Cuaderno de pandemia (19)

Manuel Valero.– Qué difícil es todo en estos tiempos de sorda algarabía. Fue terminar el presidente de exponer su plan cuatrifásico y ya deduje la respuesta. Desde el punto de vista del bareteo, una ruina. Ha sido lo único que ha corrido como la pólvora por las calles de los pasillos caseros.

Nada de teatros, cines o lugares de culto que abrirán con un tercio del aforo, bueno en lo relativo a los últimos lugares, los hay que firmarían su clausura para clausurarlos comm,il faut, dado el precedente de la clausura conventual.

Esta mañana no se hablaba de otra cosa en los medios. Abrir la restauración un poco es una solemne bobada. Dicen. Vale. ¿Y bien? ¿Cómo habría que coger ese toro? ¿La mitad? ¿La mitad más uno para democratizar aún más el sancta santorum de la democracia ibérica que es donde reside el verdadero debate nacional? ¿Y si al presidente le da por levantar la mano y el bicho pega un subidón que nos vuelve a enclaustrar otra vez pero ahora con bola de hierro y grilletes? Francamente es difícil escuchar un poco de melodía en este ensordecedor y paradójico ruido.

Quienes ayer se rasgaban las vestiduras por lo mal que estaba gestionando el Gobierno la malhadada visita del Covid, ahora hacen lo propio por la roma apertura de los santos lugares. Qué difícil tiene que ser mandar. Perdón gobernar, que mandar, mandan los espadones y gobernar, gobiernan quienes mandamos nosotros que gobiernen, ya que la democracia consiste en mandar gobernar (va por ti señor Mundstock).

Hay un teatro de operaciones tan endiabladamente entreverado que cuesta trabajo asomar el güito para respirar un poco de aire limpio. Hay quien dice que al presidente le han entrado las prisas para no ser el último de la clase de nuestros amigos y socios europeos. O sea, un sin Dios. Una vez escribí un relato cuyo argumento era el siguiente: Un gobernante convocaba a los medios para hacerle en directo una peineta al pueblo por ingobernable:  ”Queridos conciudadanos y compatriotas, llegados a este punto me veo en la obligación de sincerarme con vosotros para deciros que os gobierne vuestra señora madre, que yo me voy”. Me pareció un poco mágico a lo Gabo por lo imposible de que tal cosa ocurra.

Dar un paso, sea el que sea y que tengas enfrente una contestación irredenta, persistente, pasional y pegajosa debe ser muy, pero que muy difícil de gestionar. A ver. Miremos el relato de los últimos meses con distanciamiento y con mucho cuidado de no perdernos en el maremagnum. Hecho lo cual convendremos en la siguiente conclusión. Prepárense:

El Gobierno bipartito de socialdemócratas y socialdemócratas radicales (se acepta otra nomenclatura) tenía información de la borrasca viral pero no tomó decisiones a tiempo, entre ellas, no permitir algunas manifestaciones populares, políticas y deportivas, ni decretó el retiro casero mucho antes y hablándole clarito a la gente, pueblo o ciudadanía. Además, cuando descargó la tormenta se descubrió la carencia de material sanitario aislante y el olvido manifiesto de nuestros mayores en las residencias. En ese momento, la oposición liberal y ultraliberal (se acepta otra nomenclatura) se puso manos a la obra para socavar al Gobierno bajo la obligada necesidad de apoyarlo en un primer momento, con el argumento de que la soberbia del presidente le impide contar con los adversarios . Cada bando apoyado en retaguardia por los medios afines. Y bien apoyados. Y en este contexto se produce todo lo demás. Cualquier decisión dará pie a una nueva cháchara de tal modo que si el Gobierno hubiera permitido abrir los bares un 50 por ciento, o un 75, o… abrirlos en pompa, qué coño, le hubieran llovido pescozones a mansalva por ser tan irresponsable y facilitar el rebrote del monstruito.

Hay algo imperdonable en estos epidémicos tiempos: la falta de previsión, que no de información, y la carencia de medios que ha obligado a los profesionales de la sanidad a trabajar con riesgo real para su salud y sus vidas, como tristemente ha sucedido.  Y sobre todo levantar la mano del confinamiento cuando no se tiene, que se sepa, un mapa fiable de la verdadera extensión del mal como resultado de una analítica a discreción. Pero se nos olvida que estamos viviendo una pandemia y su gestión no es como hacer la alineación de la Selección española en un bar, precisamente. Lo demás es secundario. Lo saludable sería que ahora estuviera todo el mundo en el mismo barco (mira que detesto esta expresión) remando en la misma dirección (ésta aún mas). Y cuando la normalidad vieja, que es la que queremos, no la nueva normalidad de máscara y distancia, florezca de nuevo en el paisaje, ordenar las facturas cuando toque… ir a elecciones. Que las hay para todos.  Facturas.

Llama la atención la gestión que han llevado a cabo mujeres al frente de los pocos gobiernos en sus manos en el mundo. Y todas aprueban con notable alto, dejando a un lado, claro, otros factores, como población, economía, nivel de vida, y cultura cívica. ¡Con los españoles tenían que haber dado! Tengo la impresión de que una mujer nos hubiera metido en cintura o en caso contrario hubiera hecho realidad la ficción del cuento del gobernante hartuzo que se va a su casa con una peineta histórica.

Voy a estudiarme el Plan Cuatrifásico del Gobierno bifásico y a entrenarme para darme un garbeo por los pinos de mi ciudad como si no hubiera un mañana por la tarde.

