre sólo una pose integrista. Las personas íntegras nos inspiran respeto, las falsas y corruptas no.

Julio Anguita, uno de esos pocos rojos en extinción que quedan, fue entrevistado por el diario El Mundo el 29/08/2016. En esa lúcida entrevista, el político realizó un agudo análisis sobre la izquierda que merece leerse. Ayuda a comprender que es lo que se oculta detrás de las apariencias. Porque de eso se trata.
Julio Anguita resume el Progresismo de esta manera. Ante la interpelación del periodista: Cada vez que escucho la palabra progre me llevo la mano a la cartera, me decía un amigo, el político respondía:
“Insúlteme usted si quiere, pero no me llame progre… La palabra progresismo tiene una raíz en el XIX, son los que se enfrentan a la carcunda de Fernando VII. Era meliorativa. Hoy la palabra progresista tiene un barniz de izquierdas, pero en el fondo habla de alguien que es profundamente conservador de su estatus. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura. La progresía es algo perjudicial para un movimiento de cambio.
Destacaría dos declaraciones más de Julio Anguita que me parecen geniales y definen bien la madurez del personaje:
P. ¿En quién o en qué confía?
R. En la gente que, sin pensar como yo, es decente e intenta paliar injusticias. Aunque tenga un carné político distinto. Eso a veces hace que me enfrente a gente que tiene mi carné.
(…)
P. ¿A quién maldice cada día de su vida?
R. No maldigo. No sirve para nada. Simplemente critico. Los que me sientan muy mal son los cínicos. Y hoy esos en España son legión. Debería haber una especie de detector de barbaridades.

Pues he aquí a un líder con solidez intelectual y moral que inspira respeto, por muy distintas que sean mis ideas a las suyas.

El marxismo se parece mucho a Marx. Marx empezó siendo revolucionario y acabó siendo conservador, es decir, vivió como un líder revolucionario pero murió como un aburguesado, como un progre.

Marx nació en una buena familia, pero cuando le fueron mal las cosas, vivió en cuanto pudo de dar sablazos a los demás (en especial a Engels). Fue resentido, maligno y envidioso, y cuando al final le fueron mejor las cosas (gracias a la herencia de su mujer, aristócrata para más guasa y a la que fue repetidamente infiel), se convirtió en accionista de la Bolsa de Londres y en un burgués conservador.

Murió el trasgresor genial como un progre y dicen que teniendo problemas de conciencia. Con su familia se comportó siempre como un cretino (como Rousseau) y varios de sus hijos murieron por suicidio.

No todo en el marxismo es malo. El rojo puede hacernos descubrir parcelas de la realidad donde las injusticias siguen siendo vergonzantes. No estará allí solo luchando contra ellas. El verdadero rojo, como el verdadero cristiano siente enorme repulsión por la hipocresía social y por la explotación de los débiles, que no han de ser sólo los que menos tienen, sino los que menos pueden e importan. Un rojo, y me he cruzado con varios auténticos, se quita de lo suyo (tiempo y dinero) para dar al que no tiene. Son buenos samaritanos.

Pero afirmo desde mi experiencia de haber hecho voluntariado social muchos años, que siempre me he encontrado en esas realidades de injusticia radical a más cristianos que rojos. Cuando nos encontrábamos surgía entre nosotros un profundo respeto y colaboración.

Bueno, pues eso fue ya hace años y ahora tengo la sensación de que las cosas han cambiado mucho.

La generación que llaman la mejor formada de nuestra Historia, es bastante más líquida. Tolera de buen grado la hipocresía. Es cínica y no es pudorosa.

Esa generación de nuestros padres y abuelos disimulaba mucho mejor y por pudor la doble vida. Ser un hombre o mujer de una pieza, significaba nada más y nada menos que había que ser personas coherentes y sin doble vida. Hipócritas los ha habido siempre, pero la hipocresía nunca fue tolerada con tanto descaro.
Surge así que tenga sentido real lo que dice Anguita de que no tolera a tanto cínico.

El cínico, decía Oscar Wilde, es «esa persona que conoce el precio de todo y no da valor a nada.»  Es una forma aguda pero compleja de referirse a quienes actúan con falsedad pues tienen doble vida y pregonan sin dar trigo, por pura superioridad moral asignada culturalmente a su estatus. Ser progre o ir de progre es el nuevo clericalismo de una cultura ya secularizada.

Ser coherente es algo realmente difícil, pero llevadero si sabemos que una cosa es tener contradicciones y otra ser incoherente. Hacer una chapuza en el baño no te hace fontanero. Tener contradicciones forma parte de la naturaleza humana que es también débil, pero ser incoherente o hipócrita es una forma terrible de corromperla haciéndola enfermiza por esquizofrénica.

Cuando hablan de gobierno o políticas progresistas realmente se están refiriendo a que las dirigen o ejecutan progres, pero no implican progreso alguno.

No es progresista suprimir la presunción de inocencia en el ámbito penal (ideología de género).
No es progresista adoctrinar a niños suplantando la autoridad y la responsabilidad de sus padres en educarlos (eso lo hacían los nazis y los comunistas).
No es progresista ocultar a nuestros jóvenes que la vida es exigente y dura. Eso es engañarles.
No es progresista considerar que con adoctrinamiento se evitan los delitos o las malas conductas (en la URSS, el paraíso socialista, o en la Alemania nazi, el paraíso racial, siguieron dándose crímenes por pura maldad, no por odio racial o de clase, hoy odio de género).
No es progresista otorgar más valor al ecosistema o al resto de las especies que al Ser Humano, que es medida de todas las cosas y debe ser especie dominante responsable.  
No es progresista comulgar con ruedas de molino en todo lo que se nos diga desde el púlpito periodístico o político (eso lo ha hecho la Iglesia durante siglos).
No es progresista desacreditar la racionalidad, y exaltar el estado emocional. Eso es un brindis a la manipulación.
No es progresista dejar de respetar lo que las cosas y las personas son y representan de forma natural, forzándolos a amoldarse a una ideología. Eso lo hacían los fascistas y los comunistas. Todos debemos desarrollar nuestra personalidad en libertad.

