Penalty or not penalty; that is the question

Fermín Gassol Peco.- No me tomen por petulante. He decidido escribir el titular en inglés por aquello de que el fútbol tuvo su origen en la irrepetible tierra de William Shakespeare donde viven unos señores muy raros que conducen al revés y que miden las distancias en pies en vez de hacerlo en metros.
fermingassol
Pero lo hago ante todo porque después de que el universo se preguntara sobre “el ser o no ser” en Hamlet como interrogante metafísico, aparece desde hace algún tiempo como segunda duda existencial de medio mundo eso tan difícil de decidir en el futbol cual es que una mano en el área sea o no sea penalti. Porque pocas cosas tan reglamentadas, estén a su vez tan perfectamente indefinidas como lo de “tocar el balón deliberadamente con las manos dentro del área” o así parece; la prueba está en la cantidad de dudas y polémicas que suscitan muchas decisiones arbitrales; la última, el penalti pitado contra el Eibar el pasado sábado por la mano clamorosa de un defensa.

Y es que otra cosa no veremos, pero futbol en la televisión, y me incluyo, todo el del mundo mundial, porque tal y como está la programación resulta un agradable y por ahora inofensivo pasatiempo. La liga inglesa, la italiana, de hecho mientras escribo estoy viendo un “emocionantísimo” Sampdoria – Cagliari, o bien la liga portuguesa, la argentina, la francesa….y todos ellos desde la butaca del salón de casa, sin mover un músculo, que también tiene su aquel, tratándose de un deporte.

Y claro, viendo a diario tanto balón y tantas manos es muy difícil no recurrir a los agravios comparativos. Pues bien, es de suponer que el reglamento del fútbol está hecho para ser aplicado en todas las competiciones y países donde se practica. Sin embargo esta suposición que respondería al puro sentido común se desmorona cuando vemos los criterios tan distintos que marcan los árbitros a la hora de sancionar los penaltis cometidos por tocar el balón con las manos en el área.

El reglamento indica con una frase corta lo que debe entenderse por penalti. Pero, amigo mío, ¿quién puede asegurar que un jugador tiene intencionalidad en cometer penalti? Ese criterio que juzga “la intención”, lo interpreta el árbitro que no es un confesor… y tampoco es cuestión de parar el partido para preguntar al jugador sobre su “pecado”.

Así vemos balones que van a las manos, manos que interceptan balones, manos pegadas al cuerpo como queriéndose esconder y que sin embargo encuentran al balón, manos que no tienen intención de estar donde se encuentran, manos que no sabían que el balón iba hacia ellas, balones que no querían ir a las manos…en fin, un galimatías de variables que más bien parecen corresponder a teorías profundas de combinatoria matemática.

Paso por alto la posible politización de los penaltis, esa que nos traería una práctica tan habitual en otros campos menos deportivos; pitar únicamente cuando el balón da en la mano izquierda o derecha….y es que de momento estas decisiones arbitrales resultarían bastante descaradas. Pero en esta disparidad de criterios que los árbitros utilizan para interpretar el código de un brazo o una mano en el área, subyace un criterio mucho más simple. El de la influencia que tiene pitar o no una mano para el resultado final.

Porque hay que tener mucha determinación para pitar un penalti en contra del equipo de casa cuando las espadas están en alto. Observen si no. Cuando el penalti no decide el resultado, se pita más fácilmente. Y no me digan nada si se produce nada más empezar un partido, con la de penaltis que pueden originarse después. Y es que el penalti da la sensación de estar considerado como lo que es, una pena máxima, una especie de “pena de muerte” futbolística que solamente puede ejecutarse una vez en un partido y…cuando la vida, o sea el resultado ya no importa.

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2 COMENTARIOS

  1. Hay que escarbar más, Fermín. El problema no está en un penalty injusto, sino en que la propia «liga de fútbol» de la que creo que hablas está corrupta.

    Se amañan los «partidos», se dan «sobres» a los jugadores y a los directivos de los equipos y, cuando un equipo nuevo intenta despuntar, se compra también a los medios para que lo callen.

    Incluso veo que no se penaliza a los «grandes equipos» cuando juegan en países poco democráticos, pero se lincha al resto sin piedad.

    Así, con esas alforjas, lo del penalty no pasa de «suceso puntual».

    Jejeje. Buen Domingo.

    • No quería yo llegar tan lejos…pero el amaño de partidos fue algo usual en Italia años atrás…y aquí…hay una investigación en marcha en la que está por medio mi querido Osasuna. El dinero…siempre el p. dinero como corruptor de voluntades, Blisterr…

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