Desde el chapitel: La restauración de la torre de la Catedral a pie de obra

Eusebio Gª del Castillo Jerez.– La Catedral de Ciudad Real afronta los últimos días de restauración de la parte más alta de su torre. El chapitel es prácticamente inaccesible, de ahí que los daños que afectan a esta estructura del edificio no se hayan detectado con anterioridad. Fue gracias al análisis de fotografías como pudo advertirse la necesidad de llevar a cabo reparaciones en esta zona de la Catedral. La altura y el montaje de los medios auxiliares son las principales dificultades de una obra que tiene como fecha límite el 3 de febrero.

reparacion-chapitel-catedral-10La Iglesia Catedral Santa María del Prado, construida en varias etapas entre los siglos XV y XVI, es un edifico tardogótico de una sola nave de grandes dimensiones, abovedada con crucería estrellada con terceletes. Se trata de la única catedral de España de estas características, con pseudo-crucería muy ornamentada del gótico final. La torre, derribada a lo largo del siglo XVIII y posteriormente reconstruida en 1825, está compuesta por cuatro cuerpos prismáticos rematados por uno ochavado.

El último de estos cuerpos se sustenta sobre una balconada con balaustrada cuyo alero, aunque originariamente se construyó en piedra, fue reforzado hace unas décadas con hormigón -lo que ha permitido apoyar el andamio en esta zona para esta última reparación-. A continuación, el chapitel, compuesto por una bóveda ochavada cubierta con piezas curvas de pizarra colocadas trabadas a tres y pintadas, y en cuyos cuatro vientos principales se encuentran dispuestas cuatro esferas de reloj. Está rematado con chapas de metal. Y, sobre el chapitel, un cuerpo de hierro en cuyo interior se encuentra la campana, la que está a mayor altura del suelo de toda Ciudad Real. Chapitel, cúpula, y remate se construyeron en madera y recubrieron con chapas para impermeabilizar el interior de la torre.reparacion-chapitel-catedral-01

Desperfectos
Gracias al análisis de fotografías pudo observarse que se habían desprendido algunas de las piezas de pizarra pintada del chapitel, la pérdida de parte de la cubertura de zinc y plomo del remate de hierro, y la aparición de algunas grietas en el alero de la torre. Así lo recoge el informe de daños, elaborado por el arquitecto Francisco Javier García Simal. Posteriormente, ya iniciada la obra y sobre el terreno, se descubrió que la estructura de madera estaba deteriorada, por lo que se ha tenido que reponer.

reparacion-chapitel-catedral-06 La pérdida de piezas de pizarra pintada del chapitel es consecuencia de un proceso degenerativo, habitual en este tipo de cubiertas, producido por la acción paulatina de los agentes atmosféricos. El daño es progresivo y dichas piezas, de no realizarse la reparación, habrían continuado perdiéndose, «cayendo y dejando sin protección el chapitel; provocando, tanto el riesgo de caída desde altura de cualquiera de estas piezas, como la pérdida de la capa de cobertura del chapitel, con la consiguiente degeneración del material de soporte y la entrada de agua al interior». reparacion-chapitel-catedral-02La solución a este problema, aparentemente sencilla, ha consistido en consolidar y reponer, incluso impermeabilizar con el mismo elemento perdido de zinc y plomo, el tablero de soporte y colocar piezas semejantes a las perdidas. Escamas de pizarra fáciles de adquirir, puesto que se comercializan habitualmente. Por tanto, se ha limpiado y se ha vuelto a pintar toda la cobertura del chapitel en los mismos tonos carmín y marfil envejecidos que actualmente presenta.

La pérdida de la chapa protectora fue el primer desperfecto que se apreció y el que avisó sobre el estado de este elemento de la torre. El chapitel tiene un remate superior de hierro ejecutado para colocar una campana, y sobre él, bola, veleta y pararrayos. Este cuerpo es también ochavado, pero de forma menos evidente que el chapitel propiamente dicho. Está ejecutado con una estructura de hierro. Sin embargo, sus elementos horizontales se construyeron de forma semejante al chapitel; es decir, con un tablero de madera recubierto por el material metálico. Al igual que sucede con las piezas pintadas de pizarra, es en la cara oeste, la más expuesta al viento dominante, en la que se muestra de forma más evidente el daño, dejando ya al descubierto buena parte del tablero de madera que ya se muestra podrido. «Esta patología iría agravándose con el tiempo, pues el zinc se levantaría y el tablero se pudriría, cayendo el primero y dejando sin protección el chapitel, lo que provocaría la entrada de agua al interior». La solución, similar a la anterior, ha consistido en retirar y reponer lo tableros y la cobertura metálica, siempre igual que el existente en forma y aspecto.reparacion-chapitel-catedral-09

Por otra parte, los daños en el último alero de la Torre son de menor importancia y riesgo que los anteriores, «pero la actuación en el cuerpo del chapitel y remate aconsejan acometer esta tercera». Se detectaron grietas horizontales con signos de posibles desprendimientos. «Esta patología es propia de terrazas y cubiertas donde existen filtraciones de agua que terminan por salir por el alero tras transcurrir por el interior del forjado». La reparación ha consistido en el sellado del alero y en la impermeabilización del suelo de la terraza que sirve de tránsito entre torre y chapitel.

reparacion-chapitel-catedral-05Una obra en altura
Las reparaciones que se están llevando a cabo en el chapitel de la Iglesia Catedral Santa María del Prado de Ciudad Real, cuyo presupuesto ronda los 30.000 euros, finalizarán antes del 3 febrero, tal y como exige la subvención concedida por la Consejería Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, y cuyo importe asciende  a 21.778 euros.
La obra, que comenzó el 16 de diciembre, ya estaría terminada si no fuera porque se han detectado más desperfectos de lo previstos, sobre todo en piezas de madera que deben ser repuestas.

