Galdós contra el fanatismo (1)

El pasado 4 de enero se han cumplido cien años de la muerte del gran escritor Benito Pérez Galdós (1843-1920). Casi nadie pone en duda que el autor canario fue desdeñado por el mundo de consignas de la autocracia.

Sobre todo sus novelas contaron con el rechazo de los censores franquistas pues era considerado anticlerical, liberal, republicano e inmerso en el naturalismo, corriente literaria valorada entonces inmoral, soez y contraria a las posiciones del catolicismo español. Además, el contenido de muchas de sus obras se considera contrario a los valores propugnados por los prebostes de la dictadura.

Galdós yacente (La Esfera 10.1.1920)

Y es que Galdós es capaz de plasmar en su escritura lo sombrío y oscuro de una España retrasada, clerical, caciquil y excluyente, que impera y campa a sus anchas desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo de la actitud de esa España lo tenemos en el reciente debate de investidura de Pedro Sánchez, con una derecha asilvestrada, en palabras de Gabriel Rufián Romero, que miente e insulta con profusión.

Los Grandes Medios de Persuasión y Propaganda (GMPP), al mandado de los poderes financieros y en buena medida al servicio de la extrema derecha y de la derecha extrema, informan del mismo y citan bronca en el Congreso, repartiendo culpas de la ignominia entre los diversos grupos políticos, cuando todos hemos visto que la camorra es exclusiva de una derecha montaraz, atrabiliaria, e inverecunda. Con pateo e insultos constantes, con la representante del partido veleta que llama a los diputados socialistas a la traición o con algunos políticos que desde el neofascismo llegan a sugerir, incluso, la intervención del Ejército. 

2019

Galdós, que se identifica con las causas populares, muestra la mezquindad de los poderosos, así como el servilismo de las masas incapaces de levantarse. Desnuda a la Iglesia católica, cuando muestra su cerrazón y perseverancia en controlar y destrozar cerebros, a la vez que somete al pueblo a los dictados de una monarquía absolutista y corrupta.

Según afirma Francisco Cánovas Sánchez en su magnífica biografía, editada el año pasado, el escritor canario muestra admiración por Pablo Iglesias Posse (1850-1925), fundador del PSOE, a quien reconoce gran mérito en la dirección de un partido disciplinado, y describe a unos sectores políticos conservadores siempre en el machito. Esa derecha cainita deja sin premio Nobel de Literatura a Galdós, como recuerda Cánovas en su obra, lo que hasta puede leerse en el cultural de ABC (4.1.2020), al ser “víctima de varias campañas orquestadas por grupos de intelectuales y políticos conservadores que convencieron a la Academia Sueca de que no le concedieran el gran galardón de las letras”.

Es decir, en varias ocasiones sectores conservadores, reaccionarios y clericales, con una escasa cultura democrática, impiden que Galdós gane el Nobel, con campañas de desprestigio hacia su candidatura, a pesar de estar avalada por muchos de los más importantes intelectuales españoles de la época, como Jacinto Benavente Martínez, José Echegaray Eizaguirre, Ramón Pérez de Ayala Fernández del Portal, Jacinto Octavio Picón Bouchet o Santiago Ramón y Cajal. Y por instituciones y organizaciones muy diversas, como la Asociación de la Prensa Diaria de Barcelona, la mayoría de las fuerzas políticas presentes en el Congreso o el Ateneo de Madrid.

Por otra parte, en el mundo de la prensa se desarrolla en esos años una intensa polémica con una guerra entre blanco o negro, sin matices, tan frecuente en España: Galdós, si o Galdós, no. Por ejemplo, Vida Socialista (3.12.1911) toma posición en los términos siguientes: ¿Acaso no suponen nada sus novelas españolas contemporáneas y su magnífica labor teatral? ¿Acaso no conoce nadie ese monumento grandioso, magistral, insuperable que se llama Episodios Nacionales, y que es la historia más notable, más prolija y más verídica de esta paciente y desdichada España? No; ante Galdós no caben comparaciones ni se admiten controversias. Galdós, como Cervantes, como Dante, como Shakespeare, es único y es indiscutible”.

