Vegetalia

El pasado 4 de noviembre de 2019 la alcaldesa de Ciudad Real presentaba como una primicia sustancial y casi electoral, el que llamaban Jardín Vertical. Actuación del Jardín Vertical para realizar en una de las fachadas del Ayuntamiento una suerte de mural de especies vegetales, no sé si especies de proximidad o especies con alguna pieza exótica incorporada.

Todo ello mereció un comentario publicado en Miciudadreal el 13 del mismo mes, con el denominado juego de Viga árbol y Jardín vertical, entre los conceptos desplegados por Fernando Higueras y el botánico francés Patrick Blanc.  Y a ese trabajo, de hace un año, me sigo remitiendo para aclarar conceptos.

Las reacciones recientes, en redes sociales y medios como éste digital (31 de octubre, 2020), ante la conclusión del denominado –pomposamente y con énfasis provinciano– Jardín vertical, han abierto un debate, no se si singular y oportuno, pero sí significativo. Parte de las críticas proceden del gasto superfluo cercano a los 20.000 €, verificado en ornamentar pulcramente una pared trasera –parcial y de escasa trascendencia en la composición general de las fachadas– del edificio municipal, en tiempos de estrecheces económicas y de pandemias no sólo sanitarias sino financieras.

Incluso se aventura si el ensayo vegetal descubierto estos días –como un collage encallado y encanallado de verde– es una muestra escalada de una venidera propuesta de camuflaje general de la Plaza Mayor. Todo ello, para mayor gloria de los actuales regidores, por más que la baranda de palillería de hormigón del arengario, lleve camuflada años con un simple tablero entelado de rojo bermellón, y por más que dos solares flanqueen el vacío general de la Plaza, sin visos de solución temporal. Alegando las concejalías afectadas, la falta de desarrollo del Plan de Reforma Interior (¿…?).

Las críticas vertidas por tal decisión de gasto municipal han tratado de ser respondidas desde la inevitabilidad de la inversión – según dicen, fruto de una subvención europea finalista que no admitía cambios– o desde la vertiente de la eficiencia energética de la estrategia EDUSI, que prestará en el futuro ese manto tapizado. Por más que la superficie final de la actuación ajardinada –un par de decenas de metros–, represente una pequeña fracción de la superficie total del edificio municipal. Donde la lógica de la eficiencia energética debería intervenir en su totalidad.

Estas críticas del gasto indebido e inoportuno (reconocido incluso por la Alcaldesa Zamora) han venido a coincidir con la presentación de las soluciones del concurso de ideas para la reforma del Paseo de El Bosque de Puertollano. Paseo que junto al Paseo de San Gregorio, componen la espina central del organismo urbano de la ciudad. Propuesta municipal, que también ha sido objeto de críticas abundantes por la inoportunidad y la innecesaridad del gasto –a juicio de los opinantes críticos con la iniciativa municipal– que se verificaría con cualquiera de las trece soluciones presentadas para la susodicha reforma. Críticas que no desmerecen del procedimiento seguido, vía concurso y de la participación popular como paso previo a la resolución del jurado calificador. Con la salvedad evidente de la enorme distancia existente entre una fachada posterior y una buena porción de metros (23.629) de la ciudad minera, que se traducirá obviamente en un gasto de varios millones de euros. Reacios algunos participantes en los foros críticos, al gasto a cumplir cuando hace treinta y cinco años ya se había verificado otro concurso de remodelación de El Bosque, cuyos resultados sólo han garantizado el regreso a la casilla de salida.

Lo más llamativo, a mi juicio, es el escapismo adoptado en estas filosofías del escepticismo urbano, desde el cometido central otorgado a la jardinería como piedra angular de todo edificio; en una suerte de Pintoresquismo que sucede al nihilismo del Posmoderno. Así en Ciudad Real, una fachada reverdecida y ornamental, pretende resolver (¿por analogía o por contraste?) el problema de una Plaza mal resuelta y peor formalizada historicámente. De igual forma que en Puertollano, los problemas de articulación espacial y urbana del eje vertebral de la ciudad se encomiendan a un trabajo de diseño de jardines, obviando otros parámetros cruciales y centrales en las cirugías y reformas urbanas. Como ocurriera con el proyecto –finalmente fallido y no solo por las cadenas de la baronesa Thyssen– del Paseo de Recoletos, que venía a pretender solventar problemas que desde el mismo Paseo no tenían solución.   Y digo jardinería y mundo vegetal, porque las mayor parte de las soluciones del concurso del Paseo de El Bosque, son alternativas y propuestas de ajardinamiento, arbolado y aspectos complementarios –fuentes, iluminación, mobiliario urbano, juegos infantiles–. Pero rara vez se abordan aspectos esenciales relativos a la ciudad y a la arquitectura y al carácter central del espacio intervenido. Fijándose esa limitación de las intervenciones incluidas en las soluciones aportadas, en la contra moneda del problema. Pretender resolver problemas de tráfico, de movilidad, de descarbonización de la economía, de la congestión funcional y de la densidad urbana excesiva, desde las flores y desde los jardines, asemeja al buenismo hippy de los sesenta. Que con ese Flower Power, pretendieron resolver los problemas del planeta. Cuando bien a las claras las herramientas dispuestas en esos años sólo eran capaces de colorear algunos episodios y de ser una declaración de intenciones. Pura Vegetalia.

