Isidro (Sánchez)

Hay un dicho muy extendido entre nosotros, y es el de que cuando al alguien en el medio social se le reconoce por su nombre, ello es fruto y consecuencia de cierto reconocimiento en dicho medio. José RiveroEso decían y contaban en la Transición política española de los setenta, a propósito de algunos gobernantes, que sólo necesitaban su nombre para ser identificados y reconocidos. Así Adolfo, por Suárez;  Felipe, por González; incluso Juan Carlos, por Borbón y Borbón. Llegando a olvidar el común de los ciudadanos, los apellidos que portaban los referidos. Otras veces, ese beneficio de ser reconocido sin necesidad de utilizar el apellido, acontece por la propiedad excepcional, de llevar un nombre de pila llamativo, raro, rotundo extraño o sorprendente.

Isidro SánchezEsto ocurre con Isidro Sánchez Sánchez entre nosotros. Y no porque su nombre sea equivalente a otros llamativos y que se recuerdan a toda costa; ni siquiera por lo común de sus apellidos, tan comunes y extendidos al ser de los más frecuentes y conocidos en la lengua española, que en su caso incluso los lleva repetidos. Habrá que convenir que ese consenso extendido, por muy diversos frentes, grupos, sectores y universos, responde al menos a dos particularidades: la extensión y la cualidad.

Extensión del conocimiento y reconocimiento de Isidro Sánchez, no sólo en la comunidad universitaria a la que pertenece y en la que ha permanecido los últimos treinta años de forma destacada y dando salida a diversas iniciativas historiográficas y publicitarias, que van desde la historia de la Prensa al Asociacionismo; desde los Congresos de Foto historia a la colección ‘Recortes’; desde la colección de ‘Biografías’ de CLM hasta la colección ‘Documentos’. Por no citar su presencia activa y determinante en revistas regionales de estudios; revistas que fueron referencia ineludible e inolvidable, como fueron ‘Almud’ y ‘Añil’. También el reconocimiento de su paso por la gestión universitaria junto al equipo rectoral de Luis Arroyo Zapatero, desde el Vicerrectorado de Centros, en momentos de expansión y consolidación de la Universidad regional y de levantamiento de nuevos edificios e infraestructuras.

Pero no sólo su faceta de docente universitario, sino su vinculación práctica con diversos y variados colectivos con los que ha colaborado y con los que se ha comprometido: colectivos sociales, políticos, sindicales, culturales o recreativos. Que dan nota y cuenta de esa diversidad de intereses y que subrayan, al mismo tiempo, la generosidad de su compromiso con causas diversas.

El acto de de ayer, de homenaje en el Paraninfo del Rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha con la presencia del rector Collado, pulsó más la tecla de la faceta universitaria de Isidro Sánchez, tanto en el Departamento de Historia Contemporánea como en el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, del que fue uno de los fundadores y con el que permanecerá ligado de forma honorífica.

Pero ello no impidió reconocer, ni deben de olvidarse,  otras facetas del campo de sus intereses, como señaló con acierto Publio López Mondejar el foto- historiador español más importante del momento presente. Facetas que nos permiten descubrir, como señaló López Mondejar, que Isidro con independencia de otros méritos y merecimientos intelectuales, académicos y docentes, ha sido –sigue siéndolo –un “hombre bueno” a la machadiana, y un compañero honesto. Y esta sería la segunda componente  de las citadas antes: cualidad,  que en el fondo es calidad humana.

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