Planes, Tiempo, Aire

Todo Plan como programación de la actividad en el tiempo futuro, es una renuncia inequívoca al mismo tiempo presente.

Una prospección tenida por verdadera por el que la formula.

Cuando sólo es una sonda espacial o una cata del tiempo que aún no es.

Tanto prospección como sonda son barruntos de una temporalidad no nacida y de un espacio clausurado.

Es, por ello el Plan, todo Plan, un futurible.

Esto es, un acontecimiento que ocurrirá en el futuro solo si se dan unas condiciones determinadas.

Condiciones determinadas que pueden alterarse o estimarse de otra forma.

Acontecimientos no previstos o imprevistos, desvíos y caídas que pueden torcer todo el ejercicio de la planificación.

Con lo cual la previsión del Plan será otra y toda la prospección se habrá diluido en el error de un pasado equivocado, prematuro e inmaduro.

Condiciones determinadas que, incluso, pueden determinarnos y alterarnos.

Previsiones del Plan donde a veces, se olvida el condicional determinado y determinante.

Todo Plan, es por ello, un futurible.

Un futurible que se asemeja a la voz dirigible.

Que en su versión aeronáutica fija a “Un dirigible [que] es un aerostato autopropulsado y con capacidad de maniobra para ser manejado como una aeronave”.

Un dirigible como una cometa, o como una veleta.

Aunque con frecuencia el dirigible –como lo que puede ser dirigido y programado– se rebelaba del mando de gobierno y acababa produciendo un sonoro desastre.

Por más que la definición de la RAE de la voz Plan hable del “Modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla”.

Y por ello el anticipo de su escasa consistencia.

Dicho todo esto, cuando el Ayuntamiento de Ciudad Real ha decidido modificar el Plan General de Ordenación Urbana, en lo concerniente a la Unidad de Ejecución Plaza Mayor.

Que en palabras de la Alcaldesa: “desbloqueará la posibilidad de construir en el entorno de la plaza”.

El desbloqueo es fruto del bloqueo introducido por el PGOU de 1997, que introducía dos condiciones pintorescas.

Como considerar la citada Unidad de Ejecución –en el centro mismo de la ciudad y junto al mismo Consistorio– como Suelo Urbano No consolidado, en primer lugar.

Y, en segundo lugar, fijar la actuación de la UE-PZA por mano de “un único agente urbanizador”. Eso en un ámbito de 105 parcelas catastrales.

Es decir, para resolver un error incomprensible producido en el lejano 1997, ha habido que esperar 24 años.

Un planificación torcida que sólo el paso del tiempo demuestra su insolvencia.

24 años para fijar un desbloqueo normativo, que ha acarreado el deterioro físico y constructivo de la Plaza Mayor.

Demostrando la incapacidad de PGOU –ya superado e intentado actualizar por el POM de 2009, finalmente aparcado en 2020– para abordar ciertos problemas reales y la incapacidad sostenida de las corporaciones sucesivas.

Y la incapacidad de tantos documentos presentados con la fuerza enunciativa del Plan que quiere despejarnos el futuro.

Dicho todo esto sobre la lógica temporal de los Planes, justamente, cuando el Gobierno de la nación ha presentado el Plan España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional a Largo Plazo.

En una demostración de cómo, cuando no se acierta en lo próximo se quiere acertar en lo lejano.

En un ejercicio de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia.

Una Estrategia que más parece un ejercicio de prestidigitación.

Un ejercicio de prestidigitación.

No sé si de dedos o de dígitos, como he contado en otra parte a propósito del enunciado numérico.

Por más que en el proemio del referido documento Plan España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional a Largo Plazo, se invoque al mar.

 Como antes yo hacía sobre el aire y los dirigibles.

Ningún viento será bueno/ para quien no sabe/ a qué puerto se encamine”, se aporta en la entrada, por boca del filósofo romano Séneca.

Pretender encomendar la navegación en 2021 a la fuerza del viento, es tan ridículo como hacerlo con la aeronáutica de los dirigibles en años parecidos.

Hoy sabemos que brújulas, navegadores digitales y motores inteligentes, dejan en nada los intentos humanos de navegar y aeronavegar regidos por las fuerza del aire.

Del vuelo sin motor y del velero breve, hemos pasado a los vuelos dirigibles y a la navegación recreativa.

El Plan, los Planes, como ejercicios recreativos en el aire.

Periferia sentimental
José Rivero

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