Qué poco se habla ya de Obama, ¿no? Al menos en España. Lo que empezó siendo el tema del año 2009 parece haberse ido desinflando, incluso cuando sus errores podrían ser objeto de regocijo y crítica por parte de la derecha europea. O al menos de la derecha europea menos la española, que la española bastante tiene ya con lo suyo.La verdad es que, con tal panorama, la cosa no parecía pintarle nada bien a Obama. Sin embargo, hace unos días hablaba con un amigo y me decía que este tipo de cosas no son malas: «al contrario, son buenas, son señal de buena salud democrática».
Y es que cabe pensar: ¿Acaso las cosas que pasan en Estados Unidos no ocurren aquí? Aquí tenemos una corrupción kilométrica en Madrid, un presidente de Diputación con poderes sobrehumanos, una alcaldesa (y concejales) con pisos comprados de forma ilegal, un presidente regional que se sube el sueldo un 75% de un año para otro, multitud de empresarios imputados por delitos de presuntas estafas… ¿Seguimos contando? Seguro que todos conocemos casos concretos de nuestras zonas. En definitiva, las cosas que están pasando en Estados Unidos, ¿pasan en España? Sí que pasan, y de forma mucho más escandalosa?
¿Cuál es, entonces, la diferencia? Que en Estados Unidos (parte de) este tipo de gente no llega al poder y en España son reelegidos una y mil veces por mayoría absoluta.









