Árboles singulares de Ciudad Real (XVII): Ulmus plumilla de la Plaza de la Inmaculada

Esta sección sobre árboles singulares de Ciudad Real, ofrecida en colaboración con la Concejalía de Medio Ambiente con la pretensión de dar a conocer parte del patrimonio natural de la capital, recopila el catálogo elaborado por José Arrieta, jefe de sección de Parques y Jardines.

Motivo de la singularidad.- Es una frondosa de gran desarrollo. De acuerdo al entorno de la ciudad (Plaza de la Inmaculada),  donde se encuentra plantado, este árbol podría tener unos 45 años.

Porte y descripción del árbol.- Su porte es en forma de copa ovoidea y extendida, abierta y con un desarrollo regular y homogéneo en todas las direcciones.

Se encuentra ramificado desde unos 4 m. de altura, su tronco es grueso, cilíndrico, macizo, con pocas protuberancias, rugoso y agrietado. El tronco se divide en tres ramas principales o cimales, que se encuentran bien anclados, bien formados y dirigidos y las ramas secundarias y terciarias se encuentran distribuidas homogéneamente a lo largo de las ramas principales y en todas las direcciones.

Estado de conservación general.- El árbol se encuentra en un aceptable estado de conservación y bastante robusto en su brotación, no se le aprecian plagas ni enfermedades. El tronco y las ramas principales del mismo tiene algunas pudriciones y oquedades importantes, debido a antiguas podas de desmoche, por esto actualmente se le realizan podas de reducción y control de su copa, de limpieza y de saneamiento. No se aprecian raíces espiraladas, ni estáticas. Su floración y fructificación son buenas y consistentes y su desarrollo y tasa de crecimiento está de acuerdo a la que corresponde para su edad y la zona climática donde se encuentra.

Descripción del entorno.- Se encuentra en un parterre ajardinado del lado oeste de la Plaza de la Inmaculada, junto a la calle Lirio. El parterre tiene un tratamiento superficial de césped y tiene el bordillo de hormigón del parterre y la valla metálica de remate del mismo, pegados a su tronco y una cabina telefónica a menos de 2 m., el resto de su entorno se encuentra solado con tratamiento de baldosa de terrazo blanco.

Se puede apreciar el mismo, desde las calles Lirio, Cañas, San Antonio e Inmaculada Concepción.

Los olmos de Agustín Salido y las Terreras

                Entre estos dos olmos, el de la Plaza de la Inmaculada Concepción y el de la de Agustín Salido, hay apenas 100 metros que les separan y una historia en común, relacionada con la charca de las Terreras.

                Es curioso como el afán popular por las antiguas nominaciones prevalece sobre los nombres reales y la actualidad. Seguimos llamando “ de las terreras” a esta plaza cuyo nombre es  de la Inmaculada Concepción, en honor al convento, cerrado desde 2008, que estuvo dedicado a la advocación de esta Virgen y habitado por monjas hasta que la falta de vocación de nuevas hermanas obligó a su traslado a otra sede y al cierre definitivo del convento. Los vecinos del barrio trabajan por conseguir que sea visitable este edificio, una joya patrimonial del siglo XVI pero… con la iglesia hemos dado…

                El sobrenombre de “las terreras” le viene de la charca insalubre que había cerca de esta zona, foco de enfermedades como las tercianas y el paludismo y causa de gran mortalidad infantil.

                Fue el gobernador civil  de Ciudad Real, Agustín Salido, en 1867 (y aquí la conexión entre las dos plazas) el que ordenó su desecación en beneficio de los vecinos. La mal llamada “laguna” desapareció pero el nombre permanece, como esos motes que identifican de por vida a una persona del que nadie conoce su nombre real… así somos.

                El olmo de la plaza de la Inmaculada preside este lugar, antes silencioso y recoleto y ahora bullicioso, abarrotado de mesas y gentes en amenas conversaciones, desde que el COVID nos diera permiso para volver a reunirnos en la calle.

                Su vecino, hermano del mismo género “ulmus pumila”, se sitúa estratégico en la plaza de Agustín Salido pero sin perder de vista la torre de la iglesia de Santiago. Zona de la antigua judería, hoy la plaza la preside la escultura de Kiriko en honor a sor/santa Inés de la Cruz, fundadora del convento de las Hermanas de la Cruz que está frente a Santiago. La labor de estas monjas es muy activa y encomiable, dedicadas siempre a los más necesitados.

Este olmo, pletórico de hojas y con una hermosa copa ahora, no llegó a conocer a Agustín Salido: abogado, poeta, escritor, periodista, político, agricultor, nacido en Almodóvar del Campo, hombre del siglo XIX que bien merece que esta plaza lleve su nombre.

                Pero el olmo mira a la torre de Santiago. Casi nos la señala. Esta iglesia está abierta y es la más antigua de Ciudad Real. Es de una serena belleza y espera que vayas a conocerla. Si entras descubrirás un magnífico artesonado mudéjar policromado, del siglo XIV y algunas pinturas al fresco de interesante interpretación… como el dragón de 8 cabezas. Y, por supuesto, a Santiago apóstol, como peregrino. Desde aquí podrías empezar tu camino…

                Seguimos descubriendo nuestra ciudad y sus árboles.

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