Cumplieron su palabra. Los chicos que el miércoles por la noche llenaron de pintadas los muros y la escalinata de la parroquia de San Antonio de Padua de Puertollano han acudido en la mañana de este sábado y se han esmerado en completar la limpieza en profundidad que el viernes ya hiciera el servicio de limpieza del Ayuntamiento.
Los chicos han reconocido a MICR la inutilidad de su “obra pictórica” cuando precisamente la iglesia y sus accesos fueron remodelados hace años dándole un nuevo aspecto a la plaza.
A los chicos se les unieron dos voluntarios de la parroquia que ayudaron a la tarea, sobre todo la de pintar las vigas de hierro de una de las fachadas de la iglesia que también fueron «firmadas» por los grafiteros.
Por su parte, el párroco, don Alfonso, reconoció que no hay mal que por bien no venga y valoró positivamente el comportamiento de los chicos, una reacción insólita en este tipo de travesuras. MICR fue testigo del entusiasmo con que limpiaron lo pintado, incluso algunas pintadas anteriores que no eran de su autoría. Así, en el periodo de dos días, la zona ha pasado de ser una exposición de garabatos sin ton ni son a ofrecer el aspecto habitual.
Sin embargo, aún está en el aire la petición de la parroquia de una mejor iluminación de la plaza y la fachada principal para disuadir a futuros artistas, así como la tala de dos árboles, uno completamente seco y muerto, que puede constituir un peligro de incendio.
Una gamberrada con final feliz, cuando se reflexiona y se conducen las cosas como se debe, empezando por el propio Ayuntamiento, que hizo una limpieza integral cuando se supo el estado en que había quedado el lugar, rematada ahora por los autores del desaguisado.
