200 años de historia del Cuerpo Nacional de Policía

Eduardo Muñoz Martínez.- Se cumplían, el pasado mes de enero dos siglos de vida del Cuerpo Nacional de Policía y, porque 200 años no se cumplen todos los días, entiendo que es de plena justicia recordar su razón de ser, sus orígenes, su trayectoria…, con el mayor afecto, reconocimiento y respeto.

Cómo «entradilla», y a modo de resumen, decir que aparte de Cataluña, el País Vasco, o de Navarra, donde comparte competencias, el Cuerpo Nacional de Policía es un instituto español de naturaleza civil, y dependiente, en la actualidad, del Ministerio del Interior, con responsabilidades como vigilancia policial; encargada de la seguridad, junto a la Guardia Civil; responsable, también, de investigaciones penales, judiciales, terroristas, asuntos sobre orden público y extranjería. Igualmente, tramitan el Documento Nacional de Identidad y los permisos de residencia para ciudadanos extranjeros.

Seis «puntos» van a configurar estos párrafos, como al final podremos comprobar: Su origen, el siglo XIX, primer tercio del siglo XX, Dictadura Franquista, Transición, y nacimiento del Cuerpo Nacional de Policía.

Respecto a sus orígenes, y buscando en los anales históricos, descubrimos que a finales del primer cuarto del siglo XIX, en 1824, cuando ocupaba la Corona Fernando VII, promulga este un Real Decreto por el que se creaba la Superintendencia General de Policía, dorada de una estructura de Comisarías de Distrito que, con obvias evoluciones, se mantiene a día de hoy. Haciendo mías las palabras de Juan Luis Simal «la aparición de la Superintendencia General de Policía, estuvo íntimamente ligada a la represión y control de los Liberales, una tendencia general en la Europa de la restauración», y es que como se decía en el Decreto de creación, tenía el compromiso de «reprimir el espíritu de sedición», o sublevación de las masas por cuestiones políticas o de otra índole.

Nunca son buenos los inicios, y para el que habría de ser Cuerpo Nacional de Policía no iba a ser menos. El siglo XIX iba a ser «movidito». Tras la muerte del Rey Fernando VII, en 1833, se reorganiza la policía y se establece una Fuerza Armada de Policía Urbana, aunque es a finales de noviembre de este año cuando se sientan las bases, en las que se fijan sus funciones, de acuerdo con aquellos tiempos. En 1840 se disuelve la Fuerza Armada de Policía; cuatro años más tarde se crea el Cuerpo de Protección y Seguridad, dependiente del Ministerio de Gobernación y de los Gobernadores Civiles; en 1852 las funciones se amplían a todo el país; en 1870 se le comienza a conocer como Cuerpo de Orden Público. A finales de aquel siglo el Cuerpo de Vigilancia tenía carácter civil y sus miembros y sus miembros vestían de paisano, mientras que los integrantes del Cuerpo de Seguridad, – con estructura orgánica militarizada -, vestían uniforme. A partir de entonces, este, pasa a depender del Ministerio de la Gobernación, en cuanto a sus funciones, y del Ministerio de la Guerra, en lo que a su confirmación se refería.

El primer tercio del siglo XX marcado por el asesinato del Presidente José Canalejas, en 1912, el Gobierno toma conciencia de la situación real, que conlleva una profunda reorganización de la policía y las fuerzas de seguridad. Se crea la nueva Dirección General de Seguridad y las Brigadas de Informaciones, y de Anarquismo y Socialismo, como unidades especiales para combatir el terrorismo anarquista.

En julio de 1936, con el inicio de la guerra civil, los efectivos de la policía gubernativa se dividen en dos bloques: las fuerzas leales al Gobierno y las fuerzas sublevadas. En la zona que apoyaba la sublevación el papel de la policía fue menos relevante, aunque siguieron ejerciendo funciones de preguerra, mostrándose unos más a favor de esta postura y alineándose otros con el gobierno republicano. Durante la contienda, los cuerpos judiciales en la zona sublevada sufrieron pocos cambios orgánicos, mientras que en la republicana se vieron gravemente alterados, constituyéndose, a finales del mes de diciembre de aquel año, en el bando republicano, un Cuerpo de Seguridad, que unificaba los destinados a Vigilancia y Seguridad.

Tras el final de la contienda y la instauración del régimen franquista, se reorganizan los cuerpos estatales de seguridad. En este 1939 se reorganiza la Dirección General de Seguridad; se crea la Policía Armada, a la que pasan los «Vigilantes de Caminos», luego conocida como «Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico», siendo su primer Director General Antonio Sagardia. En 1941se aprueba la «Ley de Reorganización de los Servicios de Policía», siendo reconvertidas las fuerzas policiales, como elemento de represión y mantenimiento del orden público: La Policía Armada absorbe el Cuerpo de Seguridad y Asalto, y el de Investigación y Vigilancia se convierte en Cuerpo General de Policía.

También, en esta época, desaparecen algunos cuerpos policiales regionales, se mantienen «Los Miñones de Álava» y el Cuerpo de Policía de Navarra, tolerandose, progresivamente, otros como el Somatén Catalán, o los Mozos de Escuadra. Así, llegamos al conocido como «Periodo de transición», y con él, en diciembre de 1978, a la reestructuración de la Policía Armada, que pasa a denominarse Cuerpo de Policía Nacional, dependiendo orgánicamente del Ministerio del Interior, constituyendo un cuerpo de estructura y organización militar, no integrada en las Fuerzas Armadas.

En este último capítulo de este «artículo – homenaje» al Cuerpo Nacional de Policía, decir que este, con la conformación y denominación actual, tiene su origen a partir de la Constitución de 1978, cuando se le otorgan dos tareas fundamentales: proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.

En el mes de marzo de 1986, mediante la «Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», se unificaron dos cuerpos de naturaleza muy diferente: El Cuerpo Superior se dedicaba a la Investigación, mientras que el otro era un cuerpo policial público. Nacía el actual Cuerpo Nacional de Policía, en el que se integraron los miembros del Cuerpo Superior de Policía, y de la Policía Nacional, quedando aquellos extinguidos.

Para concluir, además de desearle muchos más años de trayectoria, citar que al entrar en vigor la «Ley Orgánica de Régimen de Personal de la Policía Nacional», – en julio de 2015 -, se oficializaba la definición de Policía Nacional, coexistiendo con la denominación original y las siglas CNP, a partir de su entrada en vigor.

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