Écfrasis dos

Decía Cristina Santamarina, en su trabajo Las palabras del mercado (1996) que “Si en el marco del mercado una imagen vale por mil palabras, es porque dice mucho más de lo que enseña, y mucho más que aquello a lo que se refiere”.

Descripción que podríamos mejorar y perfeccionar con una ligera adición verbal, que corrige tanto como matiza.

Si en el marco del mercadopolítico una imagen vale por mil palabras, es porque dice mucho más de lo que enseña, y mucho más que aquello a lo que se refiere.

De ello da cuenta la actual mercadotecnia política y sus espectros comunicativos.

Muchas veces no se transmiten ideas o comentarios.

Mucho menos, se transmiten programas máximos o mínimos–como se decía antaño–.

Hoy los programas máximo y mínimos se han unificado por reducción, y operan ya como un simple eslogan comercial que compone la pieza conocida como consigna.

Y de la consigna ramificada y arbórea –árboles que no dejan ver el bosque– surge el argumentario.

Tan usual hoy en las dirigencias partidistas.

Como eje de argumentos que no admiten discusión.

Desde la pérdida del habla y desde la pérdida del verbo, nos ha quedado el reino de gesto y el principado opaco del visaje.

Haciéndonos creer que vivimos en la Era de la Imagen.

Se aportan imágenes e impresiones que cuentan con ideas ocultas, o que no cuentan con ninguna idea.

Sólo se dice mucho menosde lo que enseña.

 Y mucho menos que aquello a lo que se refiere.

Por ello los ejercicios de écfrasis como clave argumental, son una necesidad contemporánea.

La foto de Olmo Calvo en El País, del presidente de gobierno, Pedro Sánchez al regreso de sus vacaciones estivales canarias, y tras su comparecencia ante los medios de comunicación acreditados en el Palacio de la Moncloa, es sorprendente.

Y explicativa.

Por lo que dice y por lo que calla.

 Un vaso de agua sobre el atril y dos micrófonos de última generación muy estilizados.

Un fondo desvaído –en grises azulados– deja ver parte de la corona del escudo oficial de España.

Aparece capturado el interviniente Sánchez, en el gesto de cruzar sus manos sobre el pecho, tras una aclaración o tras una matización.

En un gesto casi de orante.

Un gesto que protege al interviniente –las manos cruzadas protegen mi pecho–, tanto como amansa al escuchante, que ve en ello un gesto de disponibilidad.

Aparece revestido el interviniente Sánchez, en el gesto de cruzar sus manos sobre el pecho de poderes sobrenaturales.

Como ocurre con alguna imaginería del Sagrado Corazón de Jesús.

Aunque estas imágenes del SCJ ejerciten los brazos y las manos en posiciones diversas de impartir bendición.

 Por razón de la doble naturaleza del SCJ.

Nunca llegan –al menos, yo nos la conozco– a la superposición postural de Sánchez.

Como ocurre con San Tarsicio romano y con algunas Inmaculadas.

Superposición postural que remite, además, al universo tanatológico de la imaginería funeraria.

Y no digo más.

Menos relevancia cuenta la indumentaria y el resto de gestualidad presidencial en momentos tensos como los actuales.

Más que el terno azul, camisa azul cielo y corbata de topos en tonos igualmente azules, llama la atención el disco coloreado de la solapa del logo de la Agenda 2030.

Y llama la atención que asuma como argumento cromático el azul, que es el color de marca del Partido Popular.

Se me objetará que el presidente vestido de su color –el rojo– daría imagen de bombero o de mecánico espacial.

La única luz que, por otra parte, desprende la imagen en el interior monclovita azulado-grisáceo, procede del rostro, de las manos superpuestas y del pin de la solapa.

El rostro bien requeriría otros esfuerzos e inventarios.

Los ojos perdidos en el vacío frontal que no llegamos a ver y donde solo la asimetría del pliegue de la boca delata cierta incomodidad en el gesto.

El esculpido capilar y su tortuoso peinado –con canas incipientes– daría para un curso de peluquería becado por Vidal Sassom.

Aunque la asignatura de los peinados presidenciales tiene notables precedentes: desde González cambiando de lado la raya, a Aznar cambiando la dirección del mechón rebelde peinado. Incluso Rodríguez Zapatero realizó un proverbial estilismo capilar.

Pura ecfrasis.