Otra muestra. Mariano de Cavia escribe también sobre el tema en El Imparcial (21.1.1912) y se expresa en los términos siguientes: “Esperé asimismo que ante la altísima significación de Galdós en la cumbre del Arte y  en el seno de la Raza, se acallaran, por una vez siquiera, los rencorcillos de secta y las  disputas de bandería; pero la primera lección de desengaño hubieron de dármela unos apreciables jóvenes, á quienes no puedo envidiar la juventud, qué siempre debería ser  envidiable, porque de bien poco sirve la primavera de la vida cuando ya están el pensar y el sentir de riguroso invierno”. Y es que a Galdós no se le perdona, sigue Cavia, el que se haya convertido en  el “Don Quijote de la Conjunción”, por supuesto de la republicano-socialista, recuerdo. Y llega a afirmar que la “intolerancia y la cuquería no perdonan”.

Andrés Rábago García El Roto (El País 6.1.2020)

El dramaturgo Jacinto Benavente, premio Nobel en 1922, escribe en varias ocasiones a favor del Nobel para Galdós. Y a fines de febrero de 1912 llama a los que hacen la campaña contraria intransigentes desaforados, malos cristianos y peores españoles (Nuevo Mundo, 29.2.1912). Por culpa suya, afirma, “daremos una vez más ante el extranjero el lamentable espectáculo de nuestras divisiones y de nuestras intolerancias”.

Pero la prensa católica, con El Siglo Futuro a la cabeza y el apoyo vaticano a través de L’Osservatore Romano, se lanza en tromba y de manera persistente contra Galdós. A mediados de febrero se envía un telegrama a la Academia sueca con este texto: “La clásica España de los Reyes Católicos, de Cisneros, Santa Teresa, Cervantes y Calderón, ruega a esa ilustra Academia que para honrar al más insigne de los hombres de letras, adjudique el premio Nobel a D. Marcelino Menéndez Pelayo, verdadera encarnación del alma nacional española” (El Castellano, 17.2.1912). Lo firman, entre otros, representantes de El Siglo Futuro, El Correo Español, El Debate, Centro de Defensa Social de Madrid y Liga Católica de Valencia.

 Ese periódico clerical toledano, El Castellano, inserta en el mismo número un artículo con ataques a la candidatura de Galdós titulado “Por Jesucristo y por España”. Firmado por J. Marín del Campo, se escribe que está sostenida por “jadaizantes, masones, protestantes y demagogos (y tal vez algunos católicos incautos)”. ¿Les suena la canción? Hoy los enemigos de España son comunistas, podemitas, frentepopulistas, bolivarianos, separatistas o golpistas. La reacción siempre entona la misma cantinela: verdaderos españoles, derecha y ultraderecha, ahora neofranquista; traidores y antiespañoles, los demás.

Isidro Sánchez
Desde el revés de la inopia

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22 COMENTARIOS

  1. Aquí Isidro, la única Historia y el único Fanatismo que se repiten son los del Frente Popular.

    La izquierda española es con diferencia la más radical, atrasada y retrógrada de toda la Unión Europea.

    Y nos remitimos a los hechos.

    La complicidad y relación estrecha con los regímenes dictatoriales comunistas de Hispanoamérica, llega desde el asesoramiento para reforzarlas y hasta la obtención de financiación de ellas, incluso a través del narcotráfico que forma parte de sus aparatos de poder.

    Algo así no ha ocurrido nunca en la política española.

    • Y NO MANIPULE la figura de Benito Pérez Galdós, él mismo decía que de cintura para arriba era bastante conservador, y sólo de cintura para abajo no lo era.

      La figura más próxima a Galdós hoy es Pérez Reverte, y este no es precisamente un a-patriota ni un comunista.

  2. Pues yo no tengo abuela, Isidro. Bien orgulloso de mi forma de pensar y bien atento a defender mis ideales. Ni me van a dar el carné de español estos rancios, ni me van a avergonzar quienes nunca han querido ser parte de esta sociedad española que podemos pasear orgullosos por el mundo. Y no, no hablo de la España imperial o guardiana de la Fe. Hablo de la de verdad, la que manda jóvenes formad@s al exterior, la de la cooperación internacional, la que l@s pintor@s, escritor@s, escultor@s. La de l@s cociner@s, la que nos pone en los medios internacionales por el esfuerzo, y no por cosas pretéritas que no llevan a nada bueno, porque en esencia son malas.

    En un artículo de Luís Gonzalo Díez se dice: «Galdós, que se enfrentó, como nosotros, al páramo de los hechos de su inmediato pasado, ofrece una alternativa a canalizar las derrotas históricas por la vía exclusiva de las epopeyas literarias. El verdadero desafío será siempre el de transformar dichas epopeyas, con su neto sentido del fracaso y su acusada tendencia contemplativa, en una acción política que no permanezca ciega a la historia, que sea precavida y prudente, pero que, no por ello, pierda la esperanza. En caso contrario, el conocimiento histórico no pasará de ser el desahogo literario de unos escépticos que amargamente se solazan en su sabiduría de la impotencia política».

