Un puzle para recomponer el XVIII castellano-manchego: Romera reivindica a los autores ensombrecidos por el Quijote

Eusebio Gª del Castillo Jerez.- El historiador Porfirio Sanz Camañes ha acompañado en la presentación de Castilla y la Mancha en el S. XVIII. Aproximación y miscelánea en la Biblioteca de Ciudad Real al coordinador de la obra, Alfonso González Calero, y a uno de los autores, el profesor e investigador Ángel Romera. Un trabajo ideado como «punto de partida» para desarrollar futuros estudios acerca de este siglo «desconocido», aunque «sobrado» de acontecimientos, personajes e ideas de gran interés.
romera gonzalez calero3Una obra con «limitaciones», desde su propia concepción, reconocía su coordinador, ya que no se trata de una historia global sino de un conjunto de aportaciones, de «una suma de piezas», de ahí el subtítulo del libro: Aproximación y miscelánea. Piezas, recalcaba, de «gran valor de investigación», como el capítulo realizado por Ángel Romera o los dedicados a la economía y a la arquitectura, escritos por Miguel Pardo y Adolfo Domingo, respectivamente. Junto a éstas, otras contribuciones de menor entidad, ensayísticas, «que nos permiten tener una visión de conjunto de este período poco conocido, un siglo de transición entre el Siglo de Oro y la etapa del XIX y el XX», explicaba González Calero. Autores como Santiago Arroyo, Hilario Priego u Oliva Blanco, entre otros, que han participado en la elaboración de las 150 biografías de personajes del siglo XVIII que incluye el libro.

Entre estas biografías, González Calero destacaba la de la escritora almagreña María Camporredondo, que realizó un tratado filosófico-poético en seguidillas. Asimismo mostraba su satisfacción al haberse incluido como anexos del libro Viaje a la Alcarria, de Tomás de Iriarte, y Diario de viaje a La Mancha, de José de Viera y Clavijo. «Dos testimonios muy diferentes entre sí, de distinta profundidad, realmente curiosos,  que describen además dos comarcas muy significativas de la región».

La idea con la que nació este proyecto, recordaba González Calero, era la de ser «un punto de partida, un trampolín», a partir del cual desarrollar estudios más sistemáticos, fundamentalmente desde la Universidad, para poder conocer mejor ese siglo «del que hasta ahora sabíamos relativamente poco y que está sobrado de acontecimientos, personajes e ideas del mayor interés».romera gonzalez calero2

Durante la presentación de Castilla y la Mancha en el S. XVIII. Aproximación y miscelánea, Porfirio Sanz Camañes desgranó en su disertación los aspectos más relevantes de los capítulos dedicados a la economía y la arquitectura de esta centuria.

Por su parte, Ángel Romera reivindicó al sinfín de autores castellano-manchegos ensombrecidos por el Quijote, deteniéndose en las víctimas literarias del hidalgo caballero del siglo XVIII, su aportación a esta obra.

La cultura, tal y como se entiende en Castilla-La Mancha, lamentaba, consiste en «hacer una enésima edición del Quijote, repitiendo tópicos una y otra vez». Precisamente la repetición, subrayaba, es el rasgo distintivo de la cultura en la región. Este investigador, profundo conocedor de la literatura castellano-manchega, decía sentir «rabia» al ver a todos estos autores «que tanto hicieron y escribieron con tanto mérito», ignorados. «La indignación brota ante tan grande injusticia», apostillaba.romera gonzalez calero1

Es el caso de Fernando Gutiérrez de Vega, un abogado que trabajó en Cuenca, autor de Los enredos de un lugar, la primera novela sobre el caciquismo que se escribió en España, de la que, «en doscientos años, no se ha hecho una edición». Uno de los ejemplos «más notorios», continuaba, es el de Melchor de Macanaz, «nuestro primer ilustrado y cuya obra está sin estudiar y sin editar»; o el de Lorenzo Hervás y Panduro, autor de la primera enciclopedia ilustrada en España, «un erudito de fama internacional, un astrónomo eminente, un filólogo que puso los fundamentos del comparatismo». Entre los jesuitas que fueron expulsados de España, Romera señalaba que muchos de ellos eran manchegos de la provincia eclesiástica de Toledo, que comprendía lo que es ahora Castilla-La Mancha y algunos territorios de regiones limítrofes. «Todos fueron localizados en lugar de Italia llamado Cesena. Están enterrados allí y nadie se ha interesado por ellos ni por las obras que escribieron, y fueron muchas».