José Rivero
Divagario

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21 COMENTARIOS

  1. Leo en la prensa cavernaria que Pablo Casado admite reunión con Sánchez, pero que le dirá que no a todo y que si negocia algo, será porque echen a Pablo Iglesias del gobierno.

    Esa es la forma de hacer política de esta derecha rancia. Si ganas tú, son unas elecciones ilegales y voy a hacer todo lo posible por echarte, aunque estemos en pandemia y haya que hacer política de altura.

    Con dos cojones. yo le pondría esta imagen:

    https://static1.abc.es/Media/201507/13/julio-cesar-asesinato–644×362.jpg

      • Pues muy mal. Pero no es lo mismo ser un idiota dentro de tu partido, que serlo cuando tú país necesita pactos de Estado y tú representas al primer partido de la oposición.

        • Con independencia de lo que nos guste o disguste Podemos, ahí están intentando sumar.

          Qué ha hecho el Trifachito aparte de negarse a todo.

        • Puesto que ambos son iguales, y no se pueden ni ver. Digo yo que tendrán más responsabilidad quienes gobiernan. A parte de eso, no creo que la derecha vaya a apoyar políticas de izquierda, mucho menos comunistas, a menos que se negocie y se llegue a un término medio, dejando a un lado todo aquello que no beneficie al ciudadano.

  2. Es admirable la adicción a escribir y a publicar, aunque no se tenga nada relevante ni interesante que decir. Lo hago extensivo a los comentaristas de esta noticia … ya los que faltan.

      • Eso, eso… justo lo que no haces tú. Te recomiendo un magnífico ejercicio:leer la segunda serie de los Episodios Nacionales de Galdós. Toda una lección de cómo somos los españoles, que no es cómo deberíamos ser.

        • Marcelino, ay Marcelino, e profeta de las teorías de la conspiración, el Miguel Bosé de Mcr. Guapooo.

        • El que prometió publicar una serie de artículos sobre Galdós…pero, mira por donde, cayó en la cuenta de que no había leído ni una sola línea de la magna obra del canario.

        • Marcelino mimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimimí……

          Jajajaja

          Es lo único que sabéis contestarme. ¡Qué perdidos estáis!, pero es normal que no quepan fisuras en vuestro pensamiento único. Es normal.

        • A mi me llaman Ángel Manuel y en realidad yo siempre me he llamado Napoleón Bonaparte.

          Están obsesionados con saber quién está detrás del anonimato ellos que siempre lo utilizan.

          En el fondo es una forma de coaccionar de nivel escolar. Señalamiento y linchamiento a lo batasuno para callar la mejor y mas solvente opinión contraria. De manual de Batasuna o Podemos.

          Por la edad de estos niñatos también podemos llamarlo Mobbing y lo practican con esos compañeros de clase que les salen rebeldes en clase porque son más brillantes, guapos o listos que ellos.

          Este medio no les censura, a mí sí en cuanto entré a jugar a levantar pseudónimos empezando por el de Canano y Charles. Fue inmediato. Tuve que dar en la diana.

          Este juego les ha gustado, lo copian porque son cuatro niñatos sin personalidad ni neuronas ni liderazgo aunque hay excepciones. Hobbes es ya un yayoflauta pero con cabeza de niñato. Todos estos conocen poco el mundo fuera de la destartalada Casa del Pueblo en la que viven mentalmente desde la adolescencia.

          Desde su mediocridad son camaradas, les une el odio al opositor político. No hay más eso ha sido siempre el bolchevismo.

        • A ver si estás loco, el único que estaba obsesionado con quién estaba detrás del anonimato eres tú, diciendo a cualquier nick que era el que te viniera en gana, sin pruebas ninguna, dando paños de ciego,y como es imposible que destapes a nadie, decidiste pasarte hipócritamente al anonimato del que llevas renegando años. Si a ti te dicen quien eres es por qué sí es evidente y probado. Ya vemos que tienes bien aprendido el mandamiento gloebbleliano de proyectar tus propios defectos en el rival político, pero no cuela.

        • No, tu no vienes a aprender, vienes a discutir y montar bronca porque todo tiene que ser como el nene caprichoso y malcriado que eres diga. Acaso es mentira que por eso te echaron del seminario? Lo mismo eres capaz de contestar que en el seminario también son rojos bolcheviques que te hacían mobbing por lo brillanmente facha que eres…

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