Aunque las reparaciones que se están llevando a cabo en el chapitel no son de una especial complejidad, la principal dificultad de esta obra radica en la instalación de elementos auxiliares a más de 50 metros de altura. En concreto, el punto más alto de la torre alcanza los 59 metros desde el suelo.

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En primer lugar se instaló un montacargas para acceder tanto al montaje del andamio como para subir a las personas y el material, «y evitar de esta forma los 199 peldaños que tiene la torre de la catedral, más la escalera de pates».

Expertos consultados por este diario aseguran que el andamio no tiene ninguna característica especial, puesto que no tiene que soportar mucho peso. «Si, en lugar de instalarse a 45 metros en la balconada, estuviera en la calle, sería exactamente igual. No necesita ser especial porque el balconcillo permite apoyarlo y, además, el vuelo no es de piedra, porque en los años setenta se hizo una obra de refuerzo y se le metió hormigón. Es consistente y se ha podido asentar ahí. El andamio, al estar cerrado y cuadrado, se va cosiendo sujetando a la pared, como cualquier andamio. Tiene forma de pirámide truncada y va buscando la veleta, de forma que se pueda acceder ella para limpiarla y darle una mano de producto antioxidante».

reparacion-chapitel-catedral-04Lo más complicado es el montaje de los medios auxiliares y trabajar en altura. «Por lo demás es igual que estar en el suelo, a excepción del viento».

Iniciada la obra, se comenzó  por retirar los elementos  que no estaban bien sujetos para evitar que cayeran y, posteriormente, se empezó a reponerlos. Según las fuentes consultadas por miciudadreal.es,  «cuando se retiró parte del vuelecillo de la cornisa, se vio que por dentro la madera estaba muy deteriorada y se ha tenido que proceder a sustituirla». De no ser por esto la obra ya habría finalizado. La madera, originariamente, tenía carácter estructural, pero en los años 70 se reforzó la estructura con pilares de acero. En cualquier caso, «es necesario reponer la madera se para mantener el estado original. Estamos hablando de una restauración o rehabilitación, no de una obra nueva donde se puede interpretar».reparacion-chapitel-catedral-07

Incidente del día 4 de enero
Una fuerte racha de viento que se produjo el pasado 4 de enero hizo  volar una torta de mortero de una cornisa. «No fue ninguna piedra ni fue de la obra, sino de una línea de imposta que tiene una pendiente de mortero para que  el agua se evacúe y no se quede metida en la torre». El viento levantó un trozo de mortero y cayó al suelo, junto al abeto de la puerta de umbría. «Un incidente puntual que no quiere decir que los tejados ni los aleros estén mal».

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5 COMENTARIOS

  1. Buen artículo y bien documentado, tan solo dos comenarios.

    Me gustaria saber porque regla de tres se subvenciona la reparación de este edificio y no se subvenciona la reparación de del palacete de la Cruz Roja y del colegio Ferroviario. Dicen las «malas lenguas» que la razón es porque la Iglesia, lógicamente, es un edificio religioso.

    El segundo comentario es la falta, desde mi punto de vista, de medidas de seguridad de la obra en la calle Azucena. Hace unos dias pasé por allí y observé junto a unas vallas metálicas amarillas, restos de obra desperdigados entre la minúscula acera y el asfalto de la calle.

  2. Me uno a los dos comentarios anteriores. Felicidades por el excelente reportaje y, sin tener la menor duda de que este patrimonio hay que mantenerlo ¿Por qué se le niega la mayor a otros edificios que deberían seguir siendo propiedad de todos los ciudadanos: Ferroviaria o Cruz Roja?.

    Parece que lo de que «con la iglesia hemos topado no es un tópico».

    Y hago este comentario, por lo que he leído antes en la noticia de Europa Laica, donde se nos acusa a los laicos de estar continuamente atacando a la jerarquía católica (ellos dicen Iglesia Católica, pero son dos cosas diferentes. Aquí nadie ha atacado jamás a la Iglesia con mayúsculas,la de los católicos; pero sí a sus jerarcas que, con sus comportamientos son iglesia en minúsculas, tal y como he escrito más arriba).

    Espero que, con este pastón que han recibido, les quede claro que la catedral es para uso y disfrute de TODOS. No solo para culto, sino para quien quiera contemplarla como Bien de Interés Cultural que es. Si no fuera así, pues nada, que pasen el cepillo y los 30.000 del ala para la Ferro.

  3. Las catedrales, igual que los castillos, las iglesias, los edficios antiguos, se merecen ser disfrutados por su relevante papel cultural. Aunque no se sea creyente, es muy difícil no quedar subyugado por el misterio que encierran los sillares de una catedral. Llamazares lo sabe bien.
    Las jerarquías son peligrosas. Mantener la humildad del caminante una vez alcanzada la meta es todo un reto. He conocido algunos de subidas de pólvora cuando ha habido promoción de cargos.
    Ciudad Real no es una ciudad monumentalmente atractiva y no se puede permitir el lujo de descuidar sus edficios representativos. La alcaldesa, viéndose con las elecciones en lontananza, sabe que las obras rápidas, peatonalizaciones, venden más que las lentas y costosas restauraciones.

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