El exalcalde de Puertollano y concejal del Partido Ibérico Íber en el Ayuntamiento de la ciudad industrial ha recomendado a los alcaldes de los pequeños municipios usuarios del pantano de Montoro que trabajen para que «no se pierdan» las conducciones de los «pantanillos» de cola para garantizar, en caso extremo, la calidad y cantidad de agua necesaria a las poblaciones.
En un artículo escrito en las redes sociales como puntualización a las quejas expresadas por el alcalde de Cabezarrubias del Puerto, Antonio Moreno, quien que tilda de «despilfarro» aquella obra acometida en 1995, Sánchez Calderón recuerda que se trató de una actuación «previsora y garantista» que aseguraba un mayor tiempo de recepción de agua de calidad a los ciudadanos.
Artículo de Casimiro Sánchez Calderón:
Aclaraciones al Sr. Alcalde de Cabezarrubias del Puerto (Ciudad Real).
Con todo el respeto y consideración que le tengo, me veo en la obligación de explicarle por qué se reservaron en el año 1995 los «pantanillos» de cola del pantano del Montoro para garantizar, en caso extremo, la calidad y cantidad de agua necesaria a las poblaciones de la comarca de Puertollano.
En el año 1994, a mi llegada a la alcaldía de Puertollano, el agua que bebíamos y el agua de las empresas de la comarca se bombeaba desde el pantano del Jándula (Encinarejo) a nuestro pantano del Montoro, que estaba bajo mínimos.
Aunque había letreros por toda la comarca de «Jándula veneno», todos los análisis aseguraban que el agua era de buena calidad. Pero era cierto que los niveles del Jándula bajaban también y que en algún momento, al bajar los bombeos, existía el riesgo de que algún parámetro de calidad se disparara y el agua empeorara.
Nos encontraríamos con una situación normal para la industria, pero mala para los ciudadanos.
Entonces, todos los alcaldes, además de pedir la construcción urgente de un pantano mayor para el futuro a la Confederación Hidrográfica, exigimos que los pantanillos de cola del Montoro, que estaban llenos, se reservaran exclusivamente para las poblaciones, lo que la Confederación aceptó y pidió a Repsol realizara urgentemente las obras de bombeo y conducción necesarias, que es a lo que usted se refiere.
Esa obra previsora y garantista aseguraba un mayor tiempo de recepción de agua de calidad a los ciudadanos.
Afortunadamente, el día uno de enero del año siguiente comenzó a diluviar, después se agrandó el pantano del Montoro, pero, ¿qué hubiera ocurrido si la sequía se hubiera prolongado? ¿o si hubiera habido otra sequía similar después?
No sé lo que costó la obra porque ni los ayuntamientos ni los ciudadanos pusimos ni un duro, pero costase lo que costase era la única solución para reservar agua excelente y en mayor cantidad.
Lo que yo haría en estos momentos y siempre si fuera alcalde de la comarca es procurar que aquellas conducciones y bombeos no se pierdan por si las circunstancias, ojalá no, se repitiesen. Aquí nos acordamos de Santa Bárbara solo cuando truena.
Que hayamos doblado el Montoro, incluso si lo hubiéramos triplicado, no garantiza una seguridad absoluta ante severas sequías que nos obligarían a bombear otra vez desde el Jándula.
Le agradezco que con su crítica me haya permitido expresarme.
Un fraternal saludo,
Casimiro Sánchez Calderón, exalcalde del Excmo. Ayuntamiento de Puertollano.
Y es que, como dice un proverbio chino, «excava el pozo antes de que tengas sed»…..