Quien nada siembra, nada cosechará

Guillermo Dorado.- De nuevo, el centro social “La Siembra” amanece lleno de pintadas, pegatinas con lemas medievales, anacrónicos y agresivos. Pintadas hitlerianas, homofóbicas y fascistas reiteran su visita una vez más, mientras que el resto de fachadas a su alrededor lucen impecables, libres de toda mácula de la derecha más violenta.

Cuando uno pasa por delante, lee las noticias sobre estos ataques reiterados, se pregunta, ¿por qué? ¿Qué ocurre en este lugar que abrió hace apenas un año para convertirse en un foco de ataques?

La respuesta podría ser que es un centro abierto, donde se debate, se presentan libros autopublicados de escritores “pequeños”, se promocionan artistas que no encuentran un lugar donde exponer sus obras, sus canciones, su música, sus ideas y, además, son acogidos con entusiasmo y cercanía.

No exageramos cuando decimos que el centro se ha visto acosado. En este año, al margen de las pintadas, también han sido cortados los focos. Parece que el mensaje es claro: no quieren lugares donde se respire la libertad de creación, la libertad de debate y la libertad cultural. Antes bien, prefieren acudir con nocturnidad y alevosía al centro para causar los máximos daños posibles. Su objetivo es claro: acosar a sus propios compatriotas. Su intención es menospreciar el arte, la música y la literatura que se lleva a cabo en la Mancha.
No entienden que España es un mosaico cultural, histórico y creativo en el que deben existir lugares como “La Siembra” para ofrecer una oportunidad de crecimiento a aquellos que lo desean. Para enriquecer el patrimonio cultural nacional y regional. Un espacio de encuentro en el que se debaten las realidades, interpretaciones y creaciones de los que allí participan. Donde los poemas, visiones, relatos y discursos se transforman en rap, música electrónica, ensayos, pinturas, fotografías y novelas.

¿En qué épocas de la historia de España se acosó a los artistas, pintores y cantantes? ¿En qué bando se encontraban los grandes literatos españoles? ¿Fueron los opresores o los oprimidos?

En el centro social “La Siembra” se esfuerzan por ofrecer un espacio abierto a las principales corrientes artísticas, intelectuales y culturales, así como las inquietudes de las ciudadanas y ciudadanos, lejos de círculos restrictivos y opresores. Un espacio en el que no caben visiones propias del medievo, sino que se habla de historia, arte, música y otras disciplinas culturales desde una perspectiva crítica, pedagógica y constructiva. Nuestra visión se aleja de aquellas fuerzas políticas propias de la derecha más agresiva que son impotentes de construir nada y esa frustración la pagan con los centros sociales que tratan de destruir. ¿Acaso no les da vergüenza ir tras sus propios compatriotas? ¿No son capaces de luchar contra los fondos de inversión extranjera que nos roban nuestros hogares? ¿No se sienten valientes para acudir si no es bajo las tinieblas? El propio doctor Samuel Johnson, poeta y ensayista británico, citaba que «el patriotismo es el último refugio de un canalla» y parece que lamentablemente llevaba razón.

Al ver qué hacen, nos produce más lástima que rabia. Nos parecen más una jauría de gamberros con demasiado tiempo libre en lugar de unos revolucionarios comprometidos con el cambio social. Más un puñado de matones que no tienen a dónde ir en lugar de unos estrategas de la táctica política. Una tribu de cafres presuntuosos atacando edificios bajo la tupida capa de la noche que unos guerreros honorables.

En fin, son los falsos profetas que identificó Jesús en el Evangelio de Mateo, inmortalizándolos en su célebre “por sus obras los conoceréis”.
Pero, ahora que esta piara ha sido retratada, nos dirigimos a ti, lectora o lector. ¿Debemos seguir permitiendo que estos «grupúsculos» sigan adelante con sus chapuzas? ¿Nos podemos permitir perder un lugar de encuentro y libertad como es el centro social “La Siembra”? En su corta existencia, parece que sus enemigos la han puesto en su punto de mira. No se trata de mirar desde la distancia. Tú sabes lo que puedes hacer.

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5 COMENTARIOS

  1. Da igual todo lo que se diga o todo lo que se explique… Cuando no hay materia gris mejor no perder el tiempo.
    La lástima es que cada vez más el serrin se impone a la neurona, como ejemplo lo que ha pasado en Extremadura, y da miedo.
    Sólo cabe la esperanza de que el serrin arde. Y con oxígeno más.

  2. La falta de respeto por el que piensa diferente es la conducta más antidemocrática. Mejor nos iría como sociedad si educaramos en el respeto y la tolerancia.

  3. El mismo respeto y tolerancia que tienen los políticos con la gente trabajadora,anda ya!!! Mucho prometer y luego en el poder a robar ,a incentivar el proxnetismo,soltar violinistas,robar cuando moría gente en la pandemia con contratos fake, y encima si les preguntan se ofenden ,anda ya a pastar!!!
    La vivienda más cara que nunca,la alimentación más cara y menor calidad,la seguridad brilla por su ausencia y la gente cada vez más enferma y dependiente del estado ,eso sí que es conducta antidemocrática .

  4. Al que ha hierro mata a hierro muere, la izquierda violenta quema calles recibiendo unas pintaditas de nada, un pellizco de monja, que blanditos sois cuando se os regaña….

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