Corrupción institucionalizada: Pfizer, Moderna, la UE…..

El eurodiputado rumano Cristian Terhes protagonizó una rueda de prensa tras la comparecencia de una directiva de Pfizer en la Comisión Europea. Primero, agradeció la presencia de los periodistas; acto seguido, lanzó una pregunta contundente: -“¿Qué tiene que esconder Pfizer?”

El convocado había sido el Director General de la famosa empresa farmacéutica; no asistió, a pesar de que no estaba obligado a responder las preguntas ni a decir la verdad, ya que no se trataba de una comisión de investigación.

-“¿Qué ocultan los contratos?” -Volvió a preguntarse el diputado rumano, mientras mostraba una serie de páginas emborronadas de negro; lo mismo sucedió con Moderna. Con esa información tuvieron que decidir qué votar sobre la creación del pasaporte Covid

-“¿Cuándo van a liberar estos contratos?” – Espetó. La representante de Pfizer -la enviada como sustituta del Director General- manifestó que no podía revelar su contenido al existir secretos comerciales y debía defender sus intereses “¿Y los intereses del pueblo? ¿De los europeos que malgastaron su dinero, pues con él se compraron unos productos médicos que no proporcionaron aquello por lo cual se comercializaron?”.

Cristian Terhes comentaba perplejo cómo el día anterior habían descubierto, gracias a la pregunta de otro parlamentario, que la capacidad de la vacuna para evitar la propagación del virus, no había sido probada.

Es decir, los europarlamentarios que votaron a favor del pasaporte Covid, lo hicieron confiando en las palabras de las farmacéuticas. De esta forma, en las diferentes campañas mediáticas, se presionó, incluso a los niños, diciéndoles que era necesario para proteger a sus padres y a sus abuelos.

-“¿Qué esconden?” – Volvía a repetir el diputado rumano, para continuar hablando. Mostró las estadísticas de Eurostat, que mostraban el aumento de muertes no esperadas en la UE, donde los países con mayores tasas de vacunación presentaban los ratios más letales.

-“¿Hay una conexión entre la vacunación y los mayores índices de mortalidad? Todo el mundo evita responder a esta pregunta”

Terhes explicó que un año atrás había pedido al EMA (Agencia Europea del Medicamento) una serie de datos, ya que deseaba tomar una decisión informada. Requirió todos los ensayos realizados en animales o humanos antes de que las farmacéuticas solicitaran la autorización especial de comercialización. Pfizer había afirmado que el 14 de Enero de 2020 había comenzado un primer ensayo. Si el mundo se enteró del Covid en Diciembre de 2019 y el gobierno chino liberó los datos de ADN, o un fragmento del mismo, el 11 de Enero de 2021, ¿cómo es posible que sólo tres días después, Pfizer ya hubiera iniciado un ensayo de sus vacunas?

Moderna, había comenzado los suyos en 2017; es decir, dos años antes de que el Covid hubiera aparecido en público.

A estas preguntas, los comparecientes de Pfizer y Moderna se negaron a responder.

El europarlamentario rumano terminó la rueda de prensa afirmando que la Comisión Europea acabaría dando a conocer los contratos. No quedó claro

-a mí, al menos – si sus palabras traslucían alguna acción legal contra Úrsula von der Leyen o la esperanza de que se aviniera a razones.

Estamos -lo digo en presente de indicativo del plural; ojalá, todo hubiera pasado y hubiera escrito estuvimos- y, seguramente estaremos, ante el caso de corrupción multiforme más grande de la historia y, además, con resultado de muerte; no, de muchas, muchísimas muertes. Multiforme porque se ha manifestado de formas diversas, impregnándolo todo.

Cada uno sabe lo que hizo y por qué. Un delito no deja de serlo por falta de intencionalidad. Los daños producidos por descuidos o imprudencias también deben ser reparados. Esto no ha terminado; ni para nosotros ni para Von der Leyen, sus acólitos, quienes se sumaron irresponsablemente a la pachanga televisiva de la desinformación o de los líderes de audiencia; tampoco para quienes miraron hacia otro lado para no complicarse la vida, no fueran a tener algún disgusto profesional.

Cada uno sabe lo que hizo y por qué -insisto-. No pasaría nada si hubiera que pedir perdón. Sería lo mínimo.

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3 COMENTARIOS

  1. Me queda la sensación de que el objetivo general perseguido era el contagio y la vacunación. Analizado con distancia lo ocurrido, no cabe otra explicación lógica. ¿Qué sentido tiene obligar a vacunar hasta a los niños? Si no vas a evitar el contagio…

    Aquella rueda de prensa de Page poco antes del encierro. Para enmarcar.

    Como siempre, un placer leerle. Y ánimo, publique ese segundo artículo sobre la ministra Irene Montero y sus géneros.

  2. Hola Marcelino

    Soy Pablo. Gracias por seguir escribiendo artículos, son muy necesarios.

    Como en tantos otras acciones, los objetivos son múltiples. Uno de ellos entiendo que es el hecho de afectar al cuerpo energético del ser humano para reducir la intensidad de conexión con la divinidad, en otras palabras insensibilizar.

    Si el yoga es la práctica que permite aumentar la sensibilidad, la conexión con lo sutil, con lo profundo, la unión con el relojero -porque si hay reloj hay relojero, el mago supremo- podríamos decir que lo que ya conocemos y que no voy a nombrar es un antiyoga, una sustancia densificadora.

    Un abrazo Marcelino

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