    No puede estar más al día este texto que describe la actitud de Galdós, y que nosotros debemos tener como ciudadanos progresistas y demócratas ante el comportamiento pregolpista de la chusma ultraderechista. Tu esfuerzo semanal no va a caer en saco roto.

  3. Un gran artículo y una gran idea comparar la derechona que no dejaba vivir a Galdós, con el tripartito actual, que no nos quiere dejar vivir a los que somos de izquierdas.

  4. Qué desafortunado artículo. Una vez más, por lo habitual en la corriente de opinión de hoy en día, se utiliza por parte del firmante la figura de un pensador y escritor admirable para vomitar unos párrafos llenos de resentimiento y odio y de paso hacer apología de sesgo ideológico. Lamentablemente.

  5. Galdós , el gran don Benito. El centenario de su muerte se llenará de fastos, pero mucho me temo que ,cuando pase el año , muy pocos españoles habrán leído algo de su deslumbrante narrativa. Los Episodios Nacionales, esa historia novelada, cuyos 46 volúmenes contienen un retrato fiel del pueblo español, enseña más sobre la guerra de la independencia que toda la historiografía disponible sobre el asunto. Leer a Galdós ayuda a conocernos mejor. Poco hemos cambiado. Somos el país de la petición de favores, del enchufe, del cabildeo . Somos orgullosos con el pobre y pelotas con el poderoso. Y, a ratos, somos, un pueblo digno y valiente.

    Galdós el grande, el otro gran genio de las Letras españolas.
    Isidro, estaré atento a lo que presumo será una gran serie en próximas semanas. Gracias.

  6. Que el autor titule “fanatismo” es de risa.
    Que es fanatismo? dices mientras clavas….que es fanatismo? Y tú lo preguntas? fanatismo … eres tú.
    Para el autor fanatismo es quien defiende la constitución, la ley, por el contrario el comunismo ( con los más de 100 millones de muertos) es democracia.

  7. No fueron 100 millones, fueron cien mil millones de trillones.

    Era lo que faltaba…

    Venga digamos sandecess sin parar, a ver si algún tonto iletrado se lo cree.

  8. El mayor cronista de la Nación española en la Edad Contemporánea (Episodios Nacionales) manipulado como propaganda política por el partido que la ataca, y por el partido que rechazó apoyar su candidatura al Nobel.

    Es que es para irritarse.

  9. Galdós y Delibes deberían haberse incluido en la programación escolar este año para rendirle sus merecidos homenajes.
    Enhorabuena Isidro una vez más, rescatando en este caso a don Benito Pérez Galdós.
    Un abrazo

  10. Siempre la misma cantinela. Es posible que el paralelismo que traza Isidro no sea tan preciso como él considera, pero no deja de ser una contribución a la puesta de manifiesto de que no hemos cambiado y que nos hemos olvidado del último siglo.
    Descubrí a Pérez Galdós con diez años a finales de 1973 en los teatros radiados de RNE que se emitían los sábados por la noche. En el campo no había televisión porque el repetidor se averiaba conforme era reparado por lo que había que escuchar la radio. Era finales de la dictadura y quedé tan deslumbrado que luego en el colegio hice un par de trabajos sobre los episodios nacionales, «Trafalgar» y «El 19 de marzo y el 2 de mayo» en concreto, ediciones de Alianza Editorial. Pérez Galdós hablaba de lo que dice Isidro, creaba verdadero patriotismo ciudadano, no desde los sarcófagos de la catedral de Granada pasando por El Escorial.
    Estos teatros terminaron a principio de 1975. Es fácil de comprobar porque se pueden encontrar en internet. Dejo la dirección para quien interese (el enlace lleva al programa de radio, no sólo a Trafalgar tercera parte).

    http://www.rtve.es/alacarta/audios/episodios-nacionales/episodios-nacionales-trafalgar-iii/3666312/

  11. Olvida el historiador que Galdós amaba España y por eso le dolía tanto. Los hagiógrafos de aluvión, que toman su nombre en vano, olvidan tan sutil diferencia con la condición que ellos profesan.

    Seguimos sin un artículo escrito desde el revés de Bolivia.

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