Bono, en el ojo del huracán

Están siendo unas malas, muy malas semanas para el ex presidente de Castilla-La Mancha, ex ministro y actual presidente del Congreso de los Diputados, José Bono. Y es que las investigaciones sobre su patrimonio privado, que comenzaron a ver la luz hace dos semanas, no parecen tener fin. Viviendas, hectáreas, locales, acciones… son muchas las propiedades por las que el PP llama «nuevo rico» a Bono y le exige, junto a Izquierda Unida, que dé explicaciones. Él, mientras tanto, ha desmentido varias acusaciones y se ampara en la Fiscalía para defender su inocencia.

La polémica comenzaba a principios de este mes, cuando La Gaceta publicaba unas informaciones según las cuales Bono poseería una vivienda en el centro histórico de Madrid por la que habría pagado un millón de euros a una empresa ligada al Opus Dei. También se hacía publica la existencia de un chalet de 254 metros cuadrados en el municipio toledano de Bargas. Esta propiedad, insertada dentro de una parcela de 424 metros cuadrados, estaba a nombre de la empresa Attack 84, cuyo apoderado es el hijo de José Bono.

A Bono, titular de Hípica Almenara SL y relacionado con varias empresas, seguían creciéndolelos enanos. Intereconomía desvelaba también la existencia de un ático de un millón de euros y otros dos en una urbanización de Estepona.

Al mismo tiempo que van apareciendo nuevas informaciones sobre el patrimonio de Bono, éste ha remitido al fiscal general una copia detallada de su patrimonio.

Si hace unos meses, y ante el revuelo creado por los sueldos, comisiones y demás incentivos económicos de los diputados, José Bono pedía a los medios que no hiciesen públicos estos datos, ahora parece que es él el que queda en el punto de mira. Habrá que esperar acontecimientos.

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