Periferia sentimental
José Rivero

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17 COMENTARIOS

  1. A mí es que esta ciudad me parece tan horrorosa, que la cubriría entera de jardines verticales.

    Dicho lo cual, este que suscribe lleva años pidiendo que de Rondas hacia dentro sea todo peatonal (a excepción de servicios públicos y vecinos). De ahí que tenga a dos tontos detrás de mí insultando sin parar.

    Pero es verdad que los ayuntamientos no tienen pelotas a tomar medidas de descarbonicen la ciudad y hagan el aire más respirable. Y no, no es complicado, simplemente hay que hacerlo sabiendo que cuatro cafres darán la lata un tiempo, pero que luego todo el mundo se acostumbra y el comercio lo agradece.

    Es realmente ridículo querer vivir en la Europa de las bicis y el transporte público y aquí, mientras, hasta los políticos van en coche a por el pan. Ridículo.

    En definitiva, me gusta cómo ha quedado el jardincejo ese. Tengo más claro que el agua que no vale para nada desde el punto de vista de la eficiencia energética del edificio, y creo que si se hacen más, la vista del culipardo lo agradecerá y, quién sabe, lo mismo hasta dan fresquito en verano.

        • De atrás para adelante y al revés CH. Antes se multiplicaban los muros de Berlín, tipo Telón de acero del Socialismo Real, que se acabaron llamando de la Vergüenza; luego fueron los muros de hormigón del Israel sionista para apartar al moro palestino; Trump comenzó su labra metálica e ingente para segregar al mexicano. Y en Europa han comenzado otros muros de la vergüenza para contener las migraciones ilegales en Grecia y Rumanía. Decir que en Europa se multiplican los Muros Vegetales es un oxímoron. ¿Cómo se puede ser Muro y Jardín a la vez? Son chuminadas de botánicos franceses que quieren ocupar un hueco en los magazines. Dentro de nada se multiplicarán los Bulevares Vanguardistas de Arrabal (BVA), como el que nos presentan estos días tus colegas municipales henchidos de gozo, para denominar una calle menor, esquinada y poco vanguardista del barrio del Pilar.

        • Y los de Ceuta y Melilla, Rivero. Esos son los que nos avergüenzan a los españoles que no necesitamos banderitas en la pulsera y que vemos cómo la población laboral española envejece y no hay repuesto. Lo mismo a esos hay que ponerles también un buen jardín vertical para que los muy mucho españoles no tengan que ver cómo se rajan la piel y los músculos quienes vienen de la guerra, el hambre y la miseria.

          Ceuta y Melilla son nuestro México, nuestro Berlín, nuestro Israel.

          PD: A ver qué tipo de Muro de la vergüenza se sacan de la manga los munícipes para tapar el barrio que hay enfrente del AVE y que el Bulevar Vanguardista no desmerezca.

  2. El ese vertical va a cambiar la vida de la ciudad. Paris, Londres, NY y Ciudad Real. Hay 47 millones de entrenadores nacionales y por defecto 47 millones de urbanistas. Creti el urbanista propone peatonalizar todo de ronda adentro. En la escala de gilipolleces vamos a puntuar un 10. Mi propuesta es solo de 9 y es tirar todo de ronda adentro y hacer el Central Park II y urbanizar todo de ronda hacia afuera.

  3. A mí lo de jardín vertical me recuerda a un premio literario de contenido erótico que se llama o llamaba «La Sonrisa Vertical». Pues eso. Chuminás.

  4. Espero equivocarme pero con la peatonalizacion y tanto aparcamiento desparecido el comercio se va a la mierda. Ya he empezado con la óptica, y después con compras online. Lo que antes hacia en un momento con el coche ahora ya no

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