Así que, no siento decir ni mucho menos, que detrás de la apariencia:

La inmensa mayoría de los rojos en realidad son progres.
Que el idolatrado Progreso en realidad es Regreso al pasado.
Que el verdadero progreso consiste en respetarse a uno mismo porque nos debemos autenticidad.
De ahí la construcción sobre roca sólida que debe suponer la personalidad.

Y ahora te propongo que con estas nuevas gafas descubras y distingas…

Al rojo del progre.
Al liberal del facha.
A la persona sólida de la líquida.

Y entonces, ten cuidado en quien confías…y no me seas progre, también tú cuestiónate.

Aquí la única superioridad moral la tiene quien vive como piensa.

Si piensas como vives te conviertes en un cretino.
Importa lo que hagas en tu vida, no en cómo pienses o lo que digas. Importan tus acciones no tus palabras.
Las acciones tienen valor…las palabras…aunque tengan precio, se las lleva el viento.

No exijas a los demás lo que no te exiges a ti mismo.
No seas CÍNICO, no seas mediocre, no seas por favor, un Progre.
Es toda una real involución. Sé auténtico.

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21 COMENTARIOS

  1. En el fondo la palabra ‘progre’ en sí se refiere a un concepto universalmente positivo, que es, por supuesto, el del progreso, y a una voluntad de superación, de mejora…. 

  2. No hay nada peor que la indiferencia,y deberías ser consciente…la gente no comenta ya ni tu artículo,ni siquiera los que te darían la razón.Algo de autocrítica?

    • No necesito ni el aplauso ni la crítica.

      Soy ya lo suficientemente mayorcito y maduro como para tener criterio y personalidad.

      Lo que citas…para los concursantes de Gran Hermano.

    • Los progres no tenéis sesera para generar debates…

      Todo es rodillo, descalificaciones personales e ignorancia supina de la realidad.

      Sois los fachas de estos tiempos.

        • Angel Manuel dice:
          27 septiembre, 2019 a las 12:15
          Muy bueno. La síntesis del artículo……

          !! Anda, pues Perico tiene razón,!! Vaya vaya los fachillas de tres debe ser que vivís en uso horario distinto.. Jajajajs. Vagooooooo, mentiroso y estafador al Estado. Menudo parásito estamos pagando.

        • Permíteme no ser original esta vez…

          Y te diga…

          Que yo pienso lo mismo de tí…

          Pero con una diferencia, acepto que formes parte de esta jungla, incluso bajo el pasamontañas de terrorista de red social…

          De tres al cuarto.

  3. Y ten cuidado al hablar así.

    Que emplees un tono así a lo nazi sólo demuestra que me tomas por ‘judío’ no por lo que dices sino porque pienso diametralmente distinto a tí y lo expreso en este digital.

    Y eso es lo que realmente te descompone porque no puedes ni podrás impedirlo.

    Si pensara como tú te importaría tres leches el tiempo que estuviera por aquí.

  4. Me ha parecido muy bueno el artículo, me ha gustado mucho (en general), sobre todo en la reivindicación y defensa de la integridad y la coherencia en las personas y su comparación con Julio Anguita, pero estoy en absoluto desacuerdo (y me hace gracia, además) la apología contra los «progres» que se hace a lo largo de todo el artículo. No, si ahora va a resultar que ser rojo es bueno (escrito por un redactor claramente de derechas, como es evidente) y ser «progre» malo. No te jode. ¿Cuándo se ha visto a alguien conservador reivindicando a los rojos?. En fin. Yo soy lo que podría llamarse «progre», adjetivo además cargado de tintes despectivos al igual que pepero, rojo o facha y estoy en absoluto desacuerdo con el paralelismo que se hace de rojo=íntegro progre=hipócrita. De hecho más bien diría que es al revés. La primera aseveración que se hace en el artículo (en el rojo se exige una coherencia integral y en el progre solo una pose integrista) además de ridícula yo diría que en realidad es hasta al revés. Suelen ser los rojos, izquierdistas extremos, los que mantienen poses integristas que no se sostienen con hechos mientras que los denostados «progres» suelen engarzar aspectos de la integridad humana fuera de dogmatismos y doctrinas totalitarias con su coherencia vital e ideológica, respetan en mayor medida a sus contrapartidas de centro-derecha siempre que sean honrados y coherentes también, y si por azares de la vida acaban enriqueciéndose pueden seguir viviendo como piensan, y no como pasa con los rojos aburguesados (véase Marx, Lenin, Engels, Pablo Iglesias, Irene Montero y demás revolucionarios de Chalet con piscina), pensando como viven.

  5. progresismo es una ideologia que significa lo contrario de progresismo, progresismo no significa progreso

    nadie confunde facha con liberal, la gente suele llamar facha a gente que sea nacionalista español y tadicionalista.

  6. China permite macrogranjas de hasta 82.000 cerdos, fabrica plásticos sin restricciones ni impuestos de CO2, tiene un salario mínimo interprofesional de 284€ al mes, es el segundo productor mundial de armas y no reciben ni una crítica de la Unión Europea ni de sus palmeros.

  7. no quieren nucleares, no quieren centrales eléctricas, no quieren minas, no quieren industrias, ahora no quieren granjas

    me quieren decir de qué piensan vivir en la España vaciada? de paguitas ?

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