Algo como eso pensaba Fernando Alonso en el tercer escalón del podio de Shanghai tras haber rozado durante unas cuantas vueltas la segunda posición y sabedor de que, ni ésta ni la primera son ahora destinos de Ferrari. Aún así, el “Nano” firmó su 96º podium, diez detrás de Prosa y muy lejano de los 155 del, todavía yacente, Michael Schumacher.
SEMANA DE PASIÓN
El Lunes Santo por la mañana, tras unas horas vacilantes en que redes sociales y medios de comunicación se contradecían con frecuencia, se confirmó la dimisión (destitución) de Stefano Domenicali al frente de la Scuderia Ferrari. En el horizonte pasado más inmediato estaba el fiasco del GP de Bahrein donde Alonso y Räikkönen habían firmado unos lamentables 9º y 10º puestos, respectivamente.
Como quiera que toda aquella humillación se había producido en un emirato que reunía a lo más granado de los prebostes que, desde sus sillones y Consejos de Administración, juegan al scalextric con la F-1, incluido el Boss de Ferrari, Montezemolo, los días entre aquel fatídico domingo y el inminente Domingo de Ramos, debieron ser de absoluta lucha encubierta, subterránea y cargada de reproches. El responsable de todo el asunto a nivel de pista, un buen gestor avezado en finanzas y asuntos fiscales que entró a dirigir el equipo en 2008, cuando la “italianización” dispuesta por Montezemolo cubrió las bajas de Todt, Brawn, Byrne y compañía, debía dejar su sitio a otro ejecutivo que pudiera “manejar el timón para llevar la nave a buen puerto”, como gusta decir los capitostes cuando se refieren a sus maltrechas empresas. 
Luca de Montezemolo, que ya lideró cuando un jovenzuelo la revolución de 1974 en Ferrari lanzando a la fama y al éxito deportivo a Niké Lauda y después a Jody Scheckter, ha tomado cartas en el asunto de una forma parecida a su colega de McLaren, Ron Dennis, que ha bajado personalmente a la arena para salvar el orgullo de su marca. En el caso del italiano y para no dejar lugar a la especulación, no tardó ni un minuto en nombrar al sustituto de Domenicali, cosa que hizo en la persona de Marco Mattiacci, CEO de la división norteamericana de Ferrari, un tipo que ha aumentado las ventas en los EE.UU. en torno al 9% en 2013, del que no consta que haya pisado un circuito más allá de la habitual zona de invitados y que tiene fama de ejecutivo eficaz y duro, es decir, agresivo. De entrada las relaciones políticas cambian o, cuando menos sufren un ligero seísmo y, mira por donde, con el mismo coche lamentable de Bahrein, el asturiano lidera los primeros libres en China y sólo cede ante Hamilton en los segundos. Quinto, una vez más, en la parrilla, Alonso hizo una salida como las de antes y, tras defender su posición con choque incluido ante Massa, gestionó a la perfección una estrategia que le llevó al tercer escalón final, tras batir holgadamente a Ricciardo que, una vez más, fue el mejor Red Bull. Los medios “british” que no personan a Alonso su estancia “infiel” en McLaren difundieron noticias en relación con que era “El Maquiavelo de Oviedo” el responsable del fregado de esta Semana Santa coronada con un Gran Premio en Extremo Oriente donde la estrella de tres puntas ha vuelto a barrer.
MONOPOLIO DE MERCEDES
Alegres como estábamos de habernos zafado del yugo Red Bull, no ha habido tiempo de descanso y nos han colocado otro que, como ocurrió en 2011 con el austríaco, no parece tener visos de caducidad en la temporada que nos ocupa. Los datos son apabullantes y más teniendo en cuenta a las alturas que estamos de la temporada: Mercedes AMG ha liderado las 224 vueltas de los cuatro GP’s celebrados (124 Hamilton, 60 Rosberg); han triunfado en las cuatro carreras, siendo las tres últimas dobletes Hamilton-Rosberg. Por si esto fuera poco han dominado las cuatro “poles” disputadas (Tres a uno para Hamilton) y las cuatro vueltas rápidas (Tres a uno para Rosberg), mandando en el Mundial de Conductores con 79 puntos (Rosberg) y 75 para Hamilton que, de no haber sido por su problema mecánico en Australia, estaría por encima de su compañero en la tabla; aún así el líder desde que empezó el año declaró ayer en la zona mixta de China que pretendía mantenerse en esa privilegiada posición. Y ahí es donde empiezan las dudas y los nubarrones que, más tarde o más temprano, acosarán al exitoso equipo Mercedes. Dado que Lewis Hamilton se ha mostrado intratable en carrera, sin cometer el mínimo error y venciendo en todas las que ha acabado ¿quién le dirá en el GP de España que se corte para no adelantar en la tabla a Rosberg? Como resulta evidente, el británico es varios puntos más agresivo y ambicioso que el alemán de origen finlandés; Lewis, descarado desde su triunfal temporada de debut en 2007, sólo pasó al ostracismo por problemas derivados de sus relaciones familiares y sentimentales por lo que, controlados unos y olvidados otros, su vuelta a la cresta de ola con una máquina infernalmente imbatible solo puede tener como objetivo su segundo título de pilotos y eso lo intentará conseguir aun a costa de Rosberg, no olvidemos que Hamilton y su obcecación por el éxito, se llevaron de calle la relación del entonces bicampeón en título, Alonso, con su recién estrenado equipo McLaren. La recién estrenada serenidad y madurez de Hamilton serán su principal baza ya que Rosberg, por lo visto hasta ahora, no exprime su monoplaza a los niveles que su compañero.
Y LOS DEMÁS, MIRANDO
Extraídos a propósito de este análisis los equipos-cliente de Mercedes (Force-India, Williams y McLaren) que llevarán su propia guerra particular de la que hasta ahora parece salir perjudicado el equipo de Woking, Red Bull y Ferrari, aparecen y desaparecen de los buenos resultados como si de un renovado Guadiana se tratara; agotados los triunfos, sólo los puestos de honor satisfacen a los antiguos enemigos declarados y hoy meros comparas. 
En calificación, los Red Bull han ofrecido mejor cara que Ferrari, consiguiendo dos primeras filas por una de su “jefe” Vettel que sólo añade una tercera posición en China y ha estado dos veces fuera de la Q3, mientras que el australiano no se ha bajado de la quinta plaza. “Chez” Ferrari, sólo Alonso salva la cara con dos cuartos y un quinto puesto en parrilla, casi simétricos resultados a la carrera donde “Magic” ha cosechado dos cuartos puestos y un tercero, excepción hecha del vergonzante noveno puesto de Bahrein. Vettel, tercero en Malasia y quinto en China todavía saca la cabeza en la clasificación sobre un Ricciardo que, entrando como sustituto de Webber, ya se ha comido los suficientes marrones para empezar a acosar al tetracampeón que, ayer en China, hubo de dejarle la posición, algo que no es del gusto de Vettel y que traerá cola. 
A todo esto, el veredicto de la FIA contrario a la reclamación de Red Bull, hecho también conocido en esta Semana Santa, ha insuflado al otrora equipo imbatible unas malas pulgas que ya apuntan a la gasolina como causa de sus males, descartados los ataques al motorista Renault que no está por la labor de ser humillado públicamente por una marca de refrescos.
Juanma Núñez
A41- Todo Motor
