Una responsabilidad de todos

Carmen Quintanilla Barba (Presidenta Nacional de AFAMMER)

En 1972, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas declaró el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente con el objetivo de sensibilizar y concienciar a la sociedad mundial sobre la necesidad de cuidar y proteger un entorno que se va deteriorando cada vez más. Un día que este año se celebra bajo el lema “Acabar con la adicción: hacia una economía de bajo consumo en carbono”.

La utilización del petróleo y del carbón, energías fundamentales en el progreso industrial del mundo desarrollado en los dos últimos siglos y también ahora de los países en vías de desarrollo ha generado una dependencia absoluta de estas fuentes de energía que, como contrapartida, han tenido y tienen un efecto muy nocivo como es la generación de CO2 que potencia el efecto invernadero e incrementa el calentamiento global del planeta.

{mosgoogle}La firma del Protocolo de Kioto por gran parte de los países industrializados, entre ellos España, ha sido el primer intento de frenar la emisión de gases que producen ese efecto invernadero pero tampoco está consiguiendo grandes frutos. De hecho, en España, sólo conseguimos reducir la emisión de gases en 2006 en un 4,1%. En 2007 se incrementó en un 2,8% y en lo que llevamos de 2008 ya hemos superado las emisiones en un 1,8% con lo cual desde el Gobierno debe hacerse un mayor esfuerzo para alcanzar los compromisos adquiridos con la firma de dicho protocolo que, hasta ahora han fracasado.

No obstante, y aunque los gobierno son los que deben arbitrar las políticas medioambientales necesarias para reducir el impacto negativo en el entorno debemos hacer una reflexión porque todos y cada uno de nosotros, en nuestra vida diaria y cotidiana, podemos y debemos poner nuestro granito de arena para contribuir a que este maravilloso planeta Tierra siga siendo habitable. Todos tenemos la responsabilidad de dejar ese gran legado a nuestros hijos y a nuestros nietos.

Reciclar los residuos, ahorrar agua, utilizar los transportes públicos, controlar la temperatura de la calefacción y del aire acondicionado, tratar adecuadamente los residuos agrarios… Existen multitud de acciones que, a nivel individual, pueden contribuir a preservar el medio ambiente y a potenciar el desarrollo sostenible, que es la clave del futuro.

Las mujeres del medio rural somos conscientes de esta premisa desde hace más de dos décadas y por ello siempre hemos puesto en marcha actuaciones dirigidas a concienciar al resto de la sociedad sobre la importancia de proteger nuestro entorno natural. Por ello, desde la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), desde hace más de dos décadas venimos potenciando y desarrollando actuaciones dirigidas a informar y formar a las mujeres rurales sobre la importancia de velar por el medio ambiente y de establecer prácticas que nos lleven a alcanzar el desarrollo sostenible de nuestros pueblos. Un desarrollo que nos permita avanzar social y económicamente sin dañar el entorno natural porque de la conservación de ese entorno depende, sin duda alguna, nuestro futuro.

En este sentido, en los últimos años AFAMMER ha apostado por la impartición de cursos y jornadas formativas sobre medio ambiente así como por la sensibilización y concienciación de la sociedad dando a conocer las Guías de las Buenas Prácticas Ambientales en el Hogar, en la Hostelería y el Ocio; elaborando un CD con una Guía para la Sostenibilidad Turística en el Medio Rural y Natural y potenciando la implantación de energía solar en explotaciones agrarias y cooperativas informando a todos aquellos interesados sobre cómo realizar una inversión en energías renovables. Asimismo, en estos días, dentro de esta filosofía, AFAMMER ha cambiado en distintos puntos de Valdepeñas bolsas de plástico por bolsas de tela reutilizables, algo que puede parecer poco importante pero sí lo es si se tiene en cuenta que la fabricación de una bolsa de plástico genera 4 gramos de CO2 y contamina 11 veces más que la fabricación de una bolsa de tela reutilizable con lo cual si reducimos la utilización de bolsas de plástico estaremos contribuyendo a reducir también la producción de gases con efecto invernadero.

Nuestro comportamiento en torno a todo lo relacionado con el medio ambiente y con la conservación del medio natural es, sin lugar a dudas, el ejemplo que seguirán nuestros hijos y nuestros nietos. De ahí la importancia de que, en este día, hayamos tomado conciencia de que todos somos responsables y de que, con pequeños gestos diarios que debemos convertir en habituales, estamos contribuyendo a hacer un mundo mejor, para nosotros y para las generaciones venideras.

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