Postales de verano 7

postales-desde-itacaQuerida amiga:
No creas que me he olvidado de ti. Lo que pasa es que he celebrado mi cumpleaños como las bodas modernas y ya, por fin, al tercer día descanso de tanta charanga. También que el cuerpo me lo pide, que, con cuarenta, aguanta a duras penas tantos días de albariño.
Mi padre dice que en cualquier parte del mundo encontrarás a un gallego. Puede que lleve razón. Todo el mundo que conozco tiene un novio, un primo o un amigo gallego. O los tres. O incluso que los tres sean el mismo. No sé. Después de traerle a la gaviota chunga un par de cruasanes, me he puesto a reflexionar sobre asuntos trascendentales y he llegado a la conclusión de que en el desembarco de Normandía no hubo ningún gallego. Es lo que te da la edad, madurez para pensar en cosas serias.

desembarcoPero, chica, si hubiera habido un gallego, habrían hecho escala antes en Galicia, ¿no? Para ver al primo de la aldea, qué menos. Ya que vas tan lejos, pues te desvías un poco y ves a la familia. Encima, en junio, que ya hay solecito. Se habrían quedado unos días a descansar y luego ya tirarían para Normandía. O no. Porque se habrían quedado para San Xoán, aprovechando el viaje, y ya a partir de ahí venga a enlazar fiestas y romerías: que si el Carmen, que si Santiago, que si los Caneiros, que si los vikingos… un no parar. Esto es como la ardilla que recorría la península sin bajar de los árboles: te puedes recorrer Galicia en verano sin parar de fiestas. Chica, si ves que no vuelvo, no llames a Lobatón hasta septiembre, que a lo mejor es que me he liado en alguna sardiñada.
Los de Normandía se hubiesen quedado también, aunque, claro, hacer el desembarco en octubre ya les hubiese dado pereza, ¿no? Pero ¡y lo bien que se lo habrían pasado aquí! De verbena en verbena, con la Panorama todas las noches dándolo todo, que se les hubiese olvidado la pena de ir a la guerra. Y quizás alguno hasta se enamorase y habrían ido de bodorrio. Bueno, ahí sí que nos habríamos quedado sin desembarco porque una boda gallega sabes cuándo empieza, pero no cuándo termina. El martes, cuando llegamos, había un grupo que estaban ya de tortillas para ir haciendo boca, porque iban de boda. Unas tortillas que no las saltaba ni el chino nostálgico* del año pasado. Bueno, pues el sábado vi a uno de ellos que estaba poniendo el ticket de la zona azul porque aún no se habían servido los segundos platos. Para una boda gallega, debes pedirte la semana de vacaciones más los moscosos y, aun así, vas justito para el baile.

También te digo que los del desembarco de Normandía si hubieran hecho escala no llegaban hasta navidades. Los habrían liado para sacar las patacas y hubiesen puesto orden para que nadie tocase los marcos de las leiras (menos al alien, ¡pobrecico!). Y lo habrían ido dejando con excusas tales como «maloserá que justo hoy ataquen los alemanes» o «se chove, que chova, pero la empanada de zamburiñas hay que comerla hoy».

No sé, chica, mi padre es muy sabio, pero yo creo que en el desembarco no hubo gallegos. Si no, otro gallo hubiese cantado, ¿no crees?

Te dejo, que la gaviota se ha zampado los dos cruasanes y me mira raro.

Ojalá algún día los del desembarco en Luar na lubre, ¿que no?

Besos


Postales desde Ítaca
Beatriz Abeleira

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4 COMENTARIOS

  1. Pues no crea usted que un servidor conoce a tantos gallegos. Así, personalmente, conozco a una señora simpaticona y pelín tacaña que siempre me pide tabaco. Dice que no compra porque lo tiene prohibido por culpa de una intervención a corazón abierto. Luego está Rajoy, ese señor de aspecto viejuno que suele referirse a los imputados de su partido como » ese señor del que usted me habla». A este paso terminará por renegar de toda la plana mayor… porque todos están imputados, incluso terminará renegando de un tal M. Rajoy

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