Puertollano: El enigmático búnker de FerroSolar preside La Nava tras la finalización de su estructura

FerroSolar, el proyecto de producción de silicio de calidad solar para placas fotovoltaicas que el gigante mundial FerroGlobe planea en Puertollano, se erige en el polígono La Nava como un enigmático búnker totalmente blanco después de que hayan finalizado las obras de la gran estructura que alberga el proyecto.

Apenas ha trascendido información en los dos últimos años sobre el estado real del proyecto, aunque sigue detectándose actividad y un continuo, aunque lánguido, trasiego de operarios y personal.

Hasta la fecha, la compañía en ningún momento ha descartado oficialmente el proyecto, y de hecho en el verano de 2020 se instaló un cartel alusivo al préstamo de 45 millones de euros otorgado en 2016 con cargo al Programa Reindus de Fortalecimiento de la Competitividad Industrial.

No obstante, el mutismo de los inversores y la prudencia de las autoridades municipales a la hora de pronunciarse han envuelto en un halo de misterio el porvenir de la planta.

A escala corporativa las novedades en FerroSolar Opco Group en el último año radican tan solo en la modificación de dos artículos de los estatutos sociales y en el nombramiento como nuevos apoderados de Gabriel Girardeau y Natalia Díaz-Meco. Sigue al frente Emile Norbert Ollivier Benoit como presidente y consejero delegado de FerroSolar Opco Group.

Desde la perspectiva empresarial las novedades no invitan al optimismo, aunque la naturaleza eminentemente pionera e innovadora del proyecto puertollanero puede ser su salvoconducto hacia la salvación.

A las noticias sobre reducciones de producción y plantilla de FerroGlobe en Europa (Francia, España y Noruega) se une la sempiterna lucha por medidas regulatorias para mitigar los efectos de los costes energéticos sobre los llamados grandes consumidores de energía, por no hablar del desbocado encarecimiento del coste de la electricidad.

Las cuentas tampoco son para tirar cohetes, y en ello se debate el grupo. El pasado mes de marzo, FerroGlobe, acordó con sus acreedores la refinanciación de unos bonos de deuda de 350 millones de dólares (300 millones de euros).

El plan, suscrito por el 60% de los bonistas, plantea una inyección de 100 millones de dólares (83 millones de euros), con el fin de refinanciar su deuda y ejecutar su plan estratégico, en un momento de recuperación de precios de las materias primas y de la demanda, pero en abril el Grupo Villar Mir solicitaba a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) una ayuda pública valorada en 240 millones de euros.

Se trataba de una primera petición que incluye 200 millones de euros para el grupo principal y otros 40 millones de euros para el perímetro español de FerroGlobe. Precisamente en agosto el grupo informaba de que que incrementó un 7% sus pérdidas en el primer semestre del año, hasta los 67,8 millones de dólares (57,8 millones de euros), aunque prevé volver al beneficio este mismo año.

De hecho, la compañía logró cerrar el segundo trimestre del año con un beneficio de 0,7 millones de dólares (0,6 millones de euros), lo que confirma, según su consejero delegado, Marco Levi, la vuelta a la rentabilidad, uno de los objetivos más importantes para este ejercicio.

En la actualidad, las turbulencias se escapan al ámbito local y se pierden en las profundas galaxias financieras de los mercados internacionales, la competencia china, los costes energéticos y la propia política. FerroSolar sigue en estado semilatente en Puertollano, como un misterioso monolito extraterrestre.

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