Asimismo citaba a Eugenio Gerardo Lobo o a Cándido María Trigueros, por su novelas y teatro. También a Francisco Carretero y Navalón, Juan Escóiquiz,  Casimiro Gómez Ortega o al poeta Jerónimo Benavente; a Ignacio García Malo, «autor una colección de novelas de éxito que no han vuelto a editarse»; o a León de Arroyal, «el primero en escribir una Constitución para los españoles y un gran poeta».

No pasó por alto a un dramaturgo de padres almagreños como José de Cañizares, cuyas obras no se han reeditado a pesar de que fue el autor de la pieza teatral más representada del siglo XVIII, Marta la Romarantina, «una comedia de magia con gran aparato escenográfico que sugestionaba la imaginación, con autómatas, vuelos, desapariciones, etc. lo que ahora se llama efectos especiales».

Entre otros, se refirió a José Antonio Conde, quien escribiera la primera historia «seria» de la invasión de España por parte de los árabes, que llegó al resto de estados europeos «y motivó el interés de los románticos alemanes por el pasado árabe de nuestro país».

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16 COMENTARIOS

  1. Plagiando a A.R.
    A.R. está gordo. Lo que se merece este señor es infinidad de comentarios hablando de su peso, de su barba u otras cosas insustanciales, lo mismo que hace él con muchos de sus comentarios.

  2. Felicidades por la obra a todos.

    Con esos mimbres no hay duda de la calidad. Ayer me encontré a un amigo y me dijo que iba a la presentación de un libro, no imaginaba que era este.

    Enhorabuena. A estos comentarios los borrará el tiempo digital, sin embargo vuestro trabajo ya tiene base de papel y perdurará.

  3. Da gusto escuchar o leer a Angel Romera, maestro erudito. Especialmente cuando habla desde su cultura erudita y no desde las tripas ideológicas.

    Existe un enorme Ángel Romera en un caso y otro no tan admirable en el otro, y no por pensar como piensa, que no es reprochable ni mucho menos, sino en hacerlo como lo hace.

    Gracias por la alusión a los jesuitas expulsados, les tengo debilidad, sobre todo al más insigne de todos, que murió no exiliado, si no silenciado, el Padre Mariana, el gran analista de la época, moralista (justificaba el regicidio por eso le silenciaron), el gran historiador de Talavera de la Reina y enterrado en la Iglesia de San Ildefonso de Toledo.

    Y puede usted comer y beber lo que le dé la gana que para eso es manchego (no deseo tampoco que descuide su salud), usted tiene gran valor.

    Me recuerda, y no me lo tome a mal, a mi admirado y conocido Juan Manuel de Prada, que es enorme mire por donde se le mire.

  4. Lo que dice don Ángel es una verdad como un templo. Y a la par que cierto, inevitable; pues Alonso Quijano es nuestro «jugador franquicia». Enhorabuena a los autores por esta onomástica de ausentes. En especial, a nuestro troll más erudito.

    • ¿Comparas a Romera con Ángel Manuel llamándole Troll? Jajaja, qué mala leche tienes, Censor.

      Ya en serio, le podrás llamar muchas cosas desde las antípodas ideológicas, pero Troll a uno de los mejores «teclados» de MCR, creo que es un poco injusto. Ya nos gustaría leer material de ese calado por parte de vuestros «Sánchez Mazas» culipardos…ya nos gustaría…o no. No sé, como aún no ha salido ninguno a la palestra…

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