Carmen Quintanilla pide más protagonismo para las agricultoras en Italia

La presidenta nacional de AFAMMER y parlamentaria honoraria permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Carmen Quintanilla, aborda el papel de la mujer en el mundo agrícola español dentro del Seminario Internacional de Estudios Europeos “Las expectativas de cambio en la sociedad” que se está celebrando del 2 al 4 de octubre en la
ciudad italiana de Marsala.

Este seminario internacional aborda los desafíos medioambientales de la
agricultura y la Política Agraria Comunitaria en Europa a través de la
experiencia de expertos en desarrollo rural procedentes de diferentes
países de Europa.

En su caso, Quintanilla ha impartido la ponencia “Los Retos del mundo
agrícola español: el protagonismo de la mujer”. Durante su intervención,
la presidenta nacional de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio
Rural ha hablado sobre el grave problema de la falta de relevo
generacional en las explotaciones agrícolas en España y en Europa.

En este sentido ha destacado que las mujeres siempre han trabajado en el
campo su labor sigue sin tener “el reconocimiento que merece”.

Y destaca, que a pesar de que el 50% de las explotaciones en Europa son
explotaciones familiares donde la labor de la mujer “es primordial”,
este trabajo no queda reflejado ni para el conjunto de la sociedad ni
para la regulación laboral, ni para la pensión asistencial una vez
llegan a la edad de jubilación.

El campo: un entorno masculinizado y envejecido
Carmen Quintanilla abordó el problema de la falta de relevo generacional
en las explotaciones agrícolas. Un problema que según afirma, afecta a
gran parte del campo europeo.

“En el año 2011 ya alerté en el Consejo de Europa sobre la necesidad
potenciar la incorporación de más mujeres en la agricultura europea
durante la ponencia del informe Las mujeres en el medio rural en
Europa”, recuerda.

Los datos del informe presentado por Quintanilla afirman que en Europa
existen alrededor de 6 millones de mujeres que trabajan en el campo. De
ellas, el 78% trabajan como colaboradoras con sus esposos, mientras que
tan solo un 12% son propietarias o copropietarias.

“Estas cifras nos dicen que en Europa la mayoría de las mujeres
empleadas en la agricultura son esposas de los propietarios, de ahí su
condición de trabajadoras invisibles”, denuncia.

En el caso de España hizo referencia a la figura de la Ley de
Titularidad Compartida en las Explotaciones agrícolas que nació con la
intención de incluir en el registro a las mujeres que aparecían en la
categoría de “ayuda familiar” junto a sus cónyuges sin que se
reconociera su trabajo y considerándose este una extensión de las
labores domésticas.

“En España hay 945.024 explotaciones agrarias sin embargo el número de
titulares y jefas de explotación es de 285.467 y tan solo se han acogido
a la titularidad compartida 721, lo que indica que aún queda mucho que
hacer”, señala.

En cuánto a los motivos por los que la Ley de Titularidad Compartida no
ha tenido el resultado que se esperaba Quintanilla señala
principalmente: la escasa incidencia de las ventajas sobre las mujeres
que supone la cotización a la seguridad social y la falta de información
sobre las ventajas y efectos de acogerse a esta modalidad.

Cerrar la brecha de género reduciría el hambre en el mundo
“Según la FAO acabar con las desigualdades de género en la agricultura
el número de personas hambrientas en unos 150 millones y aumentaría el
PIB mundial en 12 billones de dólares para el año 2025. Es por ello por
lo que desde AFAMMER seguiremos reivindicando que la mujer tenga un
mayor acceso a la tierra y a los recursos naturales, pues somos
conscientes que de ello depende el futuro de nuestro entorno”, fue el
llamamiento que Quintanilla realizó al finalizar su intervención.

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