Seguimos en ello. Salud y saludos.

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19 COMENTARIOS

  1. El pasado sábado, tras la rueda de prensa del Presidente Sánchez, una periodista de la derecha mediática, una atrabiliaria María Claver, así creo que se llama, comenzó a glosar lo dicho por don Pedro con una larga introducción repleta de insultos e irritación. Cuándo, decía , dejará este sinvergüenza de faltarle el respeto a los españoles, a las víctimas de la Covid, a sus familiares. Es que es indigno lo que hace este tipo. Yo contuve la respiración, esperando y esperando que soltase el veneno de áspid para saber qué plato había roto esta vez Sánchez. ¡Decepción! El plato roto no era otro que la falta de corbata negra del jefe del ejecutivo.

    Curioso. La tal Claver no es la única. El resto de los periodistas mediáticos recurren al mismo mantra cual consigna corriendo como la pólvora. Tiene gracia que en un país en el que desde hace al menos tres décadas los dolientes de los funerales, padres e hijos, se han despojado o alividado del luto, exijamos negritud en balcones y en el dress code de presidentes. Pero es que si visiese de luto le acusarían de teatrero.

    • El cargo, (aunque no se piense o se sienta, e incluso siendo totalmente opuesto, a según qué cosas), exige un decoro, respeto, decencia, consideración, deferencia, guardar las formas, cumplir los protocolos, las tradiciones… y con más razón, cuando se trata de todo un presidente de una nación que representa a más de 47 millones de personas, de los cuales, más de 23000 han fallecido, por circunstancias muy excepcionales, pero que solo por lo que representa, algo de responsabilidad tendrá.

      • Responsabilidad tenemos todos, Alpino, el Gobierno Central en sus competencias, las autonomías en las suyas, la oposición en su trabajo de control al Gobierno, los ayuntamientos en las suyas.

        Y los ciudadanos obedeciendo, porque en un Estado de Alarma no se pide opinión, se actúa para evitar lo que causa la situación.

        Pero eso en la derecha Trifachito suena de otra manera:

        1.- insulto al Gobierno.
        2.- palos en las ruedas sin parar.
        3.- injurias y calumnias contra los gobiernos Central y autonómicos que no son del Trifachito.
        4.- injurias y calumnias contra todos los ciudadanos que llamamos al sentido común.
        5.- sentimiento de superioridad ante las autoridades: yo hago lo que me sale de los huevos.

        Y así una lista interminable.

        Hoy leo que Ayuso dice quede equivocó por hacer caso a un Gobierno mentiroso. Ayuso, que era la community manager del perro de Aguirre. De verdad ese es el nivel?

        Ayuso, quien no hizo nada para evitar que Castilla la Mancha sea la tercera región con más contagios de España. La llevamos también a juicio por genocidio como quieren los ultras con el Gobierno?

        Ojalá y se pudiera trazar el ADN del virus en todos los muertos de la región y manárselo de recuerdo a la Puerta del Sol. Para que nunca olvide que fue una puñetera inútil. Como el resto de responsables.

        No sería más normal que en vez de decir idioteces ayudará a difundir las fases de la desescalada para que la entiendan las personas mayores?

        De verdad que dan ganas de hacer una zanja por la mitad de España y que os vayáis a vivir ahí las tres derechas a ver si dejáis al resto vivir en paz.

        Qué pereza dais. Y dejad de una puta vez lo del luto. Eso es una costumbre viejuna que deshonró el Ministro Trillo llevándolo en el entierro del Yack 42.

        Los españoles fallecidos por el virus tendrán su homenaje, no tengo duda, y no tiene que ser ni religioso, ni negro.

        Las familias podrán hacer sus funerales religiosos sin problema cuando esto acabe, y los que somos ateos ya haremos lo que nos venga en gana sin lutos ni sotanas.

        • Muchos ideales contra vuestro país y sus costumbres y llaméis el culo a los que no son de aquí, de la religión católica o a los dictadores que no sean Franco.

        • Por cierto, acabo de ver un vídeo de Pablo Iglesias (socialdemócrata radical) llamar miserable a Macarena Olona por utilizar la muerte para hacer política y a continuación unas declaraciones del mismo Pablo Iglesias, donde dice: «lo fundamental no son las identidades ideológicas, lo fundamental es utilizar el dolor, hacer que el dolor de los que sufren se conviertan en propuestas políticas para cambiar la realidad».

        • Alpino, Olona tarde o temprano pasará por el Juzgado, y espero que le caiga lo que se merece. Es una persona realmente repugnante por las cosas que ya dicho. No sé cómo se llega a eso, pero es preocupante.

          Ojalá y le toque pasar por lo mismo que desprecia. Así aprenderá la leccion.

        • Alpino, a ella en particular no, lo que ha hecho y muy bien es visibilizar las miserias de todo vox, concreta y literalmente le ha contestado que:

          «Es miserable utilizar la muerte para hacer política. Es miserable cuando no han apoyado las medidas sociales para ayudar a las familias. Es miserable criticar la eutanasia en el contexto en el que estamos».

          Y además que:

          «Representan (vox) el odio, la hipocresía y la miseria moral»
          Ademas de que, y con razón:
          «España y nuestra sociedad, como ya hiciera en el siglo XX, se quitará de encima la inmundicia que ustedes representan».

          Mas claro agua. Y así será.

  2. Increíblemente, los españoles estamos siendo más disciplinados que muchos de nuestros vecinos europeos.
    No obstante, nuestro cainismo nos impide ver que, por lo general, estamos haciendo las cosas bien…

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