Lengua y poder global

MarcelinoNo existen aliados indiscutibles. No existe la lealtad absoluta. Los aliados pueden serlo para una cosa y no serlo para otra, hasta el punto de llegar a un antagonismo feroz en determinadas parcelas. Estamos en un momento donde no sólo hay codazos por la determinación de los centros de poder de una nueva multipolaridad. Los Estados que no consigan dominar un nicho que los posicione y refuerce en el mundo saben que serán insignificantes, y lo serán, aunque formen parte de una alianza poderosa. Por ejemplo, algunos Estados de la UE podrán ser un cero a la izquierda en el campo internacional a pesar de su pertenencia a uno de los centros de poder global, y aún formando parte de la Alianza Atlántica. Más de un Estado no contará para nada salvo para obedecer y hacer las tareas subalternas despreciadas por los demás.

El Brexit no es una locura británica. Es la maniobra estratégica de sus élites para ser por sí mismas un contendiente global de la multipolaridad sin el lastre de la U.E.

El presidente de Francia se ha propuesto relanzar a su país por diferentes  vías: Una es reforzando los vínculos bilaterales con el R.U. del Brexit. Este reforzamiento se hará al margen de la adscripción de Francia a la UE.

Después de haber realizado una campaña presidencial diciendo a los franceses que no había una cultura francesa sino una cultura en francés, ha decidido cambiar radicalmente su postura, apostando por la francofonía como uno de los pilares claves del relanzamiento internacional de Francia.

La desconfianza en la UE. se palpa más allá de los discursos oficiales grandilocuentes. La UE se asemeja cada vez más a una organización instrumental, interesante para según qué cosas. Quizá, al final todo salga bien, quién sabe; pero apostar únicamente por la UE como medio de hacerse un hueco en el mundo que se avecina sería demasiado arriesgado.

Macron quiere su cuota de poder cultural internacional a través del francés. Y lo ha manifestado solemnemente en un discurso a la Academia francesa el pasado 20 de Marzo, donde lanzó algunas de sus ideas-fuerza:

-Conseguir que en 2.050, la francofonía tenga 700 millones de hablantes (hoy tiene 272; 212 usuales)

Ya a finales del pasado año dijo en Burkina Fasso que el francés tiene que convertirse en la primera lengua de África y, por qué no, del mundo.

-Dijo a los académicos que los “profesores deben actuar como militantes y héroes” para conseguir que el francés se desarrolle de forma extraordinaria en la Red. Que el francés se encuentra avasallado por otras lenguas que pretenden una posición hegemónica, mientras que el francés no será jamás hegemónica “porque es una lengua de combate”.

La Alliance Francaise tiene hoy más de un millar de centros repartidos por el mundo. Su principal misión es la enseñanza del francés como segunda lengua, allí donde esté. Se abrirán 10 nuevos centros al año, a partir de 2.019 e, incluso, se estudiará la posibilidad de abrir Universidades en francés en el extranjero; los libros en francés serán más baratos, y se hará un gran esfuerzo para captar estudiantes que vayan a las Universidades francesas para aprender en francés.

Como buen conocedor del valor de los símbolos, impulsará que la ciudad natal de Víctor Hugo, Villers-Cotterets, sea designada capital de la francofonía. En esa misma población, Francisco I designó al francés como lengua oficial en 1.539.

Es sorprendente que una lengua que todavía en 1.793 era hablada por apenas el 10% de la población (3 M de 28) fuera elegida como lengua oficial de Francia. Todavía en la I Guerra Mundial, se formaron unidades de combate atendiendo al lugar de nacimiento de sus integrantes para facilitar la comprensión de las órdenes. Esto, a pesar de la brutal política de afrancesamiento impuesto por los revolucionarios franceses tras el triunfo de la Revolución.

Volviendo al título del artículo, la lengua y el poder global, hemos de decir que el primer gobierno europeo que reaccionó ante los imprevisibles movimientos geopolíticos y tomando conciencia de la importancia de la lengua fue el español. Y ello, a pesar de su presidente, Mariano Rajoy, cuyas palabras aconsejando a su hija a que aprendiera inglés en vez de preocuparse por impulsar nuestra propia lengua global todavía resuenan en los oídos de notables intelectuales iberoamericanos, que no podían dar crédito a lo que habían leído.

El 20 de Febrero, un mes antes de que Macron se dirigiera solemnemente a la Academia francesa, Íñigo Méndez de Vigo, Ministro de Educación, Cultura y Deporte, anunció que el Gobierno propondrá que 2.019 sea el Año Internacional del Español. Casi un mes antes, el 24 de Enero, se había presentado “El español, lengua global”, que pretende la promoción de nuestra lengua como herramienta de oportunidades y de conocimiento de 570 millones de hispanohablantes.

El proyecto contempla la creación del equivalente a un programa Erasmus Iberoamericano. Se designarán embajadores del español y desgravaciones fiscales del 90% para su promoción.

Cuando se preguntó al ministro el motivo de este proyecto, su respuesta dio alguna pista sobre lo que está sucediendo en la geopolítica de los países europeos. En primer lugar comentó la situación creada por el Brexit y la decisión de otros mandatarios de “poner primero lo suyo”. Da la impresión de que alguien veía venir la decisión de Macron. En segundo lugar, explicó que la revolución digital permitirá la universalización del conocimiento, y existe la oportunidad de que sea en español. “No lo dejemos a otras lenguas” –afirmó.

Ante preguntas de la oposición sobre la necesidad de contar con el resto de países hispanohablantes, el Ministro dijo que “El mundo Iberoamericano está llamado a participar y contribuir de una forma efectiva”.

Da la sensación de que el gobierno español quiso adelantarse al francés, y que el asunto del Brexit ha generado una marejada intra UE, no transmitida a los medios o silenciada por éstos, para aparentar una unidad sin fisuras inexistente.

Sea como fuere, bienvenida la iniciativa.

Les contaré una anécdota. Corría el año 2.006. Viajábamos en coche, un servidor y un concejal del PSOE de una de las ciudades de la Comunidad de Madrid. Entre ida y vuelta fueron casi 9 horas de viaje. Era imposible no hablar de política. Y una idea que surgió era la necesidad de que los estudiantes iberoamericanos de ambos lados del Atlántico se conocieran. Había que impulsar unos lazos que el paso de las generaciones podía debilitar. Y ambos coincidimos en que Iberoamérica constituía una unidad que había que potenciar. Había que estimular la toma de conciencia de que la unidad cultural era no sólo un hecho romántico sino un pilar estratégicogeopolítico clave para que el mundo iberoamericano conquistara una cuota de poder en el planeta. Y poder significa respeto y posibilidades de crecimiento y desarrollo.

Mi amigo y acompañante tenía buenas relaciones con Trinidad Jiménez, recién nombrada Secretaria de Estado para Iberoamérica, y quedó en transmitirle la idea que surgió en el viaje: Crear una especie de Erasmus Iberoamericano. Por razones que desconozco, aquella propuesta nunca emergió. Doce años después ha sido impulsada por Íñigo Méndez de Vigo. Para mí y para el otro pasajero de aquel viaje la decisión nos ha dado una gran alegría. No se trata de quien la lleve a cabo. Lo importante es que se haga.

Hoy, en Brasil se imparte el español en todo el sistema educativo. Brasil tiene 150 M de habitantes. Antes, el idioma que se enseñaba era el francés, conseguido por una intervención personal de Mitterand. A Lula se debe el cambio. Brasil aspira al liderazgo del subcontinente sudamericano y ha asumido que necesita del bilingüismo lusoespañol. Con Brasil la cantidad de hispanohablantes ascendería a 730 M. Filipinas tiene 100 M de personas que hablan el tagalo. La similitud de esta lengua con el español es enorme. Al punto que en su viaje a ese país el Papa Francisco utilizó el español para hacerse entender. Incorporar la enseñanza del español en Filipinas sería una tarea diplomática fundamental.

Esperemos que el gobierno se tome el proyecto con la seriedad que se merece; que la oposición esté a la altura del mismo; si surgieran críticas, que se hagan aportaciones para mejorarlo, no para hacerlo fracasar; que se involucre al resto de los países Iberoamericanos; que la burocracia paralizante no lo ralentice y detenga. Y que todos los hispanohablantes del mundo pongamos nuestro grano de arena para el buen fin del mismo.

Que se haga, y mucho éxito, que será de todos.

Sin tapujos
Marcelino Lastra Muñiz
mlastramuniz@hotmail.com

Relacionados

4 COMENTARIOS

  1. Un análisis y mensaje que comparto y he compartido con muchos en mi época de formación. EL ESPAÑOL es el mayor activo internacional con el que cuenta España.

    He vivido y estudiado oposiciones con amigos que hoy son diplomáticos y era uno de los temas más debatidos. Valorar como activo geoestratégico la lengua española. Creo que España, con independencia de que entre a funcionar un Erasmus iberoamericano que es muy oportuno, gracias al Instituto Cervantes ya ha emprendido ese camino hace años. Francia llega más tarde que nosotros, pero es un Estado fuerte y lo hará eficazmente.

    También se debe formar, eso que ya ha salido gracias a tus artículos, un espacio económico y político iberoamericano. Si los Estados miembros de la UE empiezan cada uno a velar por lo suyo porque tonto el último, nosotros tenemos que mirar plus ultra.

    La emigración hispanoamericana a España de las últimas décadas, y las nuevas generaciones nacidas y formadas en España de estos emigrantes, son el mejor activo para la cohesión de la Hispanidad como entidad no sólo cultural, además como un confluyente centro de intereses hispanos.

    Si por algún motivo recuperáramos la soberanía porque la UE se viniera abajo (que espero que no porque nació para lograr una Europa en Paz), hay que tenerlo muy claro, doble nacionalidad que ya tenemos con la mayoría de Hispanoamérica, y libre circulación de trabajadores y capitales entre los miembros de Iberoamérica.

  2. Lo cierto es que en la historia de la humanidad nunca ha existido una lengua global y resultará difícil que llegue a haberla.
    No lo fue el sumerio, ni el arameo, ni el sánscrito, ni el griego, ni el latín.
    La lengua de Europa es la traducción y el multilingüismo ha de ser la verdadera lengua global; eso sí, estrechamente ligado a la traducción, sea humana, sea automática.
    Y es que la experiencia social demuestra que las imposiciones idiomáticas no funcionan en el largo plazo, salvo que concurran factores no impositivos que completen el desplazamiento de los grupos lingüísticos débiles por parte de otros más fuertes.
    La esencia de la naturaleza humana es variada y variable….

  3. A España le ha ido muy bien cuando ha mirado hacia el Atlántico. En Europa no tenemos que demostrar nada. La hemos salvado de la destrucción más de una vez. No sé qué se nos a perdido en Rusia, por ejemplo. A la vista de los acontecimientos, tampoco sé qué hacen nuestros soldados en Turquía o Líbano. Pero este es otro tema.

    En España no se puede estudiar en español. La solución a este problema es aprender inglés, trilingüismo lo llama Ciudadanos. Lo mejor que pueden hacer los políticos para el progreso de nuestro idioma es molestar lo menos posible.

  4. Buenos días Don Marcelino

    Participo plenamente en su planteamiento acerca del potencial de nuestra culatura y el no poner todos los huevos en la cesta Urope.

    Per francamente no me creo nada bueno viniendo de nuestro ministro de cultura.

    Cuando el partido al que representa, ha sido el artífice del desprecio al español en Valencia, Baleares y Galicia; sólo por la cutre aspiración de convertirse en La CiU o el PNV de ahi, francamente, poco se puede esperar.

    Y del otro, el de su concejal campañero de viajes, pues lo mismo de lo mismo. De Trinidad Jiménez lo máximo que se puede esperar es una fundación feminista para propagar aún mas la Leyenda Negra, o similares,..

    El gran complejo de inferioridad de ls franceses y alemanes es que su idioma jamás tendrá la difusión del español, se gasten lo que se gasten.

    Los franceses son capaces de traerse media África a Uropa, en Francia sólo a medias y financiado por todos, de eso estoy seguro.

    Debemos mas del 150% de nuestro PIB y quien paga manda, y manda Uropa (Alemania-Francia)así que no espere ayudas.

    Es una buena idea, pero depende mas de que España se convierta realmente en la cabeza de playa cultural de Iberomaérica en Uropa, por mucho que nos horroricen los reagatones y demás que de lo que nosotros por nostros mismos (viendo los precedentes PPSOE y demás) vayamos a hacer por nostros o por que puedan hacer en el resto de la UE.

    Un muy cordial